Según Pimco

Fatiga fiscal, China y excesivo ahorro: los riesgos que enfrenta la recuperación

Prevén que EE UU logre niveles de crecimiento pre-crisis durante la segunda mitad del año, pero descartan que Europa pueda recuperarse completamente hasta mediados del próximo ejercicio

Pimco apuesta por industria, materiales y chips para aprovechar la recuperación
Fatiga fiscal, China y excesivo ahorro: los riesgos que enfrenta la recuperación
Pimco

Economistas, gestores, analistas, organismos internacionales. Las perspectivas económicas de los principales actores económicos se refieren a este 2021 como el ejercicio de la recuperación... si la pandemia lo permite. Esa aceleración del crecimiento económico empezaría a darse como mínimo a partir del segundo trimestre -o ya de forma más contundente desde junio-, en la medida en que los últimos confinamientos y medidas restrictivas para hacer frente a la expansión del nuevo brote de coronavirus mantendrán la atonía general de los principales indicadores aún durante un tiempo, si es que no los comprometen. 

Después de la mayor recesión en tiempos de paz, la generalización de los procesos de vacunación y el continuado apoyo fiscal y monetario por parte de bancos centrales y gobiernos actuarán como catalizadores de la aceleración del crecimiento económico desde marzo, según prevén desde Pimco en sus perspectivas cíclicas. La mayor gestora de renta fija del mundo advierte, no obstante, de tres factores que pueden comprometer ese escenario: la fatiga fiscal en algunas economías avanzadas, la posibilidad de que China se reenfoque hacia el desapalancamiento y las 'cicatrices económicas' que deja la pandemia y que pueden desencadenar un ahorro excesivo y una recuperación irregular y desigual en los distintos países y sectores.

Desde la firma con sede en Newport Beach (California, EEUU), asumen que a lo largo de este ejercicio, los gobiernos mantendrán los estímulos fiscales y los emisores las políticas monetarias expansivas. Pese a ello, existe el riesgo de algunas de las mayores economías del planeta se vean afectadas por lo que denominan "fatiga fiscal" que conllevaría un riesgo importante para la recuperación económica durante la segunda mitad del año y, sobre todo, a partir de 2022. 

La llegada de Biden a la Casa Blanca y la mayoría ajustada de los demócratas en el Senado hacen prever nuevos estímulos en el corto y medio plazo, pero hacia final de año la atención podría pasar a centrarse en potenciales subidas de impuestos a empresas y rentas altas, que entrarían en vigor el próximo ejercicio. Así, "las expectativas de futuras restricciones fiscales podrían lastrar el gasto de hogares y empresas", advierten. En Europa, buena parte de los estímulos fiscales se materializarán en 2021 porque se han incorporado a los presupuestos nacionales y al fondo de recuperación. 

La fatiga de ir de estímulo en estímulo con el déficit disparado

Sin embargo, los elevados déficits fiscales podría llevar a las autoridades a replantearse mantener y ampliar los estímulos según sea necesario. En el Viejo Continente, los presupuestos del año siguiente suelen empezar a debatirse después del verano y desde entonces podría hacerse evidente ya cualquier cambio en la dirección de la política fiscal de cara a 2022. Está además el caso de Alemania, donde el techo de deuda que impone la constitución y que se suspendió de forma extraordinaria en 2020 y 2021 exigirá recortes presupuestarios a partir de 2022. "Las expectativas de futuras restricciones fiscales en forma de recortes de gasto y subidas de impuestos podrían empezar a afectar los planes de gasto de hogares y empresas a lo largo de este año", observan desde Pimco.

Una apreciación excesiva del euro podría llevar al BCE a rebajar aún más la tasa a los depósitos desde el -0,5% actual

En segundo lugar, una vez que China ha superado la recesión provocada por la pandemia, sus autoridades volverán a centrar sus esfuerzos en reducir el endeudamiento para evitar la formación de burbujas y garantizar la sostenibilidad del crecimiento a largo plazo. El avance del crédito se desacelerará en 2021, pasando de un impulso positivo a negativo (esta variable suele ser un indicador adelantado de la variación del PIB). "Calibrar la cantidad justa de expansión o restricción del crédito en una economía de 14 billones de dólares que presenta un alto nivel de endeudamiento resulta tremendamente complicado, por lo que existe un riesgo real de que las autoridades 'se pasen de frenada'", alertan en la firma norteamericana. Esto provocaría una desaceleración del crecimiento brusca que golpearía también a las economías y sectores que más dependen de la demanda china.  

Sin embargo, el mayor factor de incertidumbre para las perspectivas que ofrece Pimco está en las posibles secuelas que podrían inhibir o incluso impedir que volvamos rápidamente a los niveles de consumo, inversión empresarial y contratación previos a la pandemia. A medida que la inmunización de la población permita relajar las medidas de restricción existe un riesgo significativo de que los hogares y las empresas sean conservadores con sus decisiones de gasto e inversión durante un largo periodo de tiempo. Por otra parte, la participación de la fuerza laboral, que se redujo en muchos países el año pasado, quizás no se recupere rápidamente. "Es posible que la magnitud del daño infligido a los balances corporativos y los modelos de negocio no se haga visible hasta que expiren las ayudas gubernamentales", sentencian.

En la gestora prevén que EE UU llegue a los niveles de crecimiento pre-crisis durante la segunda mitad del año. En cambio, ven improbable que Europa pueda recuperarse completamente hasta mediados del próximo ejercicio. Las autoridades monetarias se verán entre la espada y la pared por la situación de debilidad inflacionaria y la necesidad de mantener bajos los costes de financiación para garantizar el necesario apoyo fiscal en los próximos años. Esto implica, desde el punto de vista de sus expertos, que los tipos de interés permanecerán donde están en un futuro previsible "e incluso podrían ir más abajo". De hecho, aseguran que, si bien no es su escenario central, una apreciación excesiva del euro podría llevar al Banco Central Europeo (BCE) a rebajar aún más el tipo de interés de su facilidad de depósito, que se sitúa actualmente en el -0,5%.

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