Las amenazas en torno a Deutsche Bank en bolsa parecen haber quedado atrás. La entidad alemana rebota más de un 6% al cierre de la primera sesión de la semana y supera los nueve euros por título, marcando el tono del resto de parqués. Las dudas acerca de su cartera de deuda y el perfil de sus accionistas -encabezado por el fondo de Qatar- le convirtieron en el epicentro del terremoto bursátil el pasado viernes, cuando se dejó más de un 8,5% en la sesión.
Con los inversores pendientes de los próximos datos macroeconómicos, entre ellos, las cifras de IPC, que condicionarán el rumbo de la política monetaria, la banca europea respira tranquila en el inicio de la semana. Un rebote al que también se unen las entidades españolas que integran el Stoxx 600, aunque con avances más modestos. Santander y BBVA se anotan un alza del 2% cada una, Sabadell un 1,5%, CaixaBank un 0,86% y Bankinter termina con una subida del 0,59%.
Deutsche Bank contagia a otro alemán, Commerzbank, que se apunta un alza del 3,7%, en línea con Sydbank (+2,7%), BNP Paribas (+2,6%) y Barclays (+2,3%). La cautela sigue imperando entre los inversores, que optan por caminar con pies de plomo. Entre los pesos pesados Crédit Agricole e Intesa Sanpaolo se revalorizan menos de un 1%, mientras Société Générale acaba con una subida del 0,3% y desinfla las subidas experimentadas en los primeros minutos de la apertura.
Esto evidencia que el optimismo todavía es moderado y la hipersensibilidad del mercado a cualquier acontecimiento. Así, los analistas destacan el fragilidad de los mercados ante eventos que, en un principio, no deberían desembocar en pánico bancario como el del pasado viernes, que se produjo después de que Deutsche Bank anunciara una amortización anticipada de una emisión de deuda junior.
La noticia de que First-Citizens ha llegado a un acuerdo para adquirir todos los depósitos y préstamos de Silicon Valley Bridge Bank (SVB), la entidad creada por la Corporación Federal de Garantía de Depósitos (FDIC) de Estados Unidos, después de la intervención del Silicon Valley Bank (SVB) el pasado 10 de marzo ha contribuido a calmar los ánimos inversores con la entrada de la primavera.
Esta mañana también se ha conocido que Ammar Abdul Wahed Al Khudairy, presidente del Banco Nacional Saudí (BNS) -principal accionista de Credit Suisse- ha presentado su dimisión. Sus comentarios acerca de que no planeaba inyectar más dinero en la citada firma helvética provocaron un terremoto financiero y bursátil, forzando a UBS -su rival- a ejecutar una compra forzosa para evitar su quiebra. SNB, controlado en un 37% por el fondo soberano de Arabia Saudí, se hizo con una participación del 9,88% en Credit Suisse por 1.400 millones de francos suizos (1.415 millones de euros) el pasado otoño como parte de la ampliación de capital lanzada y cuyo valor se ha desplomado de manera sustancial tras el desplome de la cotización de las acciones del banco.
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