¿Bolsas sobrecompradas?

El oráculo de Goldman Sachs: su índice de riesgo manda una alerta a las bolsas

El indicador de apetito del riesgo, que resulta bastante efectivo por la ley de sentimiento contrario, se ha convertido en una de las métricas avanzadas que está enviando una señal de advertencia al inversor.

La subida de las bolsas ha dejado a algunas compañías sobrevaloradas.
La subida de las bolsas ha dejado a algunas compañías sobrevaloradas.
Pixabay

Las encuestas sugieren que los inversores son optimistas en los mercados. Sin embargo, este optimismo no se refleja en los datos de posicionamiento de las carteras –la exposición de los inversores a los riesgos del mercado no está particularmente por encima de la media– ni en las valoraciones de los activos muy cíclicos. Existen aún puntos de fricción que tener muy presente desde el punto de vista de la inversión.

Hay algunas variables que tener muy presente en este sentido. Métricas que pueden anticiparse al mercado y que pueden brindar ciertas señales de alerta. De este modo, entre los numerosos indicadores de elaboración compleja que miden el momento del sentimiento del mercado tendríamos uno de ellos es el indicador de apetito del riesgo, que resulta bastante efectivo por la ley de sentimiento contrario.

Uno de ellos es el indicador de apetito por el riesgo de Goldman Sachs, que va en la misma línea del 'bull and bear' (alcistas/bajistas) de Bank of America. ¿Qué señala ahora mismo esta variable? “Muestra una gran sobrecompra que no es nada favorable, aunque aún no ronda los niveles más preocupantes”, detalla la entidad estadounidense en una nota reciente.

Este indicador ha sobrepasado recientemente los niveles de 1: es la primera vez que lo hace desde el año 2018. “Ni siquiera antes del crash de febrero había entrado en niveles tan altos, ya que siempre que venían curvas como en el año 2000 y en el 2008 se ha metido en esta zona, aunque no siempre que ha entrado ahí ha venido una debacle bursátil”, explica José Luis Cárpatos, director de inversiones de Gloversia Eafi.

No obstante, esta situación no sería nada favorable para las bolsas si se hace un seguimiento histórico. “Con la lectura actual en promedio, la sobrecompra en los mercados lleva a que un mes después se produzca una bajada de 0,7%”, comenta Cárpatos.

Si sube solo un poco más y supera el 1,1 cosa que podría suceder en breve, tenemos que a 1 y a 3 meses proporciona de media una caída en el S&P 500 de 1,4% y es el período en que aparecen los drawdowns (caída de máximo a mínimo) más fuertes históricamente a 1 mes, 6 meses y 1 año”, advierte.

De igual modo, Chris Iggo, jefe de inversiones principales de AXA IM, advierte de los potenciales obstáculos que hay en este esquema actual. “Aunque existe la posibilidad de un auge económico y otro buen año de rentabilidades de las acciones cotizadas en la bolsa, hay muchos riesgos y razones para estar alerta”, concreta.

La primera es que la pandemia sigue siendo extremadamente perjudicial para la vida humana y económica y, la segunda, es un retroceso en el marco de las políticas, ya que cualquier retorno a la austeridad fiscal o una reducción prematura de las compras de activos sería muy perjudicial para los mercados. "Si la retirada del apoyo político se produce pronto y demasiado rápido, los precios de los activos sufrirán", destaca el experto.

Los mercados son generalmente bastante caros y seguirán siéndolo hasta que los bancos centrales cambien de dirección o hasta que una crisis económica o un cisne negro altere el statu quo.

La limitación de los riesgos en las carteras: factor fundamental

¿Cómo se puede limitar el riesgo de las carteras de inversión teniendo en cuenta estos aspectos? Los rendimientos de los bonos largos de la deuda soberana de máxima calificación son tan bajos que cualquier repunte provocado por una perturbación del mercado es probable que sea limitado.

Podemos incluso imaginar escenarios de riesgo en 2021 en los que una escasez de compradores de bonos del Estado, o un aumento brutal de las expectativas de inflación, podría desencadenar un amplio declive del mercado”, apuntan los expertos de EdRAM.

La cuestión de la función que deben desempeñar los bonos del Estado en las carteras en 2021 es difícil, ya que una cartera tradicionalmente “diversificada” se ha vuelto mucho menos diversificada.

De este modo, tiene sentido considerar activos como los bonos convertibles y las acciones con cobertura de opciones que ofrecen cierta convexidad y/o protección contra las perturbaciones del mercado”, detallan desde la gestora francesa.

El dólar estadounidense, imprescindible para la financiación de las inversiones, es probable que gane terreno si los mercados cayeran. “Por eso hemos mantenido la exposición al dólar en nuestras carteras y, en cualquier caso, no compartimos la opinión consensuada de que el dólar tiene una tendencia a la baja”, concluyen.

Mostrar comentarios