Cónclave regulatorio

Bye, ¿cripto? Reino Unido urge regular las IA por su riesgo disruptor en banca

El Banco de Inglaterra (BofA) une fuerzas con su brazo supervisor PRA y con la agencia FCA para acelerar una regulación sobre inteligencias artificiales (IA) financieras para permita contener riesgos.

Exposición 'Tierra Flotante' en Canary Wharf, distrito financiero en Londres.
Exposición 'Tierra Flotante' en Canary Wharf, distrito financiero en Londres.
DPA vía Europa Press

Reunión de pastores, ¿oveja muerta? El Banco de Inglaterra (BoE), la Autoridad de Regulación Prudencial (PRA) y la Autoridad de Conducta Financiera (FCA) llamaron a consultas en octubre a bancos, fintechs, despachos de abogados, contables, auditores y académicos que participan en el sector financiero británico para el inicio de una 'regulación exprés' sobre las IAs o Inteligencias Artificiales, ya usadas a nivel interno en la banca y 'hedge funds' pero cuyo uso amenaza con generalizarse ahora.

Tres meses después, la PRA cierra este viernes 10 de febrero la fase de participación. Los supervisores ven múltiples beneficios e innovación de las IAs pero alegan riesgos, dilemas éticos y capacidad de disrupción sobre la banca y los usuarios por el uso de estas tecnologías, que están cobrando un auge para el público general en otros sectores como el software, según el documento de trabajo (DP5/22) que sentará la base de la normativa. Fuentes financieras señalan a 'La Información' que la regulación de estas tecnologías se ha convertido en "algo prioritario" en el frente regulatorio, en detrimento de otros desarrollos normativos en torno a las criptomonedas y las llamadas CBDCs, monedas digitales respaldadas por el banco central.

En el 'paper' de trabajo, los reguladores británicos apuntan a un consenso en el ámbito supranacional con otras instituciones y agencias equivalentes para establecer unos "estándares técnicos" y "globales" sobre el uso de las inteligencias artificiales en el sector financiero. La FCA y el BoE crearon un grupo de trabajo al respecto en octubre 2020 pero ahora pretenden dar un acelerón en la materia. "La IA ofrece beneficios potenciales para los consumidores, las empresas y los mercados. Sin embargo, la IA también tiene el potencial de crear riesgos y desafíos nuevos o mayores", señalan.

Las autoridades de supervisión están publicando este DP para mejorar su "comprensión y profundizar el diálogo sectorial" sobre cómo la IA puede afectar a las respectivas áreas de vigilancia y cumplimiento. La Prudential Regulation Authority (PRA) y la Financial Conduct Authority (FCA) son dos organismos reguladores independientes en el Reino Unido responsables de regulación y supervisión de la industria financiera. La primera hace las veces de 'policía' de la banca en cuanto a riesgos y solvencia, mientras que la segunda monitoriza otro tipo de actividades como el blanqueo de capitales.

El trabajo previo centra el tiro en tres áreas principales la preocupación para las finanzas. Primero, los datos. Las IA son capaces de procesar datos a gran velocidad pero dependen de la calidad de los datos y sesgos introducidos en los algoritmos porque lo que se necesitan "nuevas métricas". Segundo, los modelos 'tradicionales' se basan en reglas inmutables pero las IA pueden "aprender las reglas", "alterar la parametrización" y "actualizarlas". 

Por último, la gobernanza: "Puede plantear algunos desafíos novedosos, especialmente cuando la tecnología se utiliza para facilitar la toma de decisiones autónoma y puede limitar o incluso eliminar potencialmente el juicio humano y la supervisión de las decisiones". En este sentido, operaciones habituales como la concesión de un préstamo o la ejecución de una inversión podrían verse afectadas por la decisión de una IA.

Otros supervisores como la SEC, equivalente a la CNMV en EEUU, han especializado equipos en la vigilancia de los inversores algorítmicos como los 'high frequency trading' (HFTs) que ya usan inteligencia artificial en sus operativas diarias con medidas de contención como los 'circuit breakers' o apagones de contratación que permiten poner freno a momentos de pánico comprador o vendedor en el mercado de valores, pero que también actúan con los incansables robots-inversores. El DP5/22 británico busca un objetivo rápido: establecer una definición legal y regulatoria de las IA, clasificarlas y plantear una coordinación con otros supervisores.

La búsqueda, referencia de disrupción

El lanzamiento masivo y en abierto de soluciones de inteligencia artificial por parte de grandes tecnológicas y startups ha despertado en el ámbito financiero recelos debido al peso creciente de estas nuevas empresas en áreas como la inversión, pagos y en otros negocios típicamente bancarios. El sector de las cripto ha acogido algunas de las mayores innovaciones financieras en inteligencia artificial para la gestión de  'blockchain' o el funcionamiento de criptomonedas estables. Ha sido el acelerón que se ha dado en Silicon Valley lo que ha levantado algunas alarmas.

El inicio de la revolución en el sector de las búsquedas por internet se ha producido tras el fulminante lanzamiento de ChatGPT integrado en Bing y Edge de Microsoft. Pese a que el dueño de Windows y Xbox ha invertido desde 2019 más de 1.000 millones de dólares en capital y servicios en OpenAi, su aplicación masiva ha sorprendido incluso hasta la competencia.

Alphabet, matriz de Google, se ha visto forzado a desplegar en abierto sus sistemas de IA con Lamda (Bard) aunque con un tropezón inicial que le ha hecho perder en solo 2 días 130.000 millones de dólares de capitalización bursátil porque entre los inversores se ha hecho creíble la amenaza de Microsoft. "La IA transformará de forma radical todas las categorías de software, comenzando con la más grande de todas: la búsqueda", aseguró el martes Satya Nadella, consejero delegado del grupo de Redmon.

Google controla el 92% de cuota en búsquedas a nivel mundial, según datos de Statcounter, mientras que Bing apenas cuenta con el 3%. Baidu, el tercer jugador en liza, apenas alcanzaría el 0,65%. Estrechamente vinculado a la ventaja competitiva de lo anterior, Google mantiene el 43% de cuota en sistemas operativos con Android frente al 29% de Windows y el 17% de iOS de Apple. En navegadores, Alphabet retiene el 65% gracias a Chrome con Safari (Apple) y Edge (Microsoft) detrás con el 17% y 5%, respectivamente. ¿Es para tanto entonces el 'código rojo' activado en Silicon Valley?

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