Objetivo promedio de inflación

El mercado saca punta al plan de Powell: paso al frente sin más o una revolución

Su estrategia se ve con escepticismo por un sector de la economía al entender que con tipos ultrabajos y más de 7,01 billones de dólares en activos en su balance, la potencia de fuego de la Fed se queda corta

Lagarde y Powell, en primera línea de la crisis económica.
El mercado saca punta al plan de Powell: ¿un paso al frente más o la revolución?
L. I.

No vean en ello un giro inesperado y de última hora al estilo de El planeta de los simios o de la más reciente Parásitos. Es una decisión histórica, sí, pero esperada desde hace tiempo en los mercados, que ya contemplaban un cambio en esta línea antes incluso del 'shock' que el coronavirus ha supuesto para la economía de los Estados Unidos, teniendo en cuenta la herencia que ésta venía arrastrando desde la crisis financiera de 2008. La nueva estrategia de política monetaria basada en un objetivo de inflación "media" -que anunció el jueves su presidente, Jerome Powell, en el marco del simposio telemático de Jackson Hole- implica que la subida de precios podrá superar "moderadamente" la meta del 2% durante algún tiempo y compensar una inflación persistentemente baja que viene afectando a las principales economías del mundo a lo largo de la última década (zona euro)... o desde hace mucho más (Japón). 

Además, el emisor priorizará por primera vez en cuatro décadas la situación del empleo a la contención de los precios y sólo comenzará a endurecer la política monetaria cuando haya señales reales de inflación. La recuperación del empleo se ha estancado en el país (las peticiones semanales de subsidio por desempleo han vuelto a superar el millón en la última semana) y la primera economía del mundo ha sufrido una contracción récord del 31,7% entre abril y junio en términos anualizados, según la Oficina de Estadística del Departamento de Comercio de EEUU.

La estrategia de la Fed ha sido recibida con cierto escepticismo por un sector de la economía que ve cómo ante un entorno de tipos de interés ultrabajos y con más de 7,01 billones de dólares en activos en su balance, la potencia de fuego del banco central se queda escasa para lograr esos objetivos de inflación sin un respaldo fiscal suficientemente ambicioso... al menos en el corto plazo. Es un mensaje que a quienes forman parte del 'club' del euro también les suena familiar. "Dado que se espera que el alto nivel de holgura actual de la economía se disipe sólo gradualmente, creemos que la política fiscal, y no la monetaria, será el determinante clave del éxito de la Reserva Federal para alcanzar su objetivo de inflación en los próximos años", apuntan Joachim Fels y Allison Boxer desde Pimco, la mayor gestora de renta fija del mundo. Ambos inciden, de hecho en que ese gasto fiscal adicional (o la falta del mismo) será el determinante "crítico" que marque la trayectoria del IPC.

Incluso los funcionarios de la 'todopoderosa' Fed, con Powell al frente, reconocen ya abiertamente los límites de su 'bazuca' cuando la política monetaria no va de la mano de una actuación decidida por parte de los gobiernos o instituciones de turno. Los expertos sí ponen énfasis sin embargo en el hecho de que la revisión de la política monetaria de la Reserva Federal se haya producido un poco antes de lo previsto. No en vano un sector de los inversores la esperaba como pronto en septiembre, coincidiendo con la próxima reunión del Comité Federal de Mercado Abierto o FOMC, por sus siglas en inglés.

De cara a ese encuentro, que se celebrará el próximo 16 de septiembreDavid Kohl, economista Jefe en Alemania del banco Julius Baer ve necesario un compromiso más fuerte con el 'QE' o expansión cuantitativa, ahora que los rendimientos de los bonos estadounidenses a largo plazo se han desplazado hacia arriba, descontando ese compromiso más fuerte del organismo con la inflación. El objetivo sería "limitar cualquier aumento adicional en los rendimientos de los bonos con el fin de garantizar una postura de política monetaria flexible".

Incertidumbre y peligro en un mercado laboral en horas bajas

Los cambios introducidos por la Fed y su decisión de apostar por la flexibilidad en su enfoque no eliminan del todo la incertidumbre en los mercados, tal y como advierte David Page, jefe de Investigación Macro en la gestora francesa AXA IM. Así y en adelante, los mercados seguirán aún más de cerca "los discursos y el comportamiento durante los próximos meses, trimestres y años para tratar de evaluar cómo será la nueva función de reacción de la Reserva Federal". En el mismo sentido, Axel Botte, jefe de Estrategia de en Ostrum AM defiende que la orientación futura ('forward guidance') tendrá que ser "profundamente revisada".

El otro riesgo que puede planteársele a la Fed con su estrategia es que el poder adquisitivo de los hogares se vea mermado si la inflación es más alta que el aumento de los salarios durante un largo período de tiempo, algo que tendría un impacto evidente en una economía que depende en dos terceras partes del consumo. Esta opción no sería tan descabellada si el mercado laboral no consigue funcionar de forma adecuada en los próximos meses o años, lo que resulta difícil de predecir en un entorno como el que ha generado la crisis del coronavirus. 

Para Jack McIntyre, gestor de Brandywine Global, "resulta alentador comprobar que la Fed ya no cree en la curva de Phillips" (teoría que sugiere que una política dirigida a la estabilidad de precios promueve el desempleo, por lo que un cierto nivel de inflación es necesario a fin de minimizar éste). Desde su punto de vista las fuerzas desinflacionistas a largo plazo persisten y está además el ejemplo relativamente reciente de Japón. Su banco central trató de vincular la tasa media de inflación a un objetivo allá por 2016 sin demasiada suerte. El experto no prevé por ello subidas de tipos en un buen tiempo y apunta a que el dólar podría hacer frente a una mayor presión, especialmente frente a las divisas emergentes en comparación con las del G10.

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