Crisis energética

El 'shock' de los precios eléctricos crece y forzará otra ronda de ayudas públicas

La luz amenaza con un nuevo repunte en su coste que afecta a los propios hogares y a las compañías que asumieron riesgos con contratos inmóviles frente a los costes. 

Luz
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Europa Press

La crisis energética inédita que sacude a Europa no cesa en medio de los problemas del continente para garantizar el suministro. Como resultado, el precio de la luz continúa en niveles máximos. Pese a que este sábado el coste se reduce más de un 10%, acumula diez días seguidos por encima de los 200 euros por megavatio hora (MWh). Estos altos precios es uno de las mayores preocupaciones de los españoles - y no dejará de hacerlo a corto plazo- pero también representa un problema cada vez mayor para el Estado ante el impacto en los hogares y en las compañías que asumieron riesgos con contratos inmóviles frente a los costes.

Reino Unido ya está notando el impacto entre las comercializadoras del país. Más de 20 han quebrado desde agosto, pero la insolvencia de Bulb Energy esta semana ha provocado la situación más preocupante al tratarse del séptimo mayor proveedor del país con 1,7 millones de clientes. La compañía reconoció que no podía asumir los altos precios del gas y la electricidad y tenía dificultades para asumir nuevos fondos por la desconfianza de los inversores por su ya elevada deuda. Los clientes del resto de compañías quebradas han pasado a otras empresas en el marco de un plan de rescate de la industria, pero el peso de Bulb ha obligado al Gobierno a intervenir. 

Ahora se encuentra bajo el 'Régimen de Administración Especial', la primera compañía que hace uso de él desde su aprobación. Se trata de una red de seguridad para garantizar la menor interrupción de suministro a los clientes. Como consecuencia, el Ejecutivo de Boris Johnson pondrá a su disposición 1.700 millones de libras (2.000 millones de euros) para ayudar a cubrir los costes de su funcionamiento. La crisis sacude al sector energético, en especial, por los riesgos asumidos con contratos inmóviles -con tarifas fijas- frente a los costes. Pero, además, los responsables de la industria del país culpan al tope de precios del gobierno británico.

La situación por ahora no ido a peor en compañías de otros países, pero el impacto en los hogares sí es visible. Un informe de Bank of America ya advertía en septiembre del desembolso público que iban conllevar los elevados precios de la energía. En concreto, señalaba que el incremento del precio mayorista de la electricidad afecta a la inflación y, como consecuencia, repercute en el poder adquisitivo de los consumidores. Para evitar que los mayores precios frenaran la recuperación tras la pandemia, BofA señala que los Gobiernos "podrían optar por intervenir y compensar a los hogares por la reducción del poder adquisitivo". No obstante, la actuación supondría una partida de entre 24.000 a 39.000 millones de euros, según un escenario más optimista o pesimista. 

El precio medio de la electricidad en el mercado mayorista ('pool') español se sitúa este sábado en los 204,35 euros/MWh, según datos del Operador del Mercado Ibérico de la Electricidad (OMIE). El coste se ha rebajado un 10,2% con respecto a este viernes, pero encadena -pese a ser fin de semana- su décimo día consecutivo por encima de la cota de los 200 euros. En términos anuales, el precio de mañana multiplicará casi por cuatro los 52,56 euros/MWh que alcanzó el 'pool' de media el mismo día de hace un año.

El coste puede ir a más, marcando nuevos récords en los próximos días, según anticipan los precios del Nord Pool, de los países del Norte de Europa, que este sábado marca un nuevo récord. Javier Blas, jefe de Energía en Bloomberg News, destaca que "salvo que algo (clima, apagones nucleares, gas, viento, bloqueo de Covid) cambie desde hoy hasta el domingo, veremos precios alarmantes, particularmente en Francia" a partir del lunes.

Alternativas para garantizar el suministro 

Ante esta situación el objetivo de los países europeos es asegurar el suministro y diversificar la oferta en pleno invierno en el continente, aunque el escenario no parece fácil por el desajuste de la oferta y la demanda. La reapertura tras la pandemia ha disparado el consumo frente a los cambios en la dinámica de la oferta. La inestabilidad de la energía renovable, en especial eólica, en Europa no se ha visto compensada con el suministro de gas ante el agotamiento en los Países Bajos y tras la decisión de Rusia de retener parte de su gas natural de los mercados europeos, lo que ha expuesto la dependencia energética del Viejo Contienente. 

Rusia sigue siendo un actor clave para Europa en el suministro de gas y esa dependencia se elevará una vez empiece a funcionar el gasoducto 'Nord Stream 2', según afirman los críticos con el proyecto al considerar que se trata de una iniciativa que Rusia podría usar para ganar influencia. El gigante gasístico ruso Gazprom controla el gasoducto, destinado a llevar gas desde Rusia a otras partes de Europa a través del mar Báltico y que levantó los recelos de países como EEUU. No obstante, el Gobierno de Joe Biden y Alemania alcanzaron en julio un acuerdo para finalizar el gasoducto. Ahora está  suspendido por el regulador alemán a la espera de que la compañía que lo gestiona esté organizada "conforme a derecho alemán".

Francia ha tomado un camino diferente con el objetivo de garantizar la independencia y unos precios "razonables". Así, hace dos semanas anunció la construcción de dos nuevos reactores nucleares y se esperan también nuevos reactores de agua a presión. "Vamos, por primera vez en décadas, a relanzar la construcción de reactores nucleares en nuestro país y seguir desarrollando energías renovables", afirmó el presidente Emmanuel Macron en un discurso. El plan energético de Francia toma un sentido diferente al de otros países vecinos que han apostado por acelerar el cierre de sus plantas.

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