El precio del petróleo no pisa el freno: se dispara un 2% y alcanza los 58 dólares

  • El crudo ha cotizado durante todas las sesiones del año con subidas debido a que los recortes de producción de los países OPEP son ya una realidad.
El petróleo Brent en zona de mínimos del año
El petróleo Brent en zona de mínimos del año
Pixabay

El precio del petróleo no pisa el freno en este arranque de año. El barril Brent, de referencia en Europa, se anota una subida en torno al 2% y alcanza un precio de 58,20 dólares. Por tanto, solo en las últimas cuatro sesiones se ha disparado por encima del 8% tras finalizar el pasado curso con un precio de 53,8 dólares. 

El petróleo de referencia en Estados Unidos, el West Texas, también se dispara este lunes por encima del 2%, hasta los 49 dólares por barril. Por tanto, durante este año acumula un avance alrededor del 7,5%, registrando durante todas las sesiones de 2019 (al igual que el Brent) números verdes y ninguna caída de precio. 

El motivo de los fuertes rebotes se produce tras la fuerte corrección experimentada el pasado curso. Durante 2018 el precio del barril Brent se hundía desde los 67,62 dólares hasta los 57,41 dólares. Además, a finales de septiembre lograba marcar máximos desde 2014 al alcanzar un precio de 86,29 dólares. 

La subida del precio del petróleo viene motivada por un recorte de la producción de crudo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y alguno de sus grandes aliados, como es el caso de Rusia, que se han hecho efectivas en el arranque de este curso y que parecen ser ya una realidad. De hecho, incluso podría ser mayor que la anunciada en un primer momento. 

Arabia Saudí ha sido uno de los grandes impulsores del precio del petróleo. El país árabe habría reducido notablemente la exportación de barriles de crudo a las principales potencias económicas a nivel mundial mientras que Irak ha cerrado también su grifo y solo está bombeando 4,5 millones de barriles al día, una cifra que supone un 3% menos. 

Por si todo esto fuese poco, se unen las caídas de los suministros de Irán y Libia. El primero acusa las sanciones de Estados Unidos y la presión de otros países mientras que grandes campos petrolíferos de Libia han sufrido ataques de milicianos de tribus locales que han obligado a las compañías estatales al cierre de diversas plantas. 

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