Máxima volatilidad

Presión para la Fed: el 'índice del miedo' pisa niveles del inicio de la guerra rusa

La tensión en los mercados se dispara a niveles no visto desde la invasión de Ucrania por parte de Rusia ante las intervenciones infructuosas del Banco de Inglaterra para evitar una crisis financiera.

El VIX entra en la zona de riesgo a partir de los 30 puntos.
El VIX entra en la zona de riesgo a partir de los 30 puntos.
Nerea de Bilbao (Infografía)

Máxima volatilidad en los mercados. El VIX, el llamado 'índice del miedo', ha vuelto a elevarse a niveles de evento de alto riesgo por encima de los 30 puntos, después de asistir a las repetidas intervenciones infructuosas del Banco de Inglaterra para calmar a los inversores en su fuga de los activos británicos y atender las peticiones de auxilio de algunos fondos de inversión.

El VIX, que mide la volatilidad de las opciones financieras sobre el S&P 500 y las operativas de cobertura de los inversores, escaló este martes hasta los 34 puntos, un nivel próximo a los máximos anuales que marcó tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia. La crisis de Reino Unido ha sido el detonante del nuevo incremento de las tensiones financieras después de que el Banco de Inglaterra (Boe) haya hecho un llamamiento a los gestores de fondos de pensiones para que reequilibren su cartera de bonos antes del viernes.

El ultimátum se debe a que el banco central pondrá fin a su plan de compras de emergencia de bonos británicos (gilt) por importe de 90.000 millones de libras que puso en marcha el pasado 28 de septiembre y que ha tenido que reforzar esta semana. La intervención de Andrew Bailey supone el punto álgido de una crisis que ha puesto contra las cuerdas al mercado británico y ha llevado a la libra esterlina a mínimos históricos frente al dólar.

"El Banco de Inglaterra y el Gobierno de Truss se han combinado sin proponérselo para colocarse a sí mismos, a la economía británica y, lo que es más dramático, a los mercados financieros del Reino Unido en una posición peligrosa e incierta. Si bien puede debatirse la conveniencia a medio plazo de proporcionar un apoyo fiscal significativo a la economía del Reino Unido, hacerlo en un momento de tanta volatilidad en los mercados y con la inflación todavía en alza, parece obviamente desaconsejable", argumenta James Athey, gestor de la firma escocesa abrdn.

La velocidad de la Reserva Federal (Fed) subiendo los tipos de interés para poner coto a la inflación en EEUU ha acelerado la caída de otras divisas de referencia como el euro, la libra o el yen ante el ensanchamiento del diferencial de tipos entre las diferentes áreas económicas. La Fed elevó en septiembre en 0,75 puntos, al 3-3,5%, su tasa oficial frente al 1,25% del BCE (+0,75 puntos) o el 2,25% (+0,5 puntos) del Banco de Inglaterra

El ascenso del dólar ha provocado inestabilidad en los mercados financiero y forzado a intervenir tanto al Banco de Japón como al británico. El BCE se ha quedado por el momento en la retórica agresiva de que seguirá subiendo los tipos de interés, aunque en julio puso en marcha un bazuca durmiente (TPI), con compras ilimitadas, para intervenir en el caso de que se produzca un deterioro grave en los mercados europeos.

Las bolsas ampliaron su desplome este martes en espera de conocer el dato de inflación del jueves en EEUU, una lectura que podría dar la señal de un cambio de planes de la Fed. Sin embargo, el gobernador Jerome Powell ha mantenido hasta ahora la necesidad de seguir subiendo los tipos de interés, endureciendo así las condiciones de financiación, pese al riesgo de recesión. Los inversores temen que el banco central se esté pasando de frenada porque todavía se desconocen los efectos de las últimas subidas de tipos (300 puntos básicos desde marzo) para la economía estadounidense.

"Es probable que el entorno futuro se caracterice por el grado de presión que los bancos centrales estén dispuestos a infligir a las economías para controlar la inflación, sobre todo en un momento en que los catalizadores de la inflación en Estados Unidos y Europa son diferentes. Sin embargo, lo que está claro es que frenarán las economías, lo que podría afectar a las compañías más vulnerables en crédito y renta variable. Creemos que es el momento de incluir bonos y crédito de elevada calidad en las carteras, pero manteniendo un enfoque diversificado en activos reales (materias primas, oro). Por tanto, el tema general es buscar rendimientos en áreas que puedan ofrecer protección ante una recesión económica y, al mismo tiempo, proporcionar rendimientos ajustados a la inflación", apuntan en Amundi.

Mostrar comentarios