Entrevista a Juan Díaz-Jové

"En el 'value' no hay autocrítica y se alude a la irracionalidad del mercado"

El gestor del fondo Rentamarkets Narval habla de repensar la filosofía 'value' y la importancia de proteger el capital en las peores caídas y rentabilizar el patrimonio a largo plazo. 

Juan Díaz-Jové, gestor de Narval
Juan Díaz-Jové, gestor del fondo Narval
Rentamarkets

Rentamarkets es una gestora de fondos de inversión que está sacando rentabilidad en un año muy negativo para la renta variable europea. El Ibex 35 se desploma alrededor de un 30% durante este año y el EuroStoxx 50, que aglutina a las 50 compañías más grandes del Viejo Continente, se deja más de un 15%. La firma, que cuenta con un fondo de renta variable y otro de renta fija, lucha por cumplir su objetivo de lograr una rentabilidad a largo plazo superior a la de las bolsas europeas.

Este año, el resultado es, de momento, muy positivo. A día de hoy, el fondo Rentamarkets Narval, el de renta variable de la firma, se anota una subida de alrededor del 2,5% durante 2020 y está especializado en identificar situación de 'valor'. Por ello, La Información ha entrevistado a uno de los 'capitanes' al timón del fondo como es su gestor Juan Díaz-Jové, que nos habla sobre el fondo, su visión de mercado, la filosofía 'value'... 

P. Su fondo de renta variable europea se comporta en positivo pese a que las bolsas europeas ceden terreno durante este año. ¿Cuál es la clave de su rentabilidad?

R. Nosotros siempre decimos que nuestro mandato es dual: proteger nuestro capital de las peores caídas del mercado y rentabilizar nuestro patrimonio a largo plazo. Esto nos diferencia de la mayoría de la casas, donde el mandato es exclusivamente obtener altas rentabilidades a largo plazo; irán en sexta marcha siempre, aunque vengan curvas. Nuestra manera de invertir es mucho más prudente, haciendo énfasis en la gestión del riesgo. Ahora, somos un fondo de renta variable y como tal no estamos exentos de caídas.

Lo que pretendemos mediante la gestión del riesgo es limitar esas caídas. En el primer trimestre del año conseguimos caer una fracción de lo que cayó el mercado, por lo que pudimos invertir buena parte de nuestro capital en las abundantes oportunidades que había. En algunos casos, en valores que llegaron doblar su cotización en semanas. Oportunidades de compra semejantes son muy raras, por lo que hay que tener un estilo de gestión que te permita aprovecharlas siempre.

Hablan de repensar el 'value'. ¿Qué opinan acerca de esta filosofía de inversión?

Es una filosofía que mayoritariamente tiene aspectos muy positivos, aunque no todos. El problema es que a su vez es muy dogmática: hay un libro sagrado (“The Intelligent Investor”), una peregrinación (a Omaha), un mesías (Warren Buffet), varios apóstoles (el “Buffett” inglés, mexicano, español…), muchos templos (gestoras) y una legión de acérrimos practicantes (los pobres partícipes). Esto genera un entorno en el que la autocrítica brilla por su ausencia y ante imprevistos siempre se aluda a la “irracionalidad del mercado” o “al largo plazo”. Pues hay que romper con el dogma; plantearse si algo es mejorable. Si lo es, tratar de mejorarlo. Los principales errores de la inversión en valor radican en torno a la gestión del riesgo y es ahí donde pretendemos mejorarlo.

El fondo de inversión es europeo pero el peso del mercado español es muy reducido. ¿Cómo veis la bolsa española?

Sí es verdad que de unos cuarenta valores que solemos tener en el fondo, las españolas no suelen ser más de dos o tres. No es que no nos guste la bolsa española como tal, sino que las oportunidades que encontramos fuera de España son mucho más atractivas. En España hay unas 120 empresas cotizadas, por las 250 suizas, 300 suecas, 500 alemanas o 2.000 inglesas (números aproximados). La pecera es más pequeña.

Tienen elevada exposición a Suecia, que es un parqué que no suele estar en el radar mediático. ¿Qué ventajas u oportunidades veis en dicho país?

Ahora mismo tenemos siete compañías suecas en cartera: Assa Abloy, Atlas Copco, Electrolux Professional, Epiroc, H&M, SKF y Volvo. Todas ellas tienen una posición dominante en sus respectivos mercados, que ya de por sí son muy atractivos (oligopolios en su mayoría). Supongo que no es casualidad que tengamos tres veces más representación en un país con un cuarto de la población de España. La economía sueca está cimentada sobre compañías exportadoras que se están reinventando continuamente gracias a su fuerte inversión en formación e investigación y desarrollo. Nuestras empresas son un ejemplo de ello. Ahora, nosotros invertimos en negocios de calidad y es ésta la que nos ha llevado, casualmente, a Suecia; no al revés.

¿Qué movimientos o grandes cambios habéis hecho en la cartera con el impacto de la Covid-19 en los mercados financieros?

Como decía más arriba, el mercado nos brindó a todos una oportunidad clarísima. Nosotros pudimos aprovecharla en magníficas condiciones y así lo hicimos. Incorporamos a la cartera varias empresas que veníamos siguiendo anteriormente pero cuyos precios no nos parecían suficientemente buenos. Eso cambió en marzo: pudimos comprar en empresas como Otis, Booking, Compass, Assa Abloy o Adidas, entre otras. Todos ellos son magníficos negocios de los que esperamos ser accionistas por años y años. La calidad rara vez se pone a tiro. Cuando se pone, hay que comprarla.

¿Qué escenario manejáis en el que las compañías europeas recuperen sus niveles de cifra de negocio previos al coronavirus?

Depende mucho del tipo de compañía. Tenemos compañías en cartera que este año han visto su fundamental reforzado: Bunzl, Gerresheimer o Faes, por nombrar tres. Por otro lado, tenemos compañías donde la incertidumbre es enorme: Ryanair, Intercontinental Hotels o Booking, por ejemplo. Es este segundo caso el que requiere más esfuerzo por nuestra parte, ya que proyectar una recuperación de la actividad se vuelve un ejercicio complejísimo, sino imposible, para esta compañías

En concreto tendremos que comprobar que tengan un balance lo suficientemente saneado como para capear el escenario más adverso y que gocen de una estructura de costes variable que les permita adaptar sus gastos a su nivel de ingresos. De la misma manera, tendremos que comprobar la importancia estratégica, social o económica de la industria en la que operan y su situación de valor dentro de esa industria, ya que no querríamos que salgan del actual bache a un mercado más reducido o que directamente ha desaparecido.

¿Qué sectores son los que resultan más atractivos y en cuáles es mejor no tomar posiciones un inversor minorista?

No creo que haya sectores “vetados” a los minoristas. Sí es posible que, por no dedicarse a la inversión a tiempo completo, un minorista disponga de menos tiempo para estudiar una compañía. En ese caso, se ahorrará muchas horas si investiga empresas que le resulten familiares, ya sea por ser cliente de la misma, porque pertenece a su ámbito profesional, porque algún familiar trabaje en ella, etc. Eso sí, es recomendable que tenga ciertos conocimientos previos para no acabar comprando Santander, Repsol y Telefónica. Lo más importante es saber identificar la calidad de un negocio (o un sector).

Se ha impuesto una moda de que las mejores oportunidades están en EEUU y allí las salidas a bolsa son la tónica dominante. ¿Por qué Europa se ha quedado tan atrás y apenas hay debuts bursátiles?

En Estados Unidos hay una cultura de emprendimiento más potente que en Europa. Ese emprendimiento, además, suele ser de corte tecnológico, que atrae ingentes cantidades de capital y consecuentemente las salidas a bolsa son varias veces sobre-suscritas. En Europa hay varias salidas a bolsa todos los meses, solo que no se les da tanto bombo como a las americanas porque suelen ser de empresas muy pequeñas o de “vieja economía”. Mejor, porque así cuando una empresa de calidad sale a cotizar al parqué europeo no hay tanta competencia por hacerse por ella. De hecho, nosotros tenemos en cartera tres empresas europeas de altísima calidad que han salido a bolsa recientemente: Alcon, Electrolux Professional y Knorr-Bremse.

Cuentan con un fondo de bonos, denominado Sequoia. ¿Cómo ven el mercado de la renta fija?

En general el mercado de bonos de renta fija europea se encuentra muy soportado por los programas de recompra de activos que está llevando a cabo el BCE, quien suele comprar grandes cantidades semanalmente, permitiendo así a las compañías acceder a una financiación barata. A pesar de esto, es posible que de aquí a fin de año veamos un repunte en la volatilidad, lo cual nos permitiría volver a invertir a niveles atractivos dado el elevado colchón de liquidez que mantenemos.

Numerosas empresas están cerca de caer a 'bono basura' debido a que las firmas de rating están rebajando las notas o poniendo las perspectivas en negativa. ¿Debe preocupar este escenario?

En principio no. Es cierto que el número de compañías que han perdido el grado de inversión (lo que los anglosajones denominan "fallen angels" se ha disparado con la crisis), pero también es cierto que la tasa a la que esto ocurre se está ralentizando. Es más el mercado ha estado tan asustado con este efecto, que no ha discriminado, y todos los bonos que estaban en el límite, se han visto perjudicados, lo cual ha hecho aparecer numerosas oportunidades de inversión en grado de inversión.

Siguen criterios ESG a la hora de invertir. ¿Qué opinan del boom de los 'bonos verdes' o de los socialmente responsable?

Realmente no somos un fondo sostenible, simplemente invertimos bajo un ideario propio, lo cual nos hace invertir en sostenibilidad. Para ser mas claros. Para nosotros el fin no justifica los medios, y esto también aplica a la inversión, por lo que hay ciertos sectores (como son el armamento, juego de adultos, etc.) en el que no invertimos, así como evitamos compañías con ciertas prácticas.

El número de emisiones catalogadas como bonos verdes acaba de marcar un nuevo récord en término de volumen, lo que implica una creciente demanda por los inversores por este tipo de productos. Y esto lo aprovechan las empresas para financiarse en el mercado de capitales. Nuestro mandato es generar rentabilidades para nuestro capital y el de nuestros inversores, no seguir un índice o un boom como bien dices, con lo que no implica que tengamos que comprar este tipo de productos si las rentabilidades no lo justifican.

Mostrar comentarios