Impuesto de Sociedades

De Tesla a Nvidia: cómo la presión fiscal de Biden puede penalizar a Wall Street

Los periodos de alza en los impuestos tienden a vincularse a escenarios negativos para la evolución de las acciones pese a que ahora se producirá en pleno boom económico por los planes de estímulo.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quiere subir los impuestos.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quiere subir los impuestos.
Europa Press

Antes de 2017, Estados Unidos tenía uno de los tipos impositivos más elevados del Impuesto de Sociedades entre los países de la OCDE. En 2017, se redujo del 35% al 21%. Ahora, podemos esperar que esto se invierta en parte, ya que el presidente Joe Biden ha propuesto varios cambios en los impuestos de sociedades para recaudar ingresos para su plan de infraestructuras. La cuestión es cómo puede impactar esto en las empresas cotizadas. Especialmente, para aquellas a las que pueden estar más afectadas.

A principios de abril se dio a conocer la hoja de ruta para pagar el Plan de Empleo Americano, llamado "The Made in America Tax Plan". “El mayor cambio desde el punto de vista de los ingresos sería aumentar el tipo del impuesto de sociedades del 21% al 28%”, destaca Christian Hantel, Senior Portfolio Manager de Vontobel AM.

Una regla general es que un aumento de un punto porcentual en el impuesto de sociedades equivale a unos 100.000 millones de dólares de nuevos ingresos al año. Sin embargo, un aumento del tipo de sociedades necesita el apoyo del Senado o de la Cámara de Representantes.

En consecuencia, es muy probable que se llegue a un compromiso y que el tipo se sitúe finalmente en torno al 25%. “Un aumento tan moderado del impuesto de sociedades es manejable para las empresas estadounidenses”, argumenta Hantel. De este modo, en términos más generales, un compromiso que establezca un tipo impositivo más bajo de lo que se pensaba inicialmente podría ser positivo en última instancia para los activos de riesgo, incluidos los bonos corporativos.

“En nuestra opinión, el efecto de este estímulo sobre el crecimiento de Estados Unidos está mucho más descontado en las expectativas del mercado que sus efectos positivos sobre la actividad en el extranjero, a medida que se aceleran las importaciones estadounidenses desde el resto del mundo”, comenta Álvaro Cabeza, Country Head de UBS AM Iberia.

No obstante, efectivamente, algunas compañías pueden estar peor situadas para aguantar mejor la nueva política fiscal de Biden que se centrará más en la protección de los activos sostenibles. En este sentido, algunas tecnológicas y empresas correlacionadas con la energía verde podrían estar particularmente penalizadas si la administración Biden aumenta los impuestos sobre las ganancias de capital, según Goldman Sachs.

Según informa la entidad bancaria, Joe Biden propondrá mover la tasa impositiva sobre las ganancias de capital para las personas de altos ingresos al 39,6%, lo que se elevaría por encima del 40% al contabilizar un recargo existente para financiar los programas de la Ley del Cuidado de la Salud.

Eso podría hacer que los inversores analicen más de cerca si vender las mejores posiciones de sus carteras. Los estrategas de Goldman Sachs, a este respecto, analizaron cuatro períodos durante la última década para identificar algunas de los valores que podrían estar en mayor riesgo.

“Los aumentos pasados de impuestos a los beneficios de capital se han asociado con caídas en los precios de las acciones y en las asignaciones del ahorro de los hogares”, dice la nota. “Además, los 'ganadores' que se han visto impulsados en los últimos tiempos y que habían generado beneficios a los inversores antes de la subida de tipos generalmente se han quedado rezagados”, añaden los expertos.

“El impacto del cambio de fiscalidad podría depender de si el gravamen es retroactivo o entra en vigor en una fecha determinada en el futuro”, apuntan desde Jefferies. “La posibilidad de que el impuesto entre en vigor para 2022 podría hacer que algunos inversores se deshagan de sus acciones antes de fin de año para aprovechar la tasa impositiva más baja”, añaden.

¿Qué empresas pueden verse más afectadas?

Los sectores de tecnología y consumo discrecional han sido las mayores fuentes de beneficios dentro de la bolsa estadounidense durante los últimos 3, 5 y 10 años, pero ahora la dinámica podría ser diferente. Dentro de estos valores podría haber una fuerte representación de las industrias de tecnología y energía verde. Tesla apareció entre los 5 mejores valores entre los últimos tras de 1, 3, 5 y 10 años. 

Esas acciones recientemente abrieron la senda alcista del S&P 500, y la capitalización de mercado de Tesla de casi 700.000 millones la convierte en una de las acciones que más impacto tienen en el índice y que, por tanto, pueden verse penalizadas por la política impositiva de la administración Biden”, concreta Goldman Sachs.

La compañía recientemente publicó sus cuentas trimestrales en las que informó de un beneficio neto de 438 millones (ganancias por acción de 0.93 dólares) con unos ingresos de 10.389 millones de dólares, un 74% más que las ventas del mismo periodo de 2020. Pero una mayor presión fiscal podría jugarle en contra. Pero también a otras acciones. Los activos que también pueden ver su cotización sesgada a la baja son los fabricantes de semiconductores entre los que se encuentran Advanced Micro Devices y Nvidia. Dos compañías que han experiementado un fuerte rally sobre los mercados, pero que ahora pueden tener algunos vientos en contra.

Por último, Goldman Sachs señala que las acciones relacionadas con el juego podrían ser otra área de potencial debilidad. Penn National y Caesars, dos de los grandes operadores de casinos están muy atentos a los movimientos de la nueva administración estadounidense. “Las dos han tenido un comportamiento alcista en la última década y la mayor presión fiscal les puede jugar a la contra”, concluye.

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