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Powell admite la recesión como un mal menor del alza de tipos ante la inflación

El gobernador de la Reserva Federal (Fed) mantiene intacto su discurso ante senadores y congresistas sobre el compromiso en recuperar la estabilidad de precios pero niega que intente inducir la recesión.

El comité ejecutivo de la Fed, de izq. a dcha: Waller, Bowman, Powell, Brainard, Jefferson y Cook.
El comité ejecutivo de la Fed, de izq. a dcha: Waller, Bowman, Powell, Brainard, Jefferson y Cook.
L. I. / Fed / Archivo

La última intervención del presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, revela una dura realidad para la economía y los mercados en este 2022. El banco central más poderoso está dispuesto a invocar a la recesión con tal que de retomar el control sobre la inflación, desbocada y en máximos de más de cuatro décadas en el 8,6%. Ante el comité bancario del Senado, el gobernador de la política monetaria de EEUU mantuvo la posición ante las críticas ante las críticas y acusaciones que le achacan que ha perdido el control de la inflación, de haber llegado tarde con las subidas de tipos de interés o de inducir una recesión económica. Powell lo negó pero dejó la puerta abierta a que ese sea el alto precio del ajuste monetario.

"Hacer una política monetaria adecuada en este entorno incierto requiere reconocer que la economía a menudo evoluciona de manera inesperada. La inflación obviamente sorprendió al alza durante el último año, y podrían esperarse más sorpresas", señaló en su discurso ante los senadores. Powell mantuvo el mensaje de que seguirán subiendo los tipos de interés hasta que surjan "evidencias convincentes" de que la inflación está bajando, aunque por primera vez admitió que la recesión es "ciertamente una posibilidad".

Powell se presentó ante los beligerantes senadores de EEUU con una presentación calcada a la conferencia que ofreció tras la reciente reunión de política monetaria, en la que elevó los tipos de interés en 0,75 puntos y preavisó que es posible otro movimiento similar a finales de julio. Nadie le pidió explicaciones sobre el aumento de la velocidad del ajuste monetario, que ha dibujado una secuencia de 25-50-75 puntos básicos desde abril.

Los senadores incidieron en sus intervenciones en las consecuencias de la inflación pero Powell les recordó que las subidas de tipos no bajan el precio de los alimentos o la energía, pero les perjuró que la Fed está comprometida con el objetivo de recuperar la estabilidad de precios. 

Y esa misión pasa, entre otras cosas, por un enfriamiento de la economía, de la demanda y, sobre todo, del mercado laboral en EEUU por la espiral de subidas salariales y escasez de mano de obra que viven algunos sectores allí. "No estamos tratando de provocar [una recesión], y no creo que tengamos que provocarla. Pero sí creemos que es absolutamente esencial que restablezcamos la estabilidad de precios, en especial en beneficio del mercado laboral más que cualquier otra cosa. Está demasiado caliente y extremadamente desequilibrado entre oferta y demanda", aseguró Powell.

Ante el riesgo de que se produzca la temida recesión mientras la Fed sigue endureciendo las condiciones de financiación, el rector del banco central abrió una ventana a la posibilidad de un parón más adelante. "Por lo tanto, tendremos que ser ágiles para responder a los datos entrantes y a un panorama en evolución. Y nos esforzaremos por no añadir incertidumbre en lo que ya es un momento extraordinariamente desafiante e incierto", dijo.

"Tenemos las herramientas que necesitamos y la determinación que se necesitará para restaurar la estabilidad de precios en nombre de las familias y empresas estadounidenses. Es esencial que reduzcamos la inflación si queremos tener un período sostenido de condiciones sólidas en el mercado laboral que beneficien a todos", insistió el mandatario. Powell dejó caer otra idea que ya ha repetido en varias ocasiones: la economía estadounidense está preparada para asumir el ajuste monetario más rápido en EEUU en varias décadas y conseguir un aterrizaje suave: "Está muy fuerte y está bien posicionada para manejar una política monetaria más estricta”.

Pese a la agresividad de su discurso, sin atisbo de debilidad o duda, los mercados reaccionaron de forma positiva a sus declaraciones, aunque apenas hubo novedad respecto a anteriores discursos. En Wall Street, el Dow Jones de Industriales subía a media sesión alrededor del 0,6%, mientras que el S&P 500 y el Nasdaq 100 se anotaban subidas del 0,7% y 0,8%. En el mercado de deuda, el bono federal a 10 años ofrecía un interés del 3,15%, mientras que el petróleo cotizaba a la baja y el gas consolidaba sus caídas.

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