Aguas, gas y electricidad

COP26: la revolución verde revitalizará al sector de 'servicios públicos' en bolsa

La fuerte entrada de liquidez en inversiones respetuosas con el medioambiente que se ha registrado en los últimos años ha hecho temer la aparición de una burbuja verde entre las eléctricas y 'utilities'.

Guerra de precios entre las eléctricas
Las eléctricas, en el punto de mira de la revolución verde.
EFE

Del marrón al verde. Ese es el esquema que se han fijado las primeras potencias mundiales para evitar el calentamiento global. Una hoja de ruta que no solo va a generar un impacto en el planeta, sino también en el mundo de la inversión por los beneficios colaterales que se van a producir a consecuencia de esta estrategia. Y todo, tras un periodo en el que las energías limpias en bolsa no es que hayan sido las más destacadas. Después de registrar unos resultados espectaculares durante tres años consecutivos, las empresas europeas de energías renovables han vuelto a caer en 2021. Pero el futuro continúa siendo prometedor para la energía verde, ya que la transición hacia una economía con bajas emisiones de carbono comienza a acelerar.

“A corto plazo, la preocupación de los inversores ante la subida de los rendimientos de los bonos y la inflación ha impulsado a la baja al sector de los suministros públicos”, destaca Bobby Chada, analista de Inversión en renta variable de Capital Group. Además, la fuerte entrada de liquidez en inversiones respetuosas con el medioambiente que se ha registrado en los últimos años ha hecho temer la aparición de una burbuja verde. "No obstante, en mi opinión, los fundamentales de las mayores compañías europeas de energías limpias siguen siendo sólidos".

Las energías limpias se benefician de tres importantes factores a largo plazo: la caída de los costes de las energías renovables, las nuevas políticas en materia de energía y las medidas de estímulo económico. Por otro lado, las compañías firmas, la mayoría de las cuales están en Europa, cuentan con muchas ventajas: un largo recorrido de oportunidades de crecimiento, una sólida gama de productos y buenos equipos de desarrollo, importantes ventajas de escala, balances sólidos que les permiten financiar sus inversiones y una integración vertical que a muchas de las nuevas compañías les cuesta replicar. “Aunque para muchos inversores estas compañías presentan características similares a la renta fija, vemos potencial de crecimiento a largo plazo durante muchos años”, dice Chada en su análisis.

La clave del descenso de los costes de las energías renovables

La principal razón que al experto de Capital Group le lleva a pensar que las compañías de energías limpias van a registrar buenos resultados es que la tecnología renovable sigue siendo más barata. “Las energías renovables son ya económicamente competitivas. Además, el coste de producir un megavatio de generación de energía limpia, ya se trate de energía eólica terrestre, eólica marítima o solar fotovoltaica, está cayendo y podría continuar haciéndolo”, comenta.

“Es probable que el coste medio de producción caiga cada año entre el 10% y el 15%; y lo mismo ocurre con el coste del almacenamiento de baterías o del hidrógeno verde… Aún no hemos asistido a una ralentización significativa del ritmo de reducción de costes”, añade el gestor de la firma norteamericana. “Los costes de las energías limpias van a seguir desacelerando y van a generar ventanas para invertir en las compañías que puedan rentabilizar mucho más esta situación”, apuntan los analistas de Goldman Sachs en un reciente informe.

En este sentido, lo más probable es que los costes continúen bajando a medida que se va desarrollando nueva tecnología y se van ampliando las compañías de energías renovables. La compañía danesa Orsted se ha erigido como compañía líder de este mercado gracias al desarrollo de sus propias competencias de ingeniería, operaciones y mantenimiento. Y aún hay margen para continuar industrializando de forma sustancial el proceso de fabricación. Se prevé que los costes sigan bajando a buen ritmo.

Los llamados “efectos de aprendizaje” desempeñan un papel importante en este sentido. Se trata de un sector aún inmaduro, y las compañías continúan aprendiendo a operar de forma más eficiente. También conviene estar atentos a la evolución del hidrógeno verde, considerado por muchos expertos la clave para descarbonizar industrias como la siderúrgica y la naval. “Sigue siendo caro producir hidrógeno gaseoso sin utilizar combustibles fósiles, pero parece tratarse de la próxima gran tecnología de transición energética”, dice Chada.

Existe el riesgo de que las grandes petroleras entren en el sector de las energías limpias y amenacen el dominio de las grandes compañías actuales de energías renovables, entre las que se encuentran EDP, Enel, Engie, Iberdrola y Orsted. “Sin embargo, creo que el mercado está creciendo lo suficientemente rápido como para que haya sitio para todas ellas”, ahonda.

El impulso de las políticas en materia de energía

El segundo catalizador tendría que ver con las nuevas políticas que están elaborando los distintos países para frenar sus emisiones de gases de efecto invernadero. Desde que en el año 2015 entró en vigor el Acuerdo de París de las Naciones Unidas se ha avanzado poco en materia de descarbonización de la economía mundial. Sin embargo, en los últimos meses comienza a parecer que el mundo se está poniendo en marcha.

Estados Unidos y China, que durante años han ido rezagados en lo que se refiere al clima, han asumido importantes compromisos destinados a reducir sus emisiones y a adoptar energías limpias. Aún está por ver cómo van a cumplir dichos compromisos, pero la dirección está clara.

En agosto, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático publicó un documento histórico en el que advertía de que el calentamiento global alcanzaría los 1,5 grados centígrados en 2040, aun en el caso de que el mundo actuara rápidamente para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

El Secretario General de las Naciones Unidas calificó este informe de “código rojo para la humanidad”. Las conclusiones del informe se discutirán en la cumbre sobre el clima de las Naciones Unidas, la COP26, que se celebrará en Glasgow este mes de noviembre y en la que se prevé que los gobiernos anuncien planes más ambiciosos para impulsar la energía limpia. Incluso la Agencia Internacional de la Energía (AIE), que históricamente ha subestimado de forma notable el crecimiento de las energías renovables, parece ahora darse cuenta de todo lo que se necesita para evitar el desastre.

La Unión Europea, que ya es líder mundial en energías limpias con una penetración de las energías renovables de aproximadamente el 20%, está ya preparada para registrar un gran crecimiento. La UE tiene previsto que la mitad de su energía proceda de fuentes renovables para 2030, y se prevé que su esperado “Pacto Verde” va a impulsar aún más este objetivo, ya que el bloque pretende reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a cero emisiones netas para 2050.

Este acuerdo de la UE exigirá una enorme cantidad de inversión (hasta 7 billones de euros para 2050), que procederá de una combinación de inversión privada, subvenciones públicas y préstamos subvencionados. Se prevé que casi la mitad de la inversión se destine a energías renovables, redes de electricidad, almacenamiento de baterías y actividades similares, áreas que, previsiblemente, serán objeto de fuertes inversiones por parte de las compañías de suministros públicos.

La AIE prevé que las inversiones en energías limpias (en renovables, redes y otras áreas) podrían alcanzar los 5 billones de dólares anuales en 2030, frente a los 2 billones actuales. La AIE y el Fondo Monetario Internacional calculan que esta inversión podría añadir casi 0,5 puntos porcentuales al año al crecimiento anual del producto interior bruto mundial.

Mientras, en Estados Unidos, Joe Biden ha adoptado un ambicioso y detallado plan energético. Está muy lejos del llamado plan Green New Deal (Nuevo Pacto Verde) propuesto por el ala progresista del Partido Demócrata, pero representa un cambio radical respecto a las políticas promulgadas por el expresidente Donald Trump. “A fin de cuentas, incluso si no hubiera financiación gubernamental, veo difícil que la revolución de las energías limpias se frene”, destaca Chada.

El punto óptimo de las energías renovables se centra en la economía, impulsado por la reducción de costes, que, parece, va a continuar. “La tendencia de descarbonización de la economía mundial es lo suficientemente sólida y permanente como para impulsar cambios históricos, lo que significa que ha llegado el momento de dejar de pensar que las compañías de suministros públicos son inversiones anquilosadas y aburridas que no generan un crecimiento superior al 10%. Estas compañías ya no son como las inversiones en renta fija de crecimiento cero y, en mi opinión, están preparadas para ofrecer sólidos resultados de inversión”, concluye el experto del grupo estadounidense.

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