El nuevo precio mínimo de cotización hunde (más) a Abengoa, Urbas y Vértice

  • Sociedad de Bolsas ha acabado con el 'bloqueo' que vivían las compañías en los 0,01 euros y las tres sufren fuertes desplomes este viernes.
Abengoa
Abengoa
EFE

La decisión de la Sociedad de Bolsas de rebajar el límite mínimo de cotización ha entrado en vigor este viernes. La medida ha acabado con el bloqueo que vivían títulos como Abengoa, Urbas y Vértice 360 ya que durante semanas y meses se encontraban cotizando en los 0,01 euros. Además, el supervisor de la bolsa española optaba no solo por rebajarlo a los 0,001 euros como se preveía en un principio sino que después amplió ese precio mínimo hasta los 0,0001 euros. 

Sebastián Albella, presidente de CNMV, destacaba que la medida es "positiva y necesaria para promover la liquidez de los valores, asegurar su ordenada negociación, la correcta formación de sus precios y la protección de los inversores".

La reacción del mercado, como es lógico, ha sido muy negativa. Estas compañías han sido los títulos más bajistas este viernes: Abengoa B ha retrocedido un 60%, hasta los 0,004 euros por acción, mientras que Urbas lo ha hecho un 63% y ha alcanzado un precio de 0,0038 euros. Por su parte, Vértice 360 es la que menos castigo ha sufrido ya que "solo" ha retrocedido un 23%, hasta los 0,0077 euros. 

La medida, que se había encontrado con la oposición de muchos accionistas de las compañías afectadas, había provocado un desafío entre la CNMV y las empresas cotizadas. De hecho, el supervisor de la bolsa española se vio obligado a pedir que no llevarán a cabo los 'splits' para frenar este efecto y, posteriormente, Sociedad de Bolsas tuvo que tomar cartas en el asunto. 

La más desafiante con la CNMV fue Urbas. La inmobiliaria, en junta extraordinario, aprobaba el desdoblamiento de sus acciones, mientras que en el caso de Abengoa no lograron el suficiente apoyo para celebrar esa junta en la que se hubiera debatido la misma iniciativa que se llevó a cabo en Urbas. 

De hecho, la inmobiliaria en un documento que enviaba al supervisor y que firmaba su presidente y consejero delegado, Juan Antonio Ibáñez, señalaba por aquel entonces y tras aprobar el 'split' que "se trata de una operación altamente beneficiosa y necesaria para la compañía, por cuanto permite la cancelación del pasivo existente y, al mismo tiempo, la incorporación de nuevos socios que amplíen el ámbito de la empresa, que refuercen la actividad y el desarrollo de los negocios sociales". 

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