Consecuencias de la guerra

El rublo se vuelve en contra de Putin: su fortaleza ya amenaza la economía rusa

El Banco de Rusia ha aplicado su tercer recorte de tipos desde febrero para moderar el valor de su moneda, en máximos de dos años frente al dólar y el euro y que afecta a la competitividad de sus exportaciones.

Vladímir Putin
El rublo se vuelve en contra de Putin: su fortaleza ya amenaza a la economía rusa
EFE

Rusia se lanzó a la desesperada a proteger el rublo tras el desplome que sufrió como consecuencia de las sanciones de Occidente por la invasión de Ucrania. Las medidas, que incluyeron el mayor aumento de los tipos de interés de su historia -hasta el 20%- y estrictos controles de capital, funcionaron y el propio Kremlin hizo gala de la resistencia de su economía. Sin embargo, el repunte, aún siendo artificial, es un arma de doble y sus consecuencias son una amenaza para la economía del país. Un rublo tan fuerte como el actual afecta a la competitividad de sus exportaciones y a los ingresos previstos por el Gobierno de Vladimir Putin. Pese a moderarse tras el último recorte de tipos, su valor sigue muy por encima del nivel previo a la guerra. 

El rublo ha superado la fortaleza del dólar, favorecido por el cambio de ciclo monetario, y marcó esta semana su nivel máximo desde febrero de 2020 frente a la moneda estadounidense. Desde el mínimo histórico registrado el pasado mes de marzo, el valor del rublo frente al dólar se ha llegado a casi triplicar. La evolución ha sido similar respecto al euro. Este escenario tiene un impacto directo en la actividad económica del país: la apreciación de una moneda abarata las importaciones y permite moderar la inflación. 

Pero, a su vez, también conlleva un mayor coste de sus exportaciones, el punto fuerte de Rusia, sobre todo por las ventas de gas y petróleo. Ahora, las empresas energéticas rusas que conviertan, por ejemplo, dólares en rublos, obtendrán menos rublos por cada moneda estadounidense. Lo mismo ocurre en el caso de los ingresos públicos, repercutiendo en los presupuestos. 

Además, la situación se complica en el caso ruso porque sufre un aislamiento económico que le limita, por ejemplo, acudir al mercado internacional para importar. Así, los precios continúan tensionados ante la escasez de diferentes productos. De hecho, la inflación anual en Rusia está disparada, muy por encima de los niveles de Occidente. Según su banco central, alcanzó el 17,8% en abril, aunque apunta a que a partir del 20 de mayo comenzó a desacelerarse. 

"La fortaleza del rublo es un asunto de especial atención para el Gobierno", afirmó el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, recientemente. Las autoridades monetarias son conscientes de los riesgos del escenario actual y este jueves aplicaron su tercera rebaja de tipos desde febrero, 300 puntos básicos menos, aproximándose cada vez más al nivel previo al estallido de la guerra. Ahora, la tasa de interés de referencia se sitúa en el 11% y no se descartan nuevas rebajas. Tras la decisión del Kremlin de invadir Ucrania, los tipos pasaron del 9,5% al 20%. Los analistas de ING señalan que los últimos recortes se ven favorecidos precisamente por las expectativas de que inflación está cayendo. 

El objetivo es suavizar una caída prevista de entre el 10-15% en el PIB ruso este año. Para ayudar a ello, las autoridades rusas también relajaron otras restricciones. Los exportadores rusos ahora deben convertir el 50%, en lugar del 80% anterior, de las ganancias de sus exportaciones en rublos. Todo ello ha permitido que la moneda rusa se deprecie en las últimas tres sesiones y ha puesto fin a cinco semanas consecutivas de subidas. No obstante, su valor respecto al dólar todavía es 23% superior al nivel registrado antes de la invasión rusa de Ucrania. Persisten otras restricciones como el límite impuesto a los rusos para convertir rublos en dólares, que frena la demanda de divisas. 

Las decisiones del Banco de Rusia han marcado la evolución del rublo, pero, aunque no refleja la realidad de forma total, pone en duda la eficacia de las sanciones. Lamine Bougueroua, gestor de Union Bancaire Privée (UBP), explica que no le sorprende la fortaleza de la moneda porque "el funcionamiento de las sanciones afecta mucho más a las importaciones que a las exportaciones". De esta manera, el superávit por cuenta corriente ha aumentado significativamente desde la aplicación de las sanciones. En ese sentido, hay que tener en cuenta el flujo de gas y petróleo de Rusia a Europa que todavía persiste y que da alas a la economía rusa y al rublo. 

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