Varios escenarios

Los inversores de deuda apuestan por un freno en la subida de tipos de la Fed

Los intereses de la deuda pierden fuerza después de los recortes por la renta variable días después de tocar máximos en pleno debate del agujero de SVB provocado por la pérdida de valor de su cartera. 

Jerome Powell, durante su comparecencia en el Capitolio.
Los inversores de deuda apuestan por un freno en la subida de tipos de la Fed. 
L. I.

La rentabilidad de la deuda pierde fuelle al calor del 'crash bursátil'. Los fuertes desplomes que vive la bolsa empujan a los inversores a refugiarse en la renta fija y restan presión a la rentabilidad de los bonos (funciona de forma inversa a su precio). La caída de SVB ha hecho saltar las alarmas en los mercados financieros con todas las miradas puestas en qué hará la Reserva Federal en la reunión del próximo jueves. La posibilidad de que la Fed active el freno en las subidas de los tipos de interés ya se contempla entre los analistas como un escenario factible. 

El primero en pronunciarse a este respecto ha sido Goldman Sachs, desde el que ya descartan un alza de tipos, al menos este mes. "A la luz de la tensión en el sistema bancario, ya no esperamos que el FOMC realice una subida de tipos en su próxima reunión del 22 de marzo", anticipa el banco estadounidense. No obstante, sí que matiza que solamente se trata de una pausa con la expectativa de que acometa aumentos de 25 puntos básicos en los encuentros de mayo, junio y julio. En este sentido, el CIO Core Investment Managers en AXA AM, Chris Iggo, defiende que ya existen evidencias de que el cambio en la política monetaria funciona y prevé que la restricción al crédito empeorará.

Esta situación ha redundado en un freno en los intereses de la deuda. El interés del bono americano a diez años cotiza antes de la apertura de Wall Street en el 3,5%, lo que supone su nivel más bajo en un mes. La misma estela sigue la renta fija en Europa, donde el 'bund' alemán, de referencia en el Viejo Continente cae a un nivel no visto desde principios de febrero, después de retroceder cuatro puntos desde el pasado jueves, hasta el 2,24%. En España, el bono a diez años también pierde fuerza y se instala en el 3,3%, un umbral inédito desde finales de febrero de caer más de 42 puntos básicos. 

Hasta hace unas semanas, los mercados financieros solo habían descontado subidas de tipos hasta marzo, colocando la tasa en Europa en el entorno del 3,5% mientras que en EEUU se veían por encima del 5%. Unos datos macroeconómicos mejores de lo previsto por los analistas y una inflación que no baja al ritmo deseado, habían conducido a los principales bancos centrales de Occidente (la Fed y el BCE) a dejar abierta la puerta a un endurecimiento monetario en los últimos días, con el foco puesto en la tasa subyacente, que excluye los precios energéticos y los alimentos frescos. 

En aras de prepararse para unas tasas más altas, los inversores comenzaron a vender bonos, elevando el interés a máximos y reduciendo su precio. La deuda americana, de hecho, llegó a tocar máximos de 2008. La presión en Europa también fue palpable, especialmente en España, donde alcanzó máximos de 2014 y en Italia llegó a niveles de 2013, tras escalar al 4,6%. 

Las primas de riesgo, por su parte, que miden el diferencial con respecto a la deuda alemana, rebotan pero a menor ritmo que los intereses de la deuda. En el caso de la española se coloca en los 111 puntos, 6,4 enteros más que el viernes. El Euríbor, su parte, también relaja su senda alcista y el indicador a doce meses cae una décima, hasta el 3,858%, después de que la semana pasada se acercara a la cota del 4%, en lo que supone su mayor caída desde el pasado mes de octubre. 

El rescate de SVB Financial Group sienta un precedente en Estados Unidos, cuyo origen de la caída ha estado motivado por la depreciación de su cartera de bonos estadounidenses. El cambio en la política monetaria ha elevado el interés de los bonos, presionando a la baja sobre su precio y generando un agujero entre los inversores que los hubieran adquirido previamente. Solo en el sector bancario se estima que ya acumulan minusvalías de hasta 620.000 millones de dólares por este motivo. 

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