Volatilidad en bolsa

El mercado de opciones, en alerta: los institucionales hacen caja en Wall Street

El rebrote en la ola de contagios de Covid-19 y las perspectivas de un cambio en la política monetaria de EEUU han servido de excusa para la reciente ola de ventas en las bolsas estadounidenses.

La volatilidad vuelve a dispararse en Wall Street.
La volatilidad vuelve a dispararse en Wall Street.
DPA vía Europa Press

Los principales índices de la bolsa de Estados Unidos siguen a lo suyo. Pero, como suele suceder en estas ocasiones, no es oro todo lo que reluce. Incluso con las acciones estadounidenses escalando máximos históricos día tras día y el “medidor de miedo” de Wall Street mostrando un bajo nivel de preocupación. Y es que algunos rincones del mercado de opciones señalan que los inversores institucionales están temiendo un retroceso mucho más fuerte retroceso de lo que se ha visualizado hasta ahora.

La volatilidad es la clara referencia en este espectro. El índice de volatilidad VIX del CBOE, conocido como el indicador del miedo del mercado norteamericano, ha repuntado en los últimos días pero ha vuelto a situarse cerca de sus mínimos post-pandémicos, lo que muestra el escaso temor de los inversores a la debilidad del mercado bursátil a corto plazo. No obstante, otras medidas menos obvias están en negativo, indicando la preocupación de que la bolsa pueda sufrir un desplome importante.

Por ejemplo, para los inversores resulta más caro cubrir sus carteras contra una fuerte caída del S&P 500 que comprar opciones que se beneficiarían de una gran ganancia. Esta es la clara referencia que están observando muchas entidades financieras.

Así, una opción de venta que cubra una caída del 10% del S&P 500 en agosto es unas 35 veces más cara que una opción de compra que se beneficie de una subida del 10%. “En el punto álgido del pánico bursátil, en marzo de 2020, esa opción de venta a la baja sólo cotizaba a 11 veces las opciones de compra al alza”, expone Amy Wu Silverman, estratega de derivados de renta variable de RBC Capital Markets.

Nations TailDex, que mide el coste de la cobertura contra un movimiento de 3 desviaciones estándar en el SPDR S&P 500 ETF Trust, es más alto de lo que ha sido alrededor del 90% del tiempo en los últimos cinco años. “Ese tipo de contraste entre el VIX y otras medidas no es terriblemente común”, expone Randy Frederick, vicepresidente de comercio y derivados de Charles Schwab.

¿Y cómo se explica esto? Una de las respuestas señala a que los inversores institucionales –que, según Frederick, son más propensos a cubrirse frente a una gran caída del mercado– se mueven para proteger su lado negativo, mientras que los minoristas siguen apostando por que la bolsa tienda al alza.

Joe Tigay, gestor de carteras de Equity Armor Investments, opina que las señales contradictorias del mercado sobre la volatilidad hacen que los inversores corran a cubrirse a la primera señal de problemas: “Mi opinión es que el mercado no está tan protegido como debería”.

El nerviosismo infundado por la variante delta

En este sentido, el escenario parece que apunta a que algunos inversores están nerviosos por el impacto económico de la propagación de la variante del coronavirus delta y por la preocupación de cómo reaccionará la Reserva Federal a los datos de inflación y crecimiento económico.

Esto hace que sea prudente protegerse de una caída de las acciones de entre el 5% y el 10%”, explica Arnim Holzer, estratega de defensa de la macro y la correlación en EAB Investment Group.

Pero este clima va más allá. Algunos inversores también se han inquietado por el tramo inusualmente largo de calma bursátil. Desde la Segunda Guerra Mundial, el índice S&P 500 ha tenido un descenso de al menos el 5% cada 178 días naturales de media, tal y como analiza Sam Stovall, estratega jefe de inversiones de CFRA.

“El último avance del mercado ha durado 292 días sin una caída de este tipo, el periodo más largo desde enero de 2018, cuando a un avance de 715 días le siguió una caída del 10,8% para el S&P 500”, describe.

La estacionalidad también es un factor. “El periodo que va de mediados de julio a octubre ha sido tradicionalmente la época más débil del año para las acciones", según Jeffrey Hirsch, editor del Stock Trader’s Almanac.

“La renta variable estadounidense ha sido increíblemente resistente”, añade Chris Murphy, codirector de estrategia de derivados de Susquehanna Investment Group en una reciente nota dirigida a sus clientes institucionales.

“Pero con la proximidad de un periodo estacionalmente débil y las expectativas por delante de los beneficios por las nubes, vale la pena mirar las coberturas macro”, sentencia.

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