Cotización a la baja

Recesión y crisis bancaria: el crudo se va en dirección contraria al deseo de la OPEP

La amenaza de un debilitamiento de la demanda ante el miedo a una recesión se impone al recorte de crudo en 1,66 millones de barriles diarios que ha entrado en vigor esta semana con los bancos centrales en primera plana. 

Recesión y crisis bancaria: el crudo se va en dirección contraria al deseo de la OPEP
Recesión y crisis bancaria: el crudo se va en dirección contraria al deseo de la OPEP. 
Pixabay

El petróleo no se mantiene ajeno a las turbulencias del mercado. En un contexto marcado por unas circunstancias excepcionales, el 'oro negro' ha sucumbido a la oleada bajista, conduciendo a la cotización de los futuros del Brent y al Texas a registrar su nivel más bajo desde las semanas centrales de marzo y en umbrales similares a los contabilizados a finales de 2021, cuando la crisis energética ya había comenzado a aflorar. La virulencia desatada en el sector bancario y la posibilidad real de que las economías desarrolladas entren en recesión, mientras China se desacelera pesan sobre el ánimo inversor y condicionan más de lo esperado el precio del crudo. 

En mitad del binomio oferta y demanda, la expectativa de que el consumo se debilite parece imponerse a los recortes de la OPEP+. Este miércoles el Brent, de referencia en el Viejo Continente sufría un retroceso del 3,9%, hasta los 72,3 dólares, que le lleva a encadenar tres jornadas consecutivas de caídas, a pesar de que el descenso es inferior al sufrido en la sesión del martes, cuando se dejó más de un 5%. Su comportamiento ha ido en línea con el West Texas Intermediate (WTI), que ha acabado con otro golpe del 4,2%, hasta los 68,6 dólares, registrado los mayores desplomes desde el arranque de 2023. 

A la amenaza de una contracción económica que llega del otro lado del Atlántico, así como los problemas del Gobierno norteamericano para elevar el techo de deuda se suma ahora el descenso del PMI manufactureros en China por primera vez desde la reapertura del país tras la Covid-Cero. El hecho de situarse por ligeramente debajo de los 50 puntos (49,2 puntos) -que representa una menor actividad- y de lo esperado por los analistas ha disparado las alarmas entre los inversores, que se muestran hipersensibles a cualquier movimiento que no les cuadre. 

El analista de IG, Diego Morín, cree que está conjunción de factores unido a la guerra de precios que EEUU mantiene con la OPEP han añadido más inestabilidad y no descarta mayores caídas en la cotización si este escenario persiste. Cuando se cumple un año desde que estas dos materias primas llegaron a rebasar la barrera de los 120 dólares, colocándose en máximos de cinco años, las perspectivas para el crudo del mar del Norte oscilan en un rango de entre los 60 y los 80 dólares durante los próximos meses siempre que no llegue a recuperar los 82 dólares, mientras que para el WTI proyecta un escenario de entre los 80 y los 65 dólares, pero "con cuidado por si entra en el escenario de los 62 dólares". 

La sangría se ha producido en medio de la entrada en vigor esta semana del recorte sorpresa y de carácter voluntario de la extracción de crudo por parte de la OPEP+, que incluye a Rusia, en 1,66 millones de barriles diarios con el objetivo de mantener los precios. Una medida que desde la Agencia Internacional de la Energía (AIE) alertaron de que podría generar tensiones en el mercado. Según las estimaciones de esta organización, el aumento del bombeo por parte de Brasil o Estados Unidos no sería suficiente y provocaría un desajuste de 400.000 barriles al día hasta diciembre. Con el horizonte económico algo más nublado, algunas casas de análisis ponen en duda de que vaya a producirse esta situación. 

"Las perspectivas económicas se han deteriorado hasta el punto de que la menor producción no creará el déficit que se temía cuando algunos pedían un petróleo a 100 dólares", señalan el analista del OANDA, Craig Erlam. Con la eurozona esquivando, por ahora, la recesión técnica después de crecer un modesto 0,1% entre enero y marzo con respecto al trimestre anterior, según el avance de Eurostat y el PIB de EEUU perdiendo fuerza, después de avanzar un 0,3% en el primer cuarto del ejercicio, la incertidumbre será el factor predominante este año. 

Desde Julius Baer ya anticiparon hace unos días que los ligeros rebotes experimentados por el crudo parecían "efímeros", al tiempo que criticaban su "falta de dirección". Su pronóstico es que deberían persistir algunos factores como el estancamiento de la demanda occidental, en parte por la transición energética, el establecimiento del flujo del crudo ruso hacia otras regiones y el bombeo por encima de la "cuota pactada" de algunos países. En este sentido, optan por posicionarse de forma neutral y sitúan los precios del crudo a largo plazo en una franja de entre 70 y 80 dólares. 

"Es la primera vez que la preocupación por la recesión empieza a reflejarse en los mercados energéticos", señala el estratega de materias primas de TD Securities, Daniel Ghali. La clave estará en el curso que sigan después de los mensajes que trasladen la Reserva Federal (Fed) y el Banco Central Europeo (BCE) con los tipos de interés en máximos de la década. Los derrapes experimentados en los últimos días que llevan al Brent a ceder casi un 12% y al Texas más de un 14% en lo que va de año sugieren que la medida de la OPEP, que controla alrededor del 40% del mercado no está funcionando por ahora. 

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