Dinero ligado al Kremlin

Occidente redescubre los tentáculos de los oligarcas en el 'opaco' capital riesgo

Los grandes 'hedge funds' y 'private equity', la industria de gestión activos menos regulada, intenta ahora descoser los fuertes lazos con los multimillonarios rusos después de años de captar su dinero

Un manifestante sostiene una pancarta "Sancionar a los oligarcas de Putin".
Un manifestante sostiene una pancarta "Sancionar a los oligarcas de Putin".
Europa Press

Roman Abramovich ha sido uno de los protagonistas de la guerra de Rusia y Ucrania por su rol en las conversaciones para abrir corredores humanitarios y poner fin a la contienda. El todavía dueño del Chelsea FC es uno de los multimillonarios sancionados por la Unión Europea (UE) como respuesta a la ofensiva rusa unilateral por estrecha conexión con el Kremlin. Noticias luego desmentidas señalaban que el presidente Volodímir Zelensky había pedido que se le excluyese de las sanciones o que había sufrido un intento de envenenamiento días antes de su reaparición en perfecto estado. 

Lo único cierto es que Abramovich tiene hilo directo con Vladimir Putin, lo que le sitúa en el círculo de confianza del ex espía de la KGB y cómo hombre clave en los bienes ocultos del presidente ruso que llevan años denunciando los opositores al régimen de Moscú. Es el oligarca 'alpha', el que ha marcado el camino al resto de la cohorte de millonarios rusos a la hora de diversificar en el extranjero las increíbles fortunas cosechadas a la sombra del Kremlin, en su mayoría con la privatización de activos estatales, concesiones o reventa de vuelta al Estado multiplicando su inversión inicial.

La Unión Europea y EEUU pusieron el foco en los oligarcas con sus sanciones a Rusia tras la invasión de Ucrania. La argumentación administrativa para congelar sus activos y cuentas occidentales era su papel como 'agentes' e intermediarios del Kremlin para hacer lobby, en algunos casos, actuar de "facilitadores y financiadores" de Putin o generar "desestabilización" en el extranjero como el caso de Ucrania que ahora sufre una guerra, según Bruselas. Ahora ese capital aparece marcado a todas luces.

Los tentáculos del dinero oligarca han emergido en la sombra de dos de las industrias más opacas: los 'hedge funds' y el capital riesgo. Los supervisores están descubriendo cómo de lejos han llegado porque las banderas rojas aparecen por doquier en decenas y decenas de fondos de inversión. Concord Management, una desconocida firma de gestión de activos de EEUU, ha sido tendencia en los últimos días porque sus discretos cheques y mandatos a firmas de 'hedge funds' y 'private equity' están por todas partes y en la mayoría de los casos son inversiones difíciles de liquidar de inmediato.

Detrás de los 6.000 millones de euros bajo gestión de Concord está en su mayoría el dinero de Abramovich, según 'Bloomberg'. Se hizo ultra-rico en cuanto Putin llegó al poder con la reventa de la petrolera Sibneft -que le había costado apenas 230 millones de euros en 1995- por 12.000 millones de euros a Gazprom, el monstruo del gas creado por el Kremlin a partir de agrupación de activos y adquisiciones. Multiplicó por 56 veces su inversión en un negocio absolutamente regulado y controlado por el Gobierno.

Con ese capital entre manos, Abramovich se convirtió en una fuente constante de dinero y 'tickets' para cada firma de inversiones que estaba levantando capital y recibía la llamada del ruso para colocar su capital. Todas esas sociedades ven con horror que no pueden liquidar sus participaciones y quitarse encima al oligarca sino que deben seguir gestionándolo. Lo peor es que ahora están en la lista negra de los supervisores. Durante dos décadas, según Bloomberg, Concord ha sido cliente y partícipe de gestoras de primera línea de Wall Street como Brevan Howard, Millenium Management, Carlyle, DE Shaw, Scultor Capital o Apollo Global Management.

Pamplona Capital, la punta del iceberg

Abramovich marcó la línea a seguir por otras fortunas oligarcas catapultadas por Putin. La misma estrategia de diversificación en el extranjero fue la que siguió Mijaíl Fridman junto a sus socios de Alfa Group (Kosogov, Kuzmichev, Kahn y Aven), un imperio empresarial sin parangón con bancos, operadoras de telecomunicaciones y cadenas de distribución entre sus negocios. Pero fuera de Rusia eran unos enanos empresariales hasta que en 2013 Rosneft compró por 28.000 millones de dólares la petrolera TNK-BP, un matrimonio de conveniencia en el que la firma británica ponía todo el trabajo y los oligarcas las concesiones estatales y la interlocución con Moscú.

Con los cerca de 14.000 millones que les 'tocaron' en aquella re-estatalización, Fridman y sus socios se hicieron  fuertes en Londres junto con varios directivos de TNK o vinculados a BP que hicieron las veces de cicerones ante la alta sociedad británica. Crearon Letterone que comenzó a invertir masivamente en Occidente. A este holding también traspasaron algunos activos en la órbita de Alfa Group y algunos de sus ejecutivos más brillantes como Stephan Ducharme, actual presidente ejecutivo de los supermercados Dia. La española fue una de sus operaciones más polémicas.

Con Letterone también entró en el sector energético alemán con la compra de Wintershall Dea, uno de los promotores del gasoducto Nord Stream 2 que pretendía poner en marcha el Kremlin para hacer todavía más dependiente a Alemania del gas ruso. Sin embargo, una de sus inversiones menos conocidas fue la aportación multimillonaria a fondos de capital riesgo a través de Pamplona Capital. Fridman y sus socios fueron claves en la financiación inicial de la gestora. Se estima que tendría cerca de 3.000 millones de euros en participaciones de sus fondos que a su vez invertía en no cotizadas y, de nuevo, en hedge funds a través de firmas como HSBC, Blackstone o Tyrus Capital, el fondo que financió a OHL durante la etapa de los Villar Mir.

Pamplona Capital reniega ahora de Fridman y asegura que ha iniciado un proceso para cortar lazos con Letterone. Se ha encontrado con el obstáculo de que el régimen de sanciones que impide reembolsar el dinero a los oligarcas en la lista negra 'pro-Putin' porque los activos están congelados. Sin embargo, la firma fundada por Alexander Knaster, ruso con pasaporte británico, se ha encontrado a su vez con otros fondos más grandes que sí le han obligado a salir como cliente. La gestora se encuentra en cuarentena en el mundo de la inversión y con la misión casi imposible de desvincularse de Fridman, su mayor partícipe. Según portavoces de Pamplona Capital, esto no será un obstáculo puesto que su relación comercial es con Letterone, que no está sancionada pese a que sus principales accionistas sí.

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