Reparto de dividendos

Repsol afronta su giro estratégico al verde con el precio del petróleo ajustado a la baja

La compañía celebra este jueves una junta de accionistas clave con el objetivo de convencer al mercado de que seguirá siendo rentable a largo plazo pese a la reducción del peso del crudo en su negocio. 

Brufau afronta el reto de convencer al mercado con el precio del crudo más bajo
Repsol afronta su giro estratégico al verde con el precio del petróleo ajustado a la baja. 
EUROPA PRESS

Repsol ultima los preparativos de su junta general de accionistas en segunda convocatoria que tendrá lugar en el Palacio Municipal de Congresos de Madrid. En el orden día figuran la reelección de Antonio Brufau y Josu Jon Imaz al frente, algunos cambios en la composición del consejo o el refuerzo del dividendo. Sin embargo, lo relevante de este encuentro, que marcará un antes y un después dentro de la compañía, es la puesta en marcha de una nueva hoja de ruta a largo plazo. El grupo prepara un giro estratégico a 2050 con el objetivo de reducir el peso del negocio petrolero y dar más cabida a las energías renovables, así como a su comercialización. 

Con este paso, Repsol busca esbozar el trazado de su actividad durante las próximas tres décadas y consolidarse como multienergética. En este sentido el grupo ha dado avances significativos en los últimos meses y ha logrado hacerse un hueco entre las grandes comercializadoras de luz con la compra del 50,01% de CHC Energía. Esto le permite sumar a su cartera más de 350.000 clientes, lo que la apuntala como la cuarta comercializadora del mercado, sólo por detrás de Iberdrola, Endesa y Naturgy con alrededor de 1,5 millones de clientes. El cambio coincide en un momento de inflexión para el precio del petróleo que apunta a la baja para este ejercicio en 2023, después de unos meses de vértigo motivados por la crisis energética, que ha acelerado la búsqueda de nuevos proyectos con los que acelerar la transición hacia las energías limpias. 

En este contexto, la energética acumula un retroceso anual del 10%, corrección que se produce después del ‘rally’ de 2022, cuando voló un 42% en el marco del peor ejercicio para la renta variable que se recuerda en décadas. La débil situación en la que se encuentra el crudo ha alejado a los inversores ante la expectativa de un entorno "más complicado" para el oro negro. El recorte sorpresa de la OPEP+ de la producción en 1,66 millones de barriles diarios, en vigor desde el 1 de mayo, no está teniendo, por ahora, los efectos deseados. Aunque las cotizaciones de los futuros del Brent -referencia en Europa- y del Texas se han recuperado esta semana, en lo que va de mes todavía acumulan retrocesos del 1,7%, hasta los 78,2 dólares y del 1,7%, hasta los 74,3 dólares, respectivamente, llegando a poner en peligro la barrera de los 70 dólares en ambos casos. 

"Por mucho que la OPEP quiera mantener el precio estable, todo va a depender de la demanda", señala el analista de IG, Sergio Ávila, quien defiende que esta materia prima ha comenzado su tendencia bajista. Los temores de desaceleración económica han provocado que el ‘oro negro’ se olvide del 'rally' vivido en 2022. Desde el pico del marzo del año pasado, cuando rebasaron cómodamente la barrera de los 120 euros, las cotizaciones de los futuros se han desinflado. Un factor que ya se ha notado en el beneficio de Repsol, que ha caído un 20% entre enero y marzo, hasta los 1.112 millones, motivado, precisamente, por el crudo y por el pago del impuesto extraordinario. Si bien superó las previsiones de los analistas, las expectativas no auguran un 2023 excepcional como en los doce meses anteriores. Fuentes internas de Repsol manejan unas previsiones para este ejercicio con un precio medio del petróleo que oscilará entre los 85 y los 90 dólares. 

La cifra de ganancia de las refinerías de Repsol ha caído un 17% en la primera parte del año con respecto al trimestre anterior, pese a elevarse en términos interanuales, recogiendo esta evolución del petróleo. Así, desde IG esperan que creen que su trayectoria bursátil "va a depender mucho del crecimiento económico". En el momento actual cotiza en los 13,38 euros, una zona que considera de "consolidación" tras perder la barrera de los 15 euros a principios de marzo.

Comparte esta visión el director de inversiones de ATL Capital, Ignacio Cantos, quien destaca su "buena" rentabilidad por dividendo (5,32%), algo que repercute a la baja en la cotización, ya que su abono se descuenta de la capitalización bursátil. La política retributiva de Repsol para este año contempla el reparto de 2.400 millones entre los accionistas, cifra que se reparte entre el dividendo y la amortización de acciones. El grupo encabezado por Antonio Brufau se encuentra en plena recompra de acciones por más de 900 millones hasta el próximo 31 de julio con la intención de hacerse con el 2,64% del capital social. Entre el 16 y el 23 de mayo ha aprovechado para adquirir alrededor de un 0,16% del capital, según ha notificado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

Los analistas consultados apuntan a que una vez que se alcance un acuerdo sobre el techo de deuda y se esclarezca la senda de política de tipos de los principales bancos centrales mundiales (BCE y Fed) la acción podría repuntar, dando oxígeno a los títulos de Repsol. Su comportamiento en bolsa va muy en línea con sus pares europeos. La francesa TotalEnergies cede casi un 3% en lo que va de año, al igual que ENI. La británica BP, por su parte, logra subir un tímido 2,3%. 

El ministro de Energía de Arabia Saudí, Abdelaziz bin Salmán, ha dado un toque de atención a los especuladores del mercado energético, a los que ha advertido de que "tengan cuidado" al tiempo que ha defendido que la citada OPEP "está lidiando" con situaciones volátiles. En este contexto, criticó que "la gente esté demasiado motivada por las políticas de demanda", una visión muy cortoplacista. "Ahora tenemos anteojeras de política y las están poniendo en la frente del hacedor de políticas, lo que supone que cualquier cosa que hagas pueda servirte solo en el día a día", subrayó, mientras cargaba con la Agencia Internacional de la Energía (AIE), organización a la que acusó de proyectar previsiones erróneas que, según el titular saudí, han contribuido a la volatilidad y la inestabilidad del mercado energético.

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