Pese a la desaceleración

Powell pulsa la alarma antiinflación: 7 subidas de tipos y depresión de balance

La Reserva Federal envía un mensaje inequívoco a los inversores: "la prioridad es la estabilidad de precios" y, pese a la drástica desaceleración, endurece agresivamente su política monetaria.

Jerome Powell, Fed
Jerome Powell,  gobernador de la Fed
Agencia EFE

Que nadie espere un salvavidas por parte de la Reserva Federal (Fed) aunque se debilite la economía en el corto plazo. Ni siquiera la guerra, como la que hay en Ucrania, va a frenar al banco central en su objetivo 'número uno' en 2022: derribar al vuelo de la inflación en EEUU. Si en febrero se disparó hasta su nivel más alto en 40 años con un incremento del 7,9% interanual, este porcentaje crecerá aún más en marzo porque el conflicto bélico está inyectando una “presión alcista adicional” sobre los precios y a la baja sobre la actividad económica, según su diagnóstico. Es la lectura de una reunión que pone fin a la era de tipos cero que alumbró el estallido de la pandemia del Covid-19 en marzo de 2020.

La institución que gobierna Jerome Powell inaugura el nuevo ciclo al alza de tipos con una subida de 25 puntos básicos, al 0,5%, la primera desde diciembre de 2018. Según el diagrama de previsiones que acompaña a la decisión, los ‘sabios’ de la Fed esperan seis o siete nuevas alzas en el precio del dinero, una por cada reunión que resta en 2022, con lo que elevarían la tasa a niveles cercanos al 2% a finales de año. Serían, por tanto, siete u ocho movimientos en un escenario de gran incertidumbre que ha provocado una rebaja de la previsión de crecimiento al 2,7% para 2022, desde el 4% estimado en diciembre, al mismo tiempo que ha disparado el pronóstico de inflación al 4,3%, frente al 2,6% previo.

Powell busca evitar a toda costa que se genere el riesgo de que la inflación pueda escapar a su control, de ahí que enfatizó una y otra vez que va a centrar sus esfuerzos en “preservar la estabilidad de precios”, uno de los dos preceptos fundamentales de la institución. Por ese motivo lanzó un mensaje mucho más duro que quedó eclipsado por la subida de tipos. Llega la temida reducción de balance después de que los estímulos monetarios durante la pandemia del Covid-19 en forma de compra de activos (deuda pública y privada) lo hayan llevado hasta los 9 billones de dólares, un 140% más que al cierre de 2019 antes de la gran recesión.

La gran 'subida' de tipos oculta: reducción de balance

“El comité realmente entiende que ha llegado el momento de aumentar los tipos y reducir el balance. Y solo diría y volvería a recordar que la economía está muy fuerte, como mencioné, con un tremendo 'momentum' del mercado laboral. Claramente es hora de aumentar las tasas de interés y comenzar a reducir el balance. Y quiero añadir que, mientras miraba alrededor de la mesa en la reunión de hoy, vi a un comité que es consciente de la necesidad de devolver la estabilidad de precios a la economía y que está decidido a usar nuestras herramientas para hacer exactamente eso”, argumentó Powell ante las preguntas sobre el giro en la política monetaria.

Según los economistas de ING, el balance de la Fed podría reducirse en 500.000 millones de dólares hasta final de año (de 9 a 8,45 billones) y en otros 1,2 billones a lo largo de 2023, hasta 7,25 billones. “Aún así es casi el doble del nivel de 3,75 billones en el que se encontraba en 2019. Es una gran cantidad de notas y bonos que el mercado tiene que absorber, lo que debería ejercer cierta presión al alza sobre los rendimientos del Tesoro a lo largo de la curva de rendimiento, lo que se traduciría más directamente en mayores costes de endeudamiento para las empresas y los hogares a través de las tasas hipotecarias”, advierte James Knightley en un análisis tras la reunión.

Es la gran subida de tipos oculta de la reunión, aunque de momento solo se haya anunciado pero no ejecutado. “Sobre la contracción del balance, la gente hace los cálculos de diferentes maneras, pero podría ser el equivalente a otro aumento de los tipos solo por el efecto salida”, apuntó Powell al ser cuestionado por el número de alzas previstas y la programación de solo seis reuniones por delante. 

El gobernador de la Fed insinuó que el anuncio puede producirse el 3 y 4 de mayo, aunque en el encuentro de esta semana los gobernadores parecen haber hecho ya la tarea. “La reducción del tamaño de nuestro balance también jugará un papel importante en la reafirmación de la postura de la política monetaria. En nuestra reunión de hoy, el comité hizo un buen progreso hacia un plan para reducir nuestra cartera de valores, y esperamos anunciar el inicio de la reducción del balance en una próxima cita”, añadió.

Reacción al alza de Wall Street y el euro

Pese al tono agresivo de la reunión de la Reserva Federal, que se mostró dispuesta a combatir la inflación galopante con restricciones monetarias, los mercados culminaron el miércoles una doble jornada de fuertes subidas marcadas por el mensaje del Consejo de Estado de China de apoyar la estabilidad de los mercados, impulsar la economía y, sobre todo, suavizar las presiones regulatorias sobre las grandes tecnológicas del país. 

De hecho, las acciones tecnológicas registraron la mayor subida de su historia, según el índice tecnológico Hang Seng Tech. Las bolsas europeas y Wall Street también cerraron con notables subidas, aunque en menor medida. “La Fed ha sorprendido con dureza en la reunión del FOMC de hoy. Ha igualado efectivamente las expectativas de una línea dura del mercado para este año y las ha superado para 2023”, apuntan en ING.

Incluso el euro subió en su cambio frente al dólar -por encima de 1,10 unidades- pese a que todo apunta a que se debilitará como consecuencia del cambio de expectativas de tipos en EEUU, con los tipos proyectándose hasta el 3% al final de 2023 según las estimaciones de los gobernadores de la Fed. “El conflicto en Ucrania ha cambiado radicalmente el escenario de las materias primas energéticas, y los precios de la energía estructuralmente más altos pueden ser el legado a largo plazo de este período de gran agitación geopolítica”, explica Francesco Pesole, estratega de divisas de ING. En su opinión, la divisa única ha quedado dañada a largo plazo como consecuencia del aumento de la percepción de riesgo en Europa por la guerra desatada por Rusia y por el efecto negativo de la energía.

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