A las puertas del Plan Estratégico 2025

El 'crash' del crudo desbarata los planes de Repsol con deuda y dividendo en 2020

Imaz detallará el nuevo Plan Estratégico el 5 de mayo.
Imaz detallará el nuevo Plan Estratégico el 5 de mayo.
L. I. / Archivo

Transición de verde a negro. Repsol, la mayor petrolera española, se enfrenta a un problema más difícil de resolver que su proceso de giro de petrolera a grupo energético renovable: el crash de los precios del petróleo convierte en insostenibles los objetivos financieros para 2020 que esbozó Josu Jon Imaz el 20 de febrero,  según explican fuentes financieras a 'La Información'. El consejero delegado prometió detallar el 5 de mayo el nuevo Plan Estratégico 2020-2025 de la petrolera.

Imaz dijo que prevé elevar el resultado bruto de explotación (Ebitda) de Repsol en un 8% para 2020, hasta los 7.800 millones de euros; y un 15% el flujo de caja operativo (FCF), hasta 6.700 millones, mientras que espera que la deuda financiera (sin NIIF 16) se rebaje en un 16% en diciembre, hasta 3.500 millones. También que subirá el dividendo un 5%, hasta 1 euro por acción (unos 1.566 millones de euros). Pero ahora los inversores ya no se lo creen. El batacazo en bolsa de Repsol (-15%, hasta 8,14 euros) ha disparado la potencial rentabilidad por dividendo por encima del 12% anual, pero los inversores no se lo creen.

El cataclismo sufrido en las últimas dos sesiones en los precios del petróleo y del gas hará cambiar sobre la marcha las previsiones de la compañía que preside Antonio Brufau, al menos, para este año. Repsol mantenía un precio de referencia de 65 dólares para el Brent y de 2,8 dólares para el gas Henry Hub para 2020. Sin embargo, estas previsiones parecen haber saltado por los aires aunque ya eran exigentes hace dos semanas cuando las pronunció Imaz. El petróleo lleva más de dos meses por debajo de ese nivel y, tras su caída hasta los 35 dólares por barril ya cotiza un 46% por debajo de la previsión, mientras que los contratos del gas con entrega en abril cotizan en 1,7 dólares, un 39% menos.

No hubo respuesta a la petición de comentarios de ‘La Información’ acerca del impacto que tendrá el nuevo escenario de precios que ya está activado en el primer trimestre. No obstante, Repsol admite en una presentación a inversores y analistas que por cada cinco dólares de caída del precio del crudo (Brent) y de 0,5 dólares en el precio del gas (Henry Hub) el impacto sobre el flujo de caja operativo (FCO) asciende a 400 millones de euros menos. La desviación multiplica ese guarismo.

La petrolera pronosticó hace dos semanas incremento de esta métrica del 15% en este año, hasta los 6.700 millones de euros. Con la cotización actual tanto del gas como del petróleo, el impacto de la crisis de precios multiplicaría entre tres y seis veces esa cantidad -rango de 1.200 a 2.400 millones- que se restarían a los 5.800 millones con que cerró 2019, es decir, entre un 20% y 40% menos en tasa interanual (3.400-4.600 millones). Según explican fuentes financieras a este diario, este impacto hará "inviable", de perdurar en el tiempo, tanto la remuneración al accionista como los objetivos de reducción de deuda.

“No estamos saliendo del petróleo, no estamos desinvirtiendo. Estamos entrando en nuevos negocios y con un perfil multienergía”, recordó Imaz hace dos semanas ante analistas e inversores sobre el brusco giro de timón de finales de 2019 con su estrategia de transición ecológica. Pero no fue gratis y salió caro. Repsol registró unas pérdidas de 5.282 millones de euros en el cuarto trimestre de 2019 frente a los beneficios de 632 millones del mismo periodo del año anterior. En el conjunto de 2019, los números rojos se situaron en 3.816 millones frente a las ganancias de 2.341 millones de 2018. La petrolera provisionó buena parte de sus activos de gas y petróleo en Norteamérica, al tiempo que registró nuevos impactos por su actividad en Venezuela.

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