Comparece ante el Senado

Powell ajusta su vacuna verbal contra el miedo inversor a la inflación y los tipos

El mercado ha rescatado incluso el debate sobre si el banco central se planteará actuar sobre el tramo más largo de la curva de tipos, ampliando sus compras y contribuyendo algo a rebajar la tensión. 

HANDOUT - 30 October 2019, US, Wahington: Jerome Powell, Chair of the Federal Reserve, speaks during a press conference. The US Federal Reserve announced its third consecutive quarter-point interest rate cut since July. Photo: -/Federal Reserve /dpa - ATT
Powell ajusta su vacuna verbal contra el miedo inversor a la inflación y los tipos
-/Federal Reserve /dpa

Meter presión a los legisladores para que aceleren con la aprobación del paquete de estímulo de 1,9 billones comprometido por la nueva Administración Biden y, al mismo tiempo, relajar a los inversores que están trasladando su nerviosismo al mercado de la deuda en forma de ventas masivas de bonos estadounidenses con vencimientos más largos -lo que a su vez está disparando la rentabilidad de los 'treasuries' a 10 y 30 años-. El presidente de la Reserva Federal ajusta ya su vacuna verbal contra el temor a un sobrecalentamiento de la economía estadounidense que dispare la inflación antes de lo previsto y obligue al banco central a tocar retirada en su programa de estímulos contra la pandemia.... e incluso a subir los tipos desde mínimos históricos. 

Ese miedo ha disparado el interés del bono americano a 10 años por encima del 1,39% en las últimas horas (acumula un 'rally' del 52% en lo que va de ejercicio) y la de la deuda a 30 años por encima del 2,18%, en el que es también su nivel más alto en más de un año. En el caso de la deuda, la rentabilidad se comporta en sentido inverso a los precios y estos últimos han alcanzado cotas no vistas a raíz de la pandemia y de las macrointervenciones de los bancos centrales -hay gestores que vienen advirtiendo, de hecho, desde hace unos meses sobre el posible pinchazo de la burbuja de los bonos-. De hecho han rescatado incluso el debate sobre si el banco central se planteará actuar sobre el tramo más largo de la curva de tipos, ampliando sus compras y contribuyendo algo a rebajar la tensión. 

La comparecencia semestral de Jerome Powell ante las dos cámaras del Congreso (la Cámara de Representantes y el Senado) que se celebra hasta mañana no puede llegar en mejor momento. Parece existir un cierto consenso en que centrará su mensaje en resaltar la mejora evidente de la economía del país, aunque haciendo hincapié en que los riesgos siguen siendo a la baja, sobre todo en lo que respecta al mercado laboral. El mes pasado, la tasa de paro cayó hasta un 6,3% (desde el 6,7% del mes anterior), según los datos de la oficina de estadísticas laborales del Departamento de Trabajo estadounidense, pero la creación de empleo no agrícola se quedó en enero por debajo de lo previsto, en los 49.000 puestos de trabajo

El repunte en los rendimientos de los bonos norteamericanos y los datos de empleo más débiles han mantenido al dólar estadounidense relativamente respaldado, entre indicios de una recuperación económica más acelerada, expectativas de estímulos fiscales y una mayor demanda de refugio seguro. "Es previsible que Powell insista en la necesidad de mantener los estímulos monetarios ante la alta capacidad ociosa en el mercado laboral y subraye la importancia de agilizar la aprobación de los estímulos fiscales por parte del Congreso", apuntan los analistas de Bankinter

De momento, el responsable de la política monetaria de EEUU ya ha dejado claro en sus últimas intervenciones públicas que la Fed está aún lejos de alcanzar sus objetivos de inflación y empleo y que, de hecho, el organismo podría tolerar un avance de los precios por encima del 2% por un tiempo, en tanto que la situación no se normalice. En realidad, lo que teme ahora el mercado es que a Powell le toque desdecirse si ese impulso del IPC es más intenso y pilla con el pie cambiado al emisor

De momento, su mensaje tiene que ser de nuevo contundente a la hora de meter presión a las negociaciones del nuevo paquete de estímulo. El país y una pandemia como la que atraviesa el mundo necesitan de una respuesta "a lo grande", como han venido en reclamar el banquero central, pero también la nueva secretaria del Tesoro, Janet Yellen. Es cierto que desde el inicio de 2021, la mayoría de las estadísticas económicas han demostrado que la actividad y la confianza empresarial han resistido bien la última oleada de contagios que comenzó en otoño de 2020.

En Estados Unidos, la producción ha seguido repuntando (+1% trimestral). La fuerza del sector de la construcción residencial no decae, la recuperación del sector manufacturero continúa y los servicios son más bien mixtos según su dependencia de las interacciones sociales. Pese a ello y "a la vista de las divergencias observadas a finales de 2020, el nivel de actividad prepandémico no se superará, según nuestras estimaciones, hasta el segundo trimestre de 2021 en EEUU, el tercero en Alemania, el cuarto en Francia y sólo en 2022 en Italia, Reino Unido y España", apunta Bruno Cavalier, Economista jefe de la gestora ODDO BHF.

Estas perspectivas confirmarían que el despertar de los precios tiene más que ver con un aumento de las presiones temporales en algunos mercados con exceso de demanda reprimida (como el del petróleo o el de los metales industriales, que están experimentando ahora su propio 'rally' al iniciarse la recuperación). En realidad, que la crisis se revierta cuanto antes es el objetivo de las políticas de estabilización que están aplicando los banco centrales y los gobiernos de todo el mundo. En parte, las nuevas estrategias monetarias tratan de compensar la debilidad de la inflación, que se ha mantenido casi como una constante entre las economías desarrolladas desde la pasada crisis financiera.

Los analistas contemplan el debate entre economistas de renombre en EEUU que, si bien están de de acuerdo en los fundamentos (se necesita mucho estímulo) discrepan en los detalles (el mucho no debe convertirse en demasiado). "Ni Janet Yellen en el Tesoro, ni Jerome Powell en la Fed, ni Joe Biden en la Casa Blanca, que son los verdaderos responsables de la toma de decisiones, muestran preocupación alguna por un recalentamiento prolongado. En su opinión, la mejor manera de abordar los principales problemas creados por la pandemia -el desempleo y la deuda- es tener una recuperación lo más fuerte posible", incide Cavalier.

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