Expectativas ancladas

Powell enfría el atractivo del oro con su enfoque de inflación pasajera en 2021

El metal precioso cayó 85,70 dólares, o un 4,6%, hasta 1.773,80 dólares la onza, tras la declaración de intenciones del máximo responsable de la Reserva Federal y se desliza a mínimos desde abril.

El oro tiene en la industria joyera su principal consumidor industrial. (Foto de ARCHIVO) 11/2/2019
El oro tiene en la industria joyera su principal consumidor industrial. (Foto de ARCHIVO)11/2/2019
Europa Press

Los operadores esperaban el discurso de Jerome Powell, presidente de la Fed, con una atención desmedida. En función a sus palabras podía entenderse que la fiesta monetaria bajo la cual Wall Street se sustenta podría dar visos a acabarse. Sin embargo, su discurso de talante “dovish” alarga los fantasmas de un tapering y cambia los objetivos de muchas clases de activos que se favorecen de un entorno monetaria más restrictivo, como el oro o los bonos.

Este es un momento extraordinariamente inusual, y realmente no tenemos un modelo o ninguna experiencia de una situación como esta, así que creo que tenemos que ser humildes sobre nuestra capacidad para entender los datos. No es el momento de intentar sacar conclusiones duras sobre el mercado laboral, sobre la inflación, sobre el camino de la política... Necesitamos ver más datos, tenemos que ser un poco pacientes”, describía Powell en la rueda de prensa posterior a la reunión de la Fed.

Una orientación que ya se empieza a digerir desde todos los parqués. “Los mercados han comprado el argumento de los bancos centrales…De momento”, señala Pedro del Pozo, director de inversiones financieras en Mutualidad de la Abogacía. Según explica, “probablemente haya que retrotraerse al famoso anuncio de Mario Draghi de verano de 2012 (whatever it takes...), para encontrar un nivel de confianza siquiera similar al que muestran los inversores, en la actualidad, hacia los bancos centrales”.

Mientras se mantenga esta confianza, va a ser muy difícil llevar la contraria a los alcistas en bolsa”, por lo que nos encontramos con “muchas bolsas llamando a las puertas de máximos históricos o, al menos, de ciclo”, comenta del Pozo, que advierte: “es mucha complacencia que puede verse afectada por algún cambio muy significativo en los mensajes de los bancos centrales, como un tapering fuerte en Estados Unidos, por ejemplo”.

En este sentido, uno de los claros afectados por este enfoque más laxo por parte de la Fed es el oro. El metal precioso cayó 85,70 dólares, o un 4,6%, hasta 1.773,80 dólares la onza, tras la declaración de intenciones del máximo responsable de la Reserva Federal. De hecho, ahora cotiza a niveles no vistos desde finales de abril en lo que fue su mayor caída desde noviembre del 2020.

Pero las mineras también se vieron muy afectadas. El ETF de VanEck vectors Gold Miners (GDX) perdió un 5% en torno a los 34,93 dólares, mientras que el VanEck vectors Junior Gold Miners ETF (GDXJ) retrocedió un 4,7%. Un claro síntoma de que esta escena perjudica seriamente a la entrada de inversores.

Las dificultades del metal dorado

Si bien el la Fed mantuvo la política estable, también su previsión señala dos aumentos en 2023. Además, incrementó su previsión de inflación para este año y el próximo. Es el tablero de juego que impera en estos momentos.

Los datos recientes que mostraban el aumento de los precios habían llevado a muchos inversores a creer que la Fed al menos comenzaría las primeras discusiones sobre frenar algunas de sus políticas ultra acomodaticias destinadas a amortiguar la economía de la pandemia del Covid-19. Pero el resultado fue mucho más agresivo de lo que algunos esperaban.

Los futuros del oro marcaban los 1.861 dólares la onza el pasado miércoles, pero comenzó a caer en las operaciones electrónicas después del anuncio de la Fed. Eso sucedió cuando los rendimientos de los bonos del Tesoro subieron en todos los ámbitos —la rentabilidad de las notas dos años estaba rondando el nivel más alto en un año— y el dólar subió.

“Los rendimientos más altos aumentan el coste de oportunidad de mantener el oro que no devenga intereses, y las perspectivas de un mayor aumento de los rendimientos deberían limitar el potencial alcista del metal amarillo a pesar de las crecientes presiones inflacionarias”, asegura Ipek Ozkardeskaya, analista senior de Swissquote, en una nota a los clientes.“Una presión positiva sostenida sobre las rentabilidades podría enviar al precio por onza a una estabilidad en torno a los 1.800 dólares”, añade.

De hecho, los alcistas del oro deben defender esa línea roja para cimentar sus estrategias, tal y como explica Edward Moya, analista senior de Oanda. “El giro agresivo de la Fed supone un gran revuelo para los alcistas del oro que podrían ver un impulso de ventas en el corto plazo”, concreta. “Los rendimientos de los bonos del Tesoro a corto plazo seguirán aumentando y eso debería proporcionar algún soporte subyacente para el dólar, lo que mantendrá vulnerables a las materias primas”, ahonda el experto en un reciente informe.

Al mismo tiempo, los precios de la plata se desplomaron de la mano del retroceso del metal dorado y los futuros de junio bajaron casi un 7%, hasta los 27,75 dólares la onza. También, los precios de varios metales industriales perdieron terreno, un día después de que China anunciara planes para liberar reservas nacionales de estos activos para enfriar los crecientes precios de las commodities.

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