Así dejó Netflix en evidencia (e hizo rectificar) al mayor banco del mundo

  • En apenas 24 horas el agregador de contenidos consiguió que Morgan Stanley tuviera que dar la vuelta a la rebaja inicial de su precio objetivo.
Netflix fue la que 'tiró' del mercado a finales de 2015.
Netflix fue la que 'tiró' del mercado a finales de 2015.
Netflix

Un día, eso es lo que tardó Netflix en vengarse del mayor banco de inversión del mundo, Morgan Stanley. La firma de inversión que había recortado el precio objetivo del agregador de contenidos en un 6,25%, tuvo que retractarse y dejar la caída en un exiguo 1% en apenas 24 horas. Los buenos resultados presentados por la firma tecnológica, en especial en el punto crítico de los nuevos suscriptores, desmontaron una de las bases de los analistas de la entidad.

El punto de desencuentro entre ambos llegó justo un día antes de la presentación de resultados del tercer trimestre. Morgan Stanley había rebajado su precio objetivo de los 480 dólares, hasta los 450 por dos motivos principalmente. El primero, era que la firma había ralentizado la captación de clientes, un punto que los analistas ven como crítico. Por otro lado, la fuerte expansión, tanto geográfica como en contenidos, de Netflix todavía la colocaba en una situación financieramente débil que podría resentirse con la subida de tipos.

Al día siguiente, durante la presentación de resultados una cifra brilló con especial fuerza frente al resto: el número de suscriptores había subido casi 7 millones, superando las expectativas y los cinco millones añadidos en el segundo trimestre. Con el cambio en uno de los puntos críticos que señalaba Morgan Stanley, los analistas tuvieron que emitir a las horas un nuevo informe en el que el precio objetivo de Netflix pasaba a ser ahora de 475 euros, en lugar de los 450 euros que había pronosticado 24 horas antes.

La marcha atrás de Morgan Stanley sobre el precio objetivo de Netflix es un elemento poco recurrente en la banca de inversión. De hecho, otras entidades como Goldman Sachs o Raymon James que también habían reducido el valor objetivo del agregador de contenidos, incluso con más fuerza que la primera, han preferido no retocar sus informes, aunque también pusiesen el foco sobre la lenta captación de clientes de Netflix. 

Problemas financieros reales en Netflix

Si bien en cuanto a suscripción de nuevos usuarios, Netflix ha conseguido hacer rectificar en cierta manera a la banca de inversión, no lo ha logrado con su salud financiera. El principal punto es que los flujos de caja, la entrada o salida neta de dinero en la empresa, todavía está en números rojos. En 2018, puede llegar hasta los 3.200 millones negativos, por lo que de momento debe recurrir a deuda para seguir funcionando.

Por ello, Netflix  necesitará buscar en el mercado cerca de 5.000 millones en deuda en los próximos años. Además, deberá hacerlo en mitad de una de las subidas de tipos más agresivas por parte de la Reserva Federal, por lo que el tipo que deberá abonar será ostensiblemente más alto. Ese aspecto, mayor pago por intereses, será un freno a sus potenciales beneficios en los próximos años. 

Aun así, la empresa prevé que en 2020 dicha partida pase a ser positiva y que en 2022 podría llegar a generar hasta 4.000 millones de caja. Una de las claves que alega la propia Netflix, es que una vez se despliegue en La India (su objetivo prioritario en la actualidad) la necesidad de mayores inversiones se reducirá, lo que la dará mayor libertad financiera. 

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