En España, Francia o Italia

Qué es la prohibición de las ventas en corto y qué efectos tiene en las bolsas

Qué es la prohibición de las ventas en corto y cuáles son sus efectos en las bolsas
Qué es la prohibición de las ventas en corto y cuáles son sus efectos en las bolsas
Pixabay

Los reguladores de España, Francia, Italia y Bélgica han anunciado la prohibición de las ventas en corto desde ahora y como mínimo hasta mediados de abril. El objetivo de esta medida es frenar la acción de los inversores 'bajistas' en un momento de fortísima volatilidad en los mercados financieros. Unos altibajos que se explican por el temor a que el coronavirus provoque una recesión, ante el cierre de fronteras decretado ya por muchos estados y el parón del que ya dan síntomas las principales economías del mundo.

Con las ventas en corto, el inversor pide prestado acciones y luego las vende con la esperanza de comprarlas después a un precio más bajo antes de devolverlas y embolsarse la diferencia. Los expertos aseguran que esta práctica aumenta aún más la volatilidad en momentos de estrés. Pero qué efectos genera su prohibición y, lo que es más importante... ¿es realmente una medida eficaz? 

Tal y como puntualiza Enrique Castellanos, director del Instituto BME, lo que se prohíben son las posiciones vendedoras netas (inversores que se ponen bajistas). Es decir, que "no se pueden vender futuros para apostar a la baja (o vender acciones en préstamo de valores, que sería el equivalente). Sin embargo no se prohíben las coberturas con derivados. Alguien que tenga acciones compradas, sí puede vender futuros para cubrir las pérdidas. No está netamente bajista", explica.

Los expertos consultados consideran que no es una medida demasiado eficaz.  Castellanos recuerda que las caídas en los valores están provocadas por el cierre de posiciones y por la contratación de coberturas. Quienes están netamente cortos "son muy pocos", de hecho considera que no es una estrategia rentable en el largo plazo. "Son los llamados 'dedicated short bias' y además suelen ser bajistas en valores específicos que están pasando situaciones complicadas", apunta.

"El problema de prohibirlos es que es pan para hoy y hambre para mañana", añade Luis Benguerel, consejero de Anattea Gestión, quien incide en que normalmente la bolsa no baja nunca por los cortos (escuchar audio). "El ejemplo lo tenemos en que hasta hace pocas semanas estábamos en máximos históricos y había cortos y, por lo tanto, eran los que sufrían", añade. Reconoce que a día de hoy los bajistas pueden incrementar un poco la presión en momentos de pánico, pero en el fondo cuando el mercado cae es porque el accionista actual asume que la empresa puede ir a peor y por eso está vendiendo, o porque entra en modo pánico.

En el mismo sentido, el director del Instituto BME cree que los bajistas dotan de liquidez al mercado y además, si hay una teoría que defiende que al vender en el mercado presionan los precios a la baja, también está aquella que asegura que en algún momento tienen que cerrar posiciones y presionar las compras. Benguerel incide en que si las posiciones de corto son grandes, nunca se cierran de golpe, sino que aprovechan cuando el mercado entra en modo bajista y cae suavemente para ir cerrando discretamente esas posiciones.

"Creo que es una medida más mediática que otra cosa. Si algo tiene que caer hasta el valor que el mercado considera que tiene, caerá. Lo puede hacer más rápido (con la ayuda de los cortos) o más despacio (con el cierre de posiciones), pero llegará hasta donde el conjunto del mercado crea que tiene que llegar", zanja Castellanos. De hecho, las veces que se ha aplicado en España - casi siempre en coordinación con otros países-, el resultado ha sido parecido: "el primer día del anuncio el mercado rebota, pero luego las caídas siguen, aunque más despacio", añade.

En qué otras ocasiones se ha aplicado en España

Al echar la vista atrás en el tiempo, dos de las tres últimas veces que España adoptó esta medida fueron durante la crisis financiera y de deuda soberana en Europa. Primero, la Comisión Nacional de los Mercados de Valores prohibió las posiciones cortas en agosto de 2011, poniéndose de acuerdo con los supervisores bursátiles de Francia, Italia y Bélgica, y posteriormente las volvió a permitir en febrero de 2012.

Entre el 23 de julio de ese mismo año y hasta el 23 de octubre el regulador español volvió a vetarlas, coincidiendo con un periodo de extrema volatilidad en los mercados europeos y de ataques especulativos contra la deuda soberana de nuestro país -la rentabilidad del bono español a diez años había superado el 7,5% y la prima de riesgo sobrepasó los 640 puntos básicos solo unas horas antes de que entrase en vigor la prohibición.

La tercera vez fue en junio de 2017, cuando el regulador vetó este tipo de operaciones sobre un valor en concreto, Liberbank, que acumulaba un desplome del 50% en apenas unas sesiones. Fue a raíz del desplome en bolsa del Banco Popular -se hundió un 50% en solo cuatro sesiones- ante los rumores de que iba a ser intervenido por parte del FROB europeo, esto generó pánico entre los inversores y clientes y se tradujo en una fuga de depósitos que precipitó el rescate de la entidad. A raíz de aquel episodio, en el mercado se empezó a ver a Liberbank como la entidad más vulnerable ante posibles tensiones de liquidez.

Mostrar comentarios