Toca los 124 dólares

El crudo llama a la puerta de máximos: China y Rusia presionan el suministro

La Unión Europea logra un acuerdo para vetar el petróleo ruso justo cuando su precio vuelve a repuntar ante la recuperación de la demanda en China a medida que se levantan las restricciones contra la Covid.

Imagen de una refinería alemana.
Imagen de una refinería alemana.
DPA vía Europa Press

La tensión vuelve al mercado del petróleo y su precio amenaza con dispararse de nuevo a máximos de 2008 como ocurrió en marzo. El  veto de la Unión Europea al crudo ruso limita la oferta, mientras que el levantamiento de las restricciones contra la Covid-19 en China añaden presión a la demanda. En este contexto, el temor a la falta de suministro de crudo incrementa este martes el precio de los contratos de barril de Brent por encima de los 124 dólares, un nivel inédito desde hace dos meses y apenas un 8% por debajo del récord de los últimos 14 años. 

El Brent, la referencia de precio para Europa, ha duplicado su valor desde enero y en el último mes se ha encarecido más de un 14%. La invasión rusa de Ucrania disparó el precio y la presión continúa ante la extensión de la guerra. Pese a que su precio se moderó tras superar los 130 dólares a principios de marzo, suma seis meses consecutivos de subidas a medida que la demanda crece. La tendencia es similar para los contratos de WTI, la referencia en EEUU, que supera los 119 dólares. Pero el incremento podría ir a más. Hasta los 150 dólares, según prevé Bank of America (BofA), que cree que el recorte de las exportaciones de petróleo rusas "podría desencadenar una crisis del petróleo en toda regla al estilo de los años 80". 

El veto al petróleo ruso por parte de la Unión Europea (UE) -EEUU y Reino Unido ya lo aplicaron- ya es una realidad, aunque con matices. Los Veintisiete celebraron una cumbre extraordinaria para debatir el sexto paquete de medidas que, por primera vez, incluye el crudo. Sin embargo, la unidad europea tocó hueso por las garantías de suministro. Los estados miembros coinciden en vetar el petróleo que llega por vía marítima al bloque -más de dos tercios del total-, pero falta un acuerdo sobre el que llega vía tubo. Sin embargo, se excluyó de las prohibiciones el petróleo ruso que llega a través del oleoducto de Druhban, el más largo del mundo y que transporta crudo hasta Ucrania, Bielorrusia, Polonia, Hungría, Eslovaquia, República Checa, Austria y Alemania. 

Sustituir las compras a Rusia no es fácil para la UE, ya que el Kremlin era responsable de cerca de 8 millones de barriles diarios antes de que comenzara la guerra. Además, en la puja por el petróleo de otros países, China cada vez es un mayor competidor. La relajación de las restricciones de su política de 'Covid cero' también impulsó el precio del petróleo ya que añadirá más demanda al mercado. De hecho, el último informe de la Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés) rebajaba el impacto del veto al suministro ruso por la menor demanda del gigante asiático. Ahora la situación cambia ante la reapertura gradual de su actividad, especialmente en Shanghái. 

La guerra en Ucrania y la respuesta de Occidente ha provocado un cambio en el mercado del petróleo y una reconfiguración de los socios energéticos. Los países occidentales buscan nuevos proveedores, entre ellos Qatar, Nigeria, e incluso el propio EEUU, mientras la OPEC apenas ha incrementado su producción en los últimos meses. Este jueves los países exportadores de petróleo volverán a reunirse, pero no está previsto que cambien su hoja de ruta sobre el suministro pese a las últimas peticiones del G-7. Algunos países todavía no pueden cumplir con las expectativas actuales por falta de capacidad. Por ello, los países hasta ahora vetados ya se contemplan como una alternativa, como en el caso Venezuela e Irán. 

Mientras, a medida que Europa se aleja, Rusia encuentra sustitutos para su petróleo en los países asiáticos. El ministro de Finanzas alemán, Christian Lindner, ya avisaba recientemente que había que prestar atención si las medidas aplicadas hacían "más daño a nosotros mismos que a la caja de guerra de Putin". Los países de Occidente sufren un coste energético cada vez mayor que afecta directamente a su inflación. El repunte del petróleo, a su vez, añade presión al precio de los productos refinados, para los que el mercado ya ha detectado escasez y su precio se dispara a máximos, incluso históricos. Es el caso de la gasolina o diésel, por el que los conductores están pagando precios récord en EEUU o España, por ejemplo. 

Las consecuencias de este escenario son cada vez más evidentes y los Gobiernos y empresas buscan alternativas para mitigar el impacto. Este fin de semana EasyJet anunció que prevé la cancelación de 240 vuelos en los próximos diez días "para proporcionar servicios confiables durante este periodo ajetreado". Por su parte, Alemania busca incentivar el uso de transporte público para frenar la demanda y el Gobierno de Olaf Scholz ha aprobado billetes mensuales de tren y transporte público a 9 euros. En el país, uno de los más afectados por la dependencia de Rusia, la Asociación de Agencias de Viajes Independientes también ha propuesto bonos de hasta 500 euros para que los jubilados pasen el invierno en España para ahorrar calefacción. 

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