Índice Global Clean Energy 

S&P echa a Audax del índice de energías limpias por su exigua actividad en bolsa

La gestora de índices mantiene a las españolas Iberdrola, Siemens Gamesa y Solaria tras la revisión, que ha supuesto la expulsión de Enel (Italia) y NextEra (EEUU) por el uso de carbón y gas en su mix eléctrico.

El uso de energías renovables contribuye a reducir las emisiones.
El uso de energías renovables contribuye a reducir las emisiones.
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S&P Dow Jones Indices, la mayor empresa de índices bursátiles del mundo, ha revisado la composición de uno de los que más interés despiertan en los últimos años: el S&P Global Clean Energy. A este índice están indexadas miles de carteras de inversiones y algunos de los fondos cotizados (ETF) más relevantes en ESG de Blackrock, Vanguard o Amundi, de ahí su importancia para las compañías cotizadas que lo componen.

En su última actualización, la compañía española Audax Renovables ha salido de la lista por incumplir los requisitos mínimos de liquidez bursátil del índice tomando como referencia el valor medio diario negociado (MDVT) de seis meses. La compañía que preside José Elías es una de las 15 salidas del S&P Global Clean Energy en octubre, mientras se mantienen dentro de la selección las españolas Iberdrola, Siemens Gamesa y Solaria.

El movimiento no es el más llamativo ni el más polémico. Se caen de la lista tres pesos pesados de la energía después de que S&P Dow Jones haya endurecido los requisitos para pertenecer al índice. Se trata de la estadounidense NextEra Energy, la británica Drax Group y la italiana Enel, dueña del 70% de la española Endesa. El índice incluye predominantemente ‘utilities’ con baja exposición al carbón térmico, petróleo y gas.

La revisión se produjo después de una consulta "para mejorar la diversificación del índice, mejorar la transparencia, reducir aún más la huella de carbono del índice y alinear la metodología del índice con las tendencias del mercado y las normas de inversión sostenible", según S&P.

La salida de Drax ha causado estupor en Reino Unido ya que pone en cuestión el discurso que enarbola la empresa para convertirse en la primera energética neutra en carbono, pero su generación a partir de biomasa ahora no está considerada como realmente limpia a efectos de confeccionar el índice. La compañía ha recibido cientos de millones de libras del Gobierno británico para su reconversión de térmica de carbón en eléctrica de biomasa. Por motivos similares sale del índice de S&P la energética francesa Albioma.

La expulsión de Nextera y Enel tiene que ver con el endurecimiento de los requisitos para ser verde, ya que ambos gigantes energéticos tienen una alta presencia de gas natural, petróleo y carbón en su mix de generación de electricidad. El pasado mes de abril, S&P amplió el número de acciones del índice de 30 a 81 empresas y ahora volverá a reducir su su composición cuyo máximo es de 100 desde la creación del índice en 2007.

En una nota separada, S&P recuerda la falta de criterios unificados a la hora de medir la inversión sostenible (ESG). “El mundo confuso de los estándares de informes de sostenibilidad que guían a las empresas e inversores sobre la divulgación de ESG pronto podría simplificarse un poco”, asegura Jennifer Laidlaw, analista de la firma de índices. “La demanda empresarial y de los inversores de un marco de divulgación de ESG unificado está impulsando la creación de una junta de sostenibilidad internacional. La gran cantidad de marcos y estándares de informes de sostenibilidad ha llevado a confusión y divulgación inconsistente en el mercado”.

La 26ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, conocida como COP26, se celebra en Glasgow (Reino Unido) en noviembre y una de las grandes expectativas es, precisamente, que la Fundación IFRS lance un nuevo Consejo de Estándares Internacionales de Sostenibilidad que será el referente en la información financiera que deberán divulgar las empresas e inversores.

La Inversión Sostenible y Responsable (ISR o ESG, por sus siglas en inglés) ha alcanzado los 345.314 millones de euros gestionados en España durante 2020, lo que ha supuesto un incremento del 21% respecto a 2019, y por primera vez los activos ASG (Ambiental, Social y Gobernanza) superan a los tradicionales, según un estudio elaborado por Spainsif.

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