Samsung mete un gol a Apple: deja de fabricar en China en pleno lío con Trump

Samsung mete un gol a Apple al dejar de fabricar en China
Samsung mete un gol a Apple al dejar de fabricar en China
L. I.

El fabricante líder en ventas de teléfonos móviles tiene como rival a una de las compañías que más valen en bolsa. Samsung ha logrado capear en parte a lo largo del tercer trimestre el temporal de la guerra comercial y la desaceleración económica. Lo ha hecho mediante un incremento de las ventas de móviles hasta los 78,4 millones de unidades (frente a los 72,3 millones del tercer trimestre de 2018). Esto le permite acaparar el 20,6% de cuota de mercado, por delante de Huawei (17,6%) y de Apple (11,8%).

La coreana (396.857 millones de dólares de capitalización) ha llevado a cabo una estrategia silenciosa de salida de China para protegerse de los vaivenes arancelarios. Lo ha hecho tras desprenderse de su última fábrica en el país hace menos de un mes. Ahora mismo y, por extraño que pueda parecer, Apple está entre las firmas tecnológicas que más dependen del gigante asiático (Foxconn, el mayor fabricante de componentes electrónicos a nivel mundial y el mayor exportador de China, tiene la culpa de ello) y con menos margen de maniobra para salir de allí. No en vano y según calculaba recientemente Morgan Stanley, dejar de fabricar sus móviles en China para hacerlo en EEUU encarecería en 160 dólares cada iPhone.

Samsung ha ido aligerando su presencia en China de forma paulatina desde 2008, "ha ido eliminando los proveedores chinos y creando su propia red, en la que muchos de esos proveedores son de Estados Unidos", explica a La Información, Alicia García-Herrero, economista Jefe para Asia Pacífico de la gestora francesa Natixis. "Hay una dependencia de empresas norteamericanas muy relevantes para los índices y para la economía... empresas que son consideradas como 'flagship' (buque insignia) en EEUU. Todas las asiáticas ya llevan tiempo saliendo del país. Las japonesas, desde hace muchísimo", añade.

Celso Otero, gestor de Renta 4 opina que en el caso de Apple sí que tenemos una dependencia clara de la fabricación en China, puesto que de sus ventas más del 80% vienen del segmento dispositivos y un 55% del iPhone. "Si la guerra comercial se recrudece y aumentan los costes, sí podemos ver un deterioro duro en sus márgenes", sostiene. Con todo, incide en que su margen bruto es muy elevado, en torno al 38 o 40%, y puede perder uno o dos puntos.

Sin embargo, el modelo de Samsung es distinto, porque en su negocio pesa más el segmento de semiconductores (más del 40%) que las ventas de móviles (alrededor del 35%). Las compañías de semiconductores son más volátiles porque su evolución depende de más variables. Depende, por ejemplo, del negocio de la nube por el fuerte crecimiento de la inversión en servidores que van a hacer las grandes 'tech', como Google o Amazon. 

La deslocalización de empresas desde China a otros puntos de Asia es un fenómeno que se da ya durante la crisis financiera. La propia Samsung construyó en Vietnam su primera planta de smartphones en 2008 atraída por los bajos costes laborales y una fiscalidad más propicia. Invirtió entonces 2.500 millones de dólares y otros 5.000 millones unos años después, en 2013, cuando abrió una nueva planta en la provincia de Thai Nguyen. Las dos fabrican alrededor del 60% de los teléfonos de Samsung cada año. 

Mostrar comentarios