Al borde del pleno empleo

¿Por qué el mercado laboral resiste a la entrada en recesión técnica de EEUU?

Las cifras evidencian que la fortaleza en el ámbito laboral mantiene una resistencia numantina al descenso de la actividad económica y la alta inflación pero la experiencia a pie de calle lo refrenda.

Biden
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Evan Vucci - Pool via CNP

Estados Unidos ha entrado en recesión técnica al sumar dos trimestres de decrecimiento económico. No es ningún secreto. Otras variables que sirven como indicadores adelantados, como el PMI de servicios, llevan varios meses en territorio contractivo. La última lectura fue de 44,1, cuando el consenso de mercado esperaba 49,8. Números que hacen que en muchos despachos de Wall Street estén acabando con sus uñas. El 80% de la economía de Estados Unidos depende del sector servicios. Es un aviso a navegantes.

La Fed y otras instituciones, en cambio, no andan especialmente preocupadas por este clima tan inquietante. ¿Tienen razón? ¿Cuál es el motivo principal? Básicamente, un mercado laboral que no da señales de contraerse, sino más bien de todo lo contrario. Es un paradigma que se pudo observar en los últimos datos de creación de empleo del país, con la tasa de paro más baja de las últimas cinco décadas. El informe mostró una creación de 528.000 puestos de trabajo en julio, lo que supuso un resultado considerablemente mejor de los 250.000 estimados por el consenso.

Esta mejora de la tasa de paro se produjo en un contexto en el que la tasa de participación vuelve a descender hasta el 62,1% (62,2% anterior). De hecho, el ajuste de esta referencia por dicho efecto plantearía un aumento de casi 4 décimas en la tasa de paro. Por sectores, la educación y salud junto con el ocio fueron los que lideraron la creación de empleo, al añadir 122.000 y 96.000 nuevos puestos de trabajo respectivamente. En cuanto a salarios, las ganancias medias por hora aumentaron en una décima, hasta el 0,5% en su variación mensual. Así, en términos interanuales la referencia se mantuvo plana en el 5,2%, con el dato anterior revisado al alza en una décima.

Las cifras evidencian que la fortaleza en el ámbito laboral mantiene una resistencia numantina al descenso de la actividad económica , pero la experiencia sobre el terreno, a una mayor microescala, lo refrenda. Tanto en ciudades del sur del país como en Miami, Orlando y Nueva Orleans, como en las regiones más rurales como Florida, Misisipi, Alabama o Luisiana la presión contratadora luce intacta. Al menos, como testigo directo.

Es bastante común recorrer centros comerciales, outlets, calles principales de ciudades o poblaciones más pequeñas, o cualquier supermercado en algún lugar recóndito de dichos estados, en los que en las fachadas principales de los negocios esté colgado un cartel en el que anuncie que están necesitados de personal. “Únete a nuestro equipo”, “estamos contratando”, o “necesitamos ampliar la plantilla” son eslóganes habituales con los que uno se topa en cualquier comercio.

Sin embargo, la sensación de fortaleza el mercado laboral no solo se percibe en ese tipo de carteles, sino en la proliferación de una estrategia que es poco común a este lado del Atlántico y que aún se mantiene con gran entereza en el país norteamericano: los conocidos como hiring bonus o sign on bonus. Son lo que, traducido al español, sería como un bono por contratación o por firmar el contrato. Es decir, que simplemente por aceptar el trabajo, muchas empresas pagan al trabajador desde los 300 a 500 dólares, como es el caso de muchos McDonald’s de estado de Florida, a los más de 1.000 euros de los parques temáticos de Orlando, o los 2.000 euros de pagos extraordinarios que ofrece Amazon de entrada por aceptar alguna de sus ofertas.

Los incentivos a la contratación refleja que el mercado laboral sigue fuerte, aunque es cierto que se vislumbra un estado de maduración que en cualquier momento puede revertirse, especialmente cuando la subida de tipos de interés empiece a hacer mella sobre los negocios más endeudados, provocando ciertos reajustes de plantillas e, incluso, el cierre de muchos establecimientos. Pero aún quedaría para llegar a ese extremo.

Las razones fundamentales

La conocida como Gran Renuncia en Estados Unidos tras la pandemia, el rechazo de un sector poblacional a incorporarse al mercado laboral, explica parte de este fenómeno que hace que la contratación siga a niveles de altos vuelos. Un informe de la empresa de análisis Gartner pronostica que los altos niveles de dimisiones pueden ser un elemento permanente en el ámbito del trabajo. La consultora prevé que la rotación voluntaria seguirá siendo casi un 20% más alta que antes de la pandemia en EEUU. En una gran empresa con 25.000 empleados, eso podría traducirse en la renuncia de 1.000 personas más cada año. Los esquemas parecen haber cambiado.

Al inicio de la pandemia, las empresas estadounidenses entraron en pánico y despidieron a un número récord de trabajadores. Esa situación desembocó en una decisión fatal. Cuando se produjo la recuperación económica a lo largo del 2021, muchas compañías no estaban preparadas para cubrir la demanda necesaria por parte de los consumidores. Por eso, tuvieron que hacer todo lo posible por contratar a más trabajadores: sueldos más altos y los mencionados bonus de contratación.

Ahora, algunos economistas exponen que muchos directivos habrían aprendido la lección y que tienen muchas más reticencias a reducir sus plantillas, pese a que sus márgenes de beneficios se puedan ver menguados por una recesión económica. Esto podría explicar por qué la tasa de despidos en Norteamérica se mantiene cerca de los mínimos históricos, incluso cuando los beneficios de las empresas se están viendo reducidos.

La profundización en una mayor crisis económica irremediablemente debería tener efecto sobre el mercado del trabajo. La duda está en cuánto será esa repercusión y si, en esta ocasión, afectará en menor medida que en otras recesiones mayores, como el ejemplo que tuvimos en 2008. Por lo pronto, es un segmento de la economía que muestra una gran fortaleza, pero que evidencia una calma tensa sobre el engranaje de la principal potencia económica del planeta.

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