Una moneda al aire

Podcast | Bancos centrales: la vuelta a la normalidad viaja a distintas velocidades

Los emisores sopesan cómo retirar los estímulos extraordinarios introducidos al comienzo de la pandemia sin entorpecer el crecimiento y sin generar nuevas espirales inflacionistas por el apoyo a la recuperación

Bancos centrales a distinta velocidad en la salida de la crisis
Bancos centrales a distinta velocidad en la salida de la crisis
L. I.
     

Durante más de una década, los bancos centrales de los mercados desarrollados se han centrado en el estímulo fiscal y monetario, acompañado de tipos de interés entre bajos y negativos -medidas con las que inicialmente plantaron cara a los efectos de la crisis financiera de 2008 y a las que desde entonces no habían conseguido dar la vuelta-. Sin embargo, el fantasma del aumento de la inflación, que parece cada vez menos transitorio, está dando lugar a importantes cambios de política donde los principales emisores del mundo actúan a distintas velocidades.

La inflación anual en la eurozona ha alcanzado un récord del 5,1% en enero, lo que supone más del doble del objetivo del Banco Central Europeo (BCE) y eleva la presión sobre la entidad que capitanea Christine Lagarde para que abandone sus planes de mantener las tasas sin cambios durante todo el año. La subida de los precios en la zona euro ha sido algo más contenida que el 5,4% que se han incrementado en el Reino Unido o que el 7% registrado por Estados Unidos el pasado mes de diciembre.

La situación económica presenta diferencias notables entre EEUU y la zona euro, un mensaje que incluso la presidenta del BCE ha querido enfatizar para dejar claro porqué el emisor del euro lleva otro ritmo en la respuesta al elevado nivel de inflación. La demanda de la eurozona "ha vuelto prácticamente a donde estaba antes de Covid", mientras que en EEUU es un 30% superior por el estímulo fiscal masivo que su Gobierno ha inyectado a la economía estadounidense.

En Europa, la llegada de la variante ómicron hizo que las economías se resintiesen a finales del año pasado, en un contexto de subida de los precios por el acelerón de los costes energéticos. A diferencia de lo que sucede en Estados Unidos, donde los salarios se están disparando, los salarios negociados en la eurozona aumentaron un 1,36% interanual de julio a septiembre, un mínimo histórico desde la introducción del euro en 1999, según datos del BCE.

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