Una moneda al aire

Podcast | EEUU y China se preparan para la versión 2.0 de su pugna... desde enero

Las relaciones entre las dos mayores potencias del mundo han empeorado en los últimos meses a raíz de la crisis generada por la pandemia de coronavirus y no hay señales de que vayan a mejorar con Biden

La transición verde aboca a Washington y Pekín a reeditar su batalla tecnológica
Podcast | EEUU y China se preparan para la versión 2.0 de su pugna... desde enero
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El pasado 16 de enero, Washington y Pekín sellaron la primera fase de su acuerdo comercial tras casi dos años de hostilidades que pusieron en un aprieto a la economía global. Fue, en realidad, un pequeño bache si se tiene en cuenta lo que vino poco después a raíz de la pandemia de coronavirus. Estamos a punto de cerrar uno de los peores ejercicios para la economía mundial en más de 70 años y las dos mayores potencias del mundo se preparan ahora para asomarse a una nueva etapa de sus relaciones con pocas posibilidades de limar asperezas y suavizar tensiones

Con ese pacto inicial, Estados Unidos trataba de atajar un problema crónico (el del déficit comercial que mantiene con el gigante asiático) y de tomar posición en el terreno tecnológico a raíz del despliegue del 5G a nivel internacional. Ahí es donde está el meollo de este conflicto. China, por su parte, ha tratado de no descolgarse de la pelea por el primer puesto de la economía global, que después de la crisis financiera llegó a acariciar. El problema es que la crisis de la Covid-19 ha zarandeado el tablero de ajedrez en el que se movían las dos potencias y ha ido desinflando las cifras que se pactaron a comienzos del ejercicio. 

El país asiático se comprometió a gastar más de 200.000 millones de dólares (unos 163.900 millones de euros) en productos estadounidenses que abarcasen la industria, la energía, la agricultura o los servicios... Las dos potencias acordaron, además, medidas para la protección de la propiedad intelectual y de política monetaria para poner coto a la devaluación del yuan. Fue una firma "amable" y "grandilocuente", a la que los mercados reaccionaron de un modo exagerado. Es lo que explica Alicia García Herrero, economista jefe de Asia Pacífico en la gestora francesa Natixis, en declaraciones al podcast 'Una moneda al aire' de La Información.

Desde su punto de vista, las relaciones entre China y EEUU más que cambiar han empeorado, algo "esperado y quizá acelerado por la pandemia", incide. Tras ese acuerdo inicial, los aranceles al gigante asiático apenas se tocaron. Por si fuera poco, la Casa Blanca anunció una lista 'negra' de empresas que mantenía en la diana en la que incluyó a Huawei y al resto de grandes tecnológicas chinas. "Ese tipo de rechazo, que es más importante que los aranceles porque pega donde duele, que es el acceso a la tecnología por China, no ha hecho más que ampliarse desde entonces", explica la responsable de Natixis. 

Desde que ganó las elecciones Biden no se ha pronunciado al respecto, lo que hace pensar que las cosas no van a cambiar demasiado una vez que asuma el poder. El Gobierno de Xi Jinping esbozó sus prioridades estratégicas para los próximos cinco años en el decimonoveno Comité Central del Partido Comunista, donde dejó claro su objetivo de fortalecer el mercado interno volviéndose autosuficiente y menos dependiente de las importaciones de bienes críticos, entre los que se encuentran, precisamente, los microchips.

"Es bastante grave la situación. Nunca fue una relación buena, fue un espejismo. La crisis generada por la Covid, de la que China ha salido con fuerza y que ha dejado tocado a EEUU, tampoco ha ayudado a suavizar las tensiones", añade la economista. La guerra comercial dejó a China tocada, con un avance de su PIB del 6,1% en 2019, el más débil desde los años 90 y, ahora, y de acuerdo con las perspectivas de los organismos internacionales y de los principales consensos de mercado, será la única de entre las grandes economías que crezca este ejercicio –se apunta a un ritmo de entre el 1,8 y el 1,9%, según la OCDE y el FMI. La economía de EEUU retrocederá un 4,8% en este periodo, según el organismo que dirige Kristalina Georgieva.

El espejismo de la victoria china

A la luz de las cifras pudiera parecer que China sale vencedora de esta pandemia. No es del todo así en opinión de Alicia García-Herrero. El gigante sigue teniendo grandes problemas de crecimiento, va a acabar el año con un avance en el entorno del 2%, el consumo interno no tira como se esperaba de él, la renta disponible no ha recuperado niveles previos a la Covid-19 y una buena parte de la mejora económica viene de las exportaciones (crecieron casi un 23% en noviembre, frente al 4% de las importaciones) en un mundo que se desmorona. 

En esta 'competición estratégica' entre los dos gigante, que aborda temas mucho más importantes para China que el comercial, como es la competencia tecnológica, la papeleta para el Gobierno de Pekín es incluso más preocupante con su alta dependencia en semiconductores -son el producto que más importa, por delante incluso del petróleo-. Con Biden reforzando más que previsiblemente sus alianzas con el exterior, el hecho de que se considere a China como "vencedora" de todo este proceso también la perjudica, por irónico que pueda parecer. Esto sólo puede empujar a EEUU a seguir apretando el acelerador en la contención del gigante asiático. "Es muy difícil que volvamos a una normalización de las relaciones económicas y más allá de económicas entre China y EEUU", zanja la responsable de Natixis en Asia-Pacífico.

Ha sido un mal año, pero además ha sido un año perdido por las dos potencias

"Ha sido un mal año, pero además ha sido un año perdido para terminar de ver cómo van a encajar las piezas de la primera y la segunda economía del mundo, y en segundo lugar cómo va a ser el escenario para los terceros aliados, es decir, qué va a pasar con la UE, con Japón...", apunta Javier Santacruz, economista socio de China Capital. En adelante prevé que el 'ajuste de cuentas' de Washington con Pekín se mantenga. Santacruz tampoco cree que la crisis generada por la pandemia y su salida más rápida de la misma vaya a poner al país asiático en mejor situación para alcanzar el primer puesto de la economía mundial, adelantando a los norteamericanos. La diferencia de que sea la estadounidense y no otra economía (Europa o Japón) la que tenga por delante es que ésta "también tiene una capacidad relativamente rápida de recuperación".

Los expertos consultados sí creen, no obstante, que la Asociación Económica Integral Regional que China y otros catorce de la región Asia-Pacífico firmaron recientemente puede suponer un golpe sobre la mesa menos directo, más sutil por parte del país asiático. Si bien hay quienes, como Santacruz, ponen en duda su efectividad. En sus perspectivas anuales, el banco suizo UBS prevé que los mercados desarrollados en su conjunto y los mercados emergentes sin China se contraigan entre un 5%-6%. Sostienen que la rivalidad de EEUU con China será más previsible, que la administración Biden renovará el enfoque de Estados Unidos hacia las relaciones exteriores, lo que puede beneficiar a Europa, siempre que sepa jugar sus cartas.

"El cambio de estilo y liderazgo en las organizaciones internacionales del presidente electo Joe Biden debería reducir la incertidumbre, aunque todavía tiene que determinar el destino de los aranceles impuestos por Donald Trump", añaden desde la gestora Edmond de Rothschild. Y recuerdan cómo el índice de incertidumbre del comercio mundial alcanzó un máximo histórico en 2019. Subió especialmente en EEUU, mientras que en China fue la mitad de alto. Aunque el fin de las guerras comerciales será favorable para el comercio internacional y asiático a corto plazo, aún más relevante podría ser que EEUU retome los acuerdos de libre comercio en Asia. "No obstante, la disociación comercial y tecnológica de las economías de Estados Unidos y China continuará gradualmente en los próximos años", aseveran.

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