Once cotizadas 

Orange, Renault, EDF, Air France... París saca la artillería para socorrer a sus joyas

Las 'joyas' empresariales de la República francesa
Las 'joyas' empresariales de la República francesa
Nerea de Bilbao

El gobierno francés saca las uñas para defender a las joyas de la República. El ministro galo de Economía, Bruno Le Maire, y el propio presidente Macron han dejado claro que el Elíseo se plantea nacionalizar -si fuera necesario- aquellas compañías estratégicas para el país o, cuanto menos, ampliar su presencia en el capital de las mismas. Actualmente el Estado francés es el accionista de referencia en once empresas cotizadas que abarcan un buen número de sectores clave, desde la aviación (Air France, ADP), el aeroespacial (Airbus, Thales, Safran), pasando por la fabricación de automóviles (Renault), las comunicaciones (Orange) y, como no, la energía (EDF, Engie).

El 'crash' bursátil de las últimas semanas, provocado por la expansión del coronavirus y los primeros síntomas de recesión en algunas de las principales economías del mundo han golpeado con dureza a estas once empresas y han generado un 'roto' a la cartera del ejecutivo francés de 26.926 millones de euros. Su valor se desploma un 56,97% desde comienzos de año, muy por encima del 35,5% que se hunde el índice de referencia de la bolsa gala, el Cac de París, en ese mismo periodo.

Emmanuel Macron ha sido especialmente contundente en las medidas económicas anunciadas en el país, al haber puesto sobre la mesa una inyección de liquidez de 300.000 millones de euros y haber movilizado 45.000 millones para apoyar a los trabajadores y las empresas que se han visto más afectados por la extensión de la neumonía. "Esta guerra será larga, será violenta y debemos movilizar a todas nuestras fuerzas nacionales, europeas y del G7", apuntaba Le Maire esta semana tras reconocer que Francia, segunda economía en tamaño de la zona euro, se contraerá alrededor del 1% este año a causa de la pandemia, según los cálculos oficiales. De ahí, que la nacionalización esté entre las opciones que tienen sobre la mesa para proteger a sus grandes empresas. 

Actualmente el Estado francés ostenta una participación del 83,5% en Electricite de France (EDF), la primera eléctrica en términos de generación y distribución del país. Es su mayor posición en una cotizada. El desplome del 30,2% que la compañía ha registrado desde principios de año ha generado el mayor agujero a la cartera de Macron, puesto que ha reducido el valor de esa participación en 6.863 millones de euros. Dentro del sector energético, cuenta además con un 24,1% en Engie, la antigua Gaz de France. La energética, que cotiza en el Cac 40, se ha deja un 27,74% desde enero y supone unas minusvalías para la cartera pública de 2.258 millones de euros.

Una dura penalización al sector aéreo

El sector energético no ha sido, sin embargo, el que se ha llevado la peor parte desde comienzos de año. La cancelación de vuelos, el cierre de fronteras y la prohibición de viajes ha golpeado con dureza al sector de las aerolíneas, y ahí París también tiene una presencia estratégica en ADP (Aeropuertos de París), gestor de los dos principales aeródromos franceses, Orly y Charles de Gaulle, y segundo a nivel europeo en término de cifra de negocios solo por detrás de la española Aena. El castigo en bolsa desde el arranque de año ha sido en su caso de casi el 41,85%, lo que ha menguado la participación estatal en 3.007 millones de euros. Peor le han ido las cosas a las acciones de Air France, que se precipitan un 53,49% (su 14,29% de capital en manos públicas vale hoy 320 millones de euros menos).

Con la pandemia tampoco le están yendo bien las cosas al sector financiero y, dentro de éste, al de los seguros. CNP Assurances, sexta aseguradora europea por tamaño, ha visto desplomarse su cotización alrededor del 62% en lo que va de ejercicio y esto ha supuesto un tijeretazo de 2.836 millones de euros al 42% del capital que el Gobierno de Macron controla en la firma.

El parón de la actividad industrial a lo largo del mundo se ha cebado también con el sector de las materias primas y su impacto lo refleja a la perfección la caída en cerca del 38,18% de los títulos de Eramet, la multinacional de minería y metalurgia fundada a finales del siglo XIX por la familia Rothschild. El Estado galo posee un 36,9% del que es el principal productor mundial de ferroníquel (una aleación que se emplea en la fabricación de baterías, turbinas de gas o en la electrónica) y ha visto menguar el valor de esa participación en 150 millones. 

Relacionadas con el sector aeroespacial, el Ejecutivo galo posee una participación del 25,7% en Thales -firma electrónica dedicada al desarrollo de sistemas de información y servicios para ese mercado y los de defensa y seguridad- y otra del 11,1% en el consorcio europeo Airbus. La primera se ha dejado más del 30% este año y reduce el valor de la participación publica en 1.369 millones de euros; la segunda cede más del 51% (restando otros 4.879 millones a la cartera del Elíseo). Ostenta además el 13,16% en Safran, la multinacional francesa de alta tecnología, especializada en defensa, equipamiento aeronáutico y seguridad. Ese pedazo de la compañía vale 3.435 millones menos que a comienzos de año (-52%).

Entre las joyas de la República se encuentra una que le viene generando más de un quebradero de cabeza en los últimos años. El fabricante de automóviles Renault, que como el resto del sector se ha visto duramente golpeado por el cambio en los hábitos de consumo, la regulación más estricta en torno al diésel y la guerra comercial, pierde un 61,7% en el año, lo que significa que el 15,01% del que París es dueño vale 1.114 millones de euros menos. Y un 13% ronda el capital con el que el Estado cuenta en la operadora Orange (13,4%), que ha visto reducirse su valor un 15% en 695 millones. 

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