Búsqueda de flujos de caja estable

¿Hay oportunidades de inversión en deuda en infraestructuras a largo plazo?

El gasto en esta actividad se incrementa debido al afán de los gobiernos por impulsar la recuperación económica, a la imparable demanda de servicios digitales y a la transición hacia una economía sostenible.

Infraestructuras en España
¿Hay oportunidades de inversión en deuda en infraestructuras a largo plazo?

El gasto en infraestructuras se está incrementando notablemente debido al afán de los gobiernos por impulsar la recuperación económica tras la pandemia, a la imparable demanda de servicios digitales y a la transición hacia una economía más sostenible. Esta situación podría crear oportunidades para los inversores institucionales que buscan flujos de caja estables a largo plazo.

“Desde la financiación de puentes hasta la de la banda ancha, la deuda de infraestructuras es una clase de activo en expansión que tiene mucho que ofrecer a los inversores”, destaca Claus Fintzen, responsable de deuda en infraestructuras de Allianz Global Investors. Además de su prima de iliquidez (una compensación adicional para los inversores a cambio de inmovilizar la inversión en activos que no pueden convertirse fácilmente en efectivo) la deuda de infraestructuras también ofrece oportunidades de diversificación para la cartera y un método tangible de impulsar las economías y mejorar la sociedad.

Las perspectivas a largo plazo son positivas. La inversión en infraestructuras a nivel internacional debe alcanzar los 94.000 millones de dólares en 2040 para seguir el ritmo del crecimiento económico y cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, según las previsiones del Global Infrastructure Hub del G20. “Ante las oportunidades que ofrece la deuda de infraestructuras, recomendamos a los inversores que se centren en cinco áreas, que van desde la subida de los tipos de interés hasta la regulación”, aborda el experto.

Para Fintzen el contexto actual del mercado ofrece oportunidades para conseguir exposición en la deuda de infraestructuras, una clase de activo que contribuye de forma esencial a las sociedades y economías de todo el mundo. “A medida que el mundo se recupera de la pandemia de la Covid-19 y los gobiernos y empresas buscan caminos de crecimiento sostenibles, esperamos observar un incremento en las fusiones y adquisiciones, que estarán en su mayoría financiadas por deuda”, resalta. 

“Al mismo tiempo, los bancos, importantes financiadores de la deuda de infraestructuras siguen retirándose de los mercados de financiación a largo plazo debido a los obstáculos en las regulaciones, lo que abre la puerta a otros inversores institucionales”, agrega. Aunque surgirán desafíos, como la subida de los tipos de interés, el sector puede ser un activo sostenible a largo plazo a través del cual los inversores puedan contribuir a financiar las infraestructuras que permiten que las economías sigan avanzando.

La subida de tipos de interés: presión para los prestatarios

A la hora de financiar a una empresa o un proyecto, los inversores deben tener en cuenta cuáles podrían ser las condiciones en el futuro, es decir, en el momento en el que se produzca la amortización. En los últimos años, los emisores se han beneficiado de los tipos bajos de interés para incrementar el apalancamiento. La subida de los tipos de interés podría suponer un desafío para muchas empresas, incluidas las del sector de las infraestructuras, ya que deberán refinanciar su deuda en un contexto con tipos de interés mucho más elevados. Ante esa situación ¿podrán pagar la deuda sin perder su estatus de grado de inversión (grado de inversión)?

“Pese a la subida de los tipos de interés, seguimos en un contexto de bajos rendimientos. Con estas condiciones, la deuda de infraestructuras puede ofrecer ventajas importantes para los inversores que tienen la mentalidad de buy-and-hold, es decir, ‘comprar y mantener’”, asegura Fintzen. “Los proyectos de infraestructuras son activos sostenibles no líquidos a largo plazo y su prima de iliquidez podría proporcionar rendimientos superiores a los de muchos bonos garantizados o soberanos”, añade.

La recuperación de los damnificados por el Covid

El tráfico de pasajeros quedó prácticamente paralizado a causa del estallido de la pandemia, lo que afectó notablemente a la infraestructura de transporte. Muchos aeropuertos, carreteras de peaje y otros “activos esenciales” dejaron de contar con los flujos de caja necesarios para seguir pagando su deuda. En algunos casos, fue necesaria la intervención de los accionistas; en otros, las empresas tuvieron que negociar con los bancos la ampliación de las líneas de liquidez o recurrir a líneas de créditos existentes para sortear la situación. Por ello, la posición de liquidez de estos activos es un factor clave.

En cuanto a los aeropuertos, según el experto de Allianz GI, es probable que el volumen de pasajeros recupere los niveles prepandemia. “Sin embargo, los aeropuertos con una elevada cuota de tráfico intercontinental necesitarán más tiempo para recuperarse”, expresa. Según sus cálculos, antes de regresar a los niveles de 2019, el impacto de la pandemia seguirá percibiéndose en los aeropuertos tres años más.

Respecto al tráfico por carretera, los volúmenes de tráfico se redujeron en un 90% durante los confinamientos. “Tras el levantamiento de las restricciones, el tráfico recuperó rápidamente los niveles prepandemia”, enfatiza. Mientras, sobre el transporte público, el sector ha sido uno de los damnificados, pero ha demostrado bastante resistencia gracias al apoyo y al respaldo financiero prestado por las autoridades municipales. “Estos servicios seguirán operando con cierta normalidad a medida que la gente vuelva a su vida normal tras la pandemia”, concluye.

Mostrar comentarios