A 18,05 euros por acción

Siemens se traga Gamesa para camuflar el desastre en bolsa de Siemens Energy

La aprobación de la opa alemana sobre la empresa española revela que solo las acciones de la empresa eólica valen más que su matriz, que ha perdido la mitad de su valor en bolsa desde que debutó en 2020.

Jochen Eickholt, CEO de Siemens Gamesa
Jochen Eickholt, consejero delegado de Siemens Gamesa
CONTACTO vía Europa Press

Hay tres escenarios en la opa sobre Siemens Gamesa que conducen al mismo destino: la exclusión de cotización de bolsa. Siemens, a través de su holding de energías Siemens Energy, promoverá la unión de ambas empresas tanto si la oferta de compra es un éxito -superando el 90% del capital de la filial española y activando la compraventa forzosa-, como si se queda por debajo. En este punto, el grupo muniqués prevé solicitar a la CNMV una bula para mantener una orden de compra en mercado sin lanzar opa pero, en caso no conseguirla, en tercer lugar contemplaría lanzar una opa de exclusión. 

¿Por qué las prisas por absorber el negocio de los molinos de viento? Hay motivos estratégicos, de negocio y algunos evidentes como la situación en bolsa de Siemens Energy, que ha perdido la mitad de su valor desde que debutó en los mercados en 2020. De hecho, Gamesa (12.300 millones de euros) todavía vale más que su matriz (9.000 millones)

Pero hay una valoración sangrante que ha provocado sonrojo estos últimos meses en Alemania: solo el 67% de las acciones cotizadas (alrededor de 8.400 millones) en la eólica vasca valían más que todo Siemens Energy. Dicho de otro modo, los inversores han valorado en cero euros todo su negocio vinculado a los equipos de gas natural y la electricidad.

La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) dio luz verde a la opa de Siemens Energy este lunes pese a la costumbre del supervisor de hacerlo los jueves. El folleto de la opa ha permanecido en el congelador durante dos semanas a la espera de pequeños flecos y se ha publicado prácticamente inalterado desde el 19 de octubre cuando está fechada la declaración jurada al alemán del contenido de la opa. De hecho, el documento no recoge por ejemplo la incorporación de un accionista significativo como Caisse des Dèpots (CDC) con el 3% del capital que se produjo la semana pasada.

La aprobación de la opa llega casi seis meses después de que Siemens Energy se decidiera a hacerse con la totalidad de su filial e integrarla. La opa se dirige al 100% del capital de Gamesa, aunque el 67,07% de las acciones en manos alemanas ya se encuentran inmovilizadas en una cuenta de Unicredit a la espera de que se supone un 7,6% adicional de los títulos. El objetivo mínimo marcado del 75% queda a tiro de piedra del grupo que dirige Christian Bruch, que movilizará un máximo de 4.000 millones de euros si el 32,9% del capital que no controla acepta la oferta a 18,05 euros por acción.

Descarbonizar y enterrar los problemas con el gas

Hasta la fecha, el foco de Múnich en la operación sobre Siemens Gamesa ha sido poner el acento en los problemas que atravesaba la filial eólica. Los 'profits warnings' (advertencia a la baja sobre resultados) comienzan a aflorar al poco tiempo de que Siemens pacte la salida de la eléctrica Iberdrola en febrero de 2020 después su guerra judicial. De hecho, Siemens cesaría al consejero delegado Markus Tacke cuatro meses después para nombrar a Andreas Nauen como jefe de Gamesa con el objetivo de llevar a cabo una integración mayor con la recién escindida Siemens Energy, la antigua SE Gas & Power, antes de su salida a bolsa en otoño de 2020.

Pero el estallido de la pandemia provocó efectos indeseados en los planes alemanes: la cotización de Gamesa se disparó en bolsa a máximos históricos (37,2 euros por acción) con Nauen recién llegado tras una subida vertical del 150% en apenas seis meses. Fue fruto del proceso de inflación financiera que generó la inyección de liquidez de varios billones por parte del Banco Central Europeo (BCE) y las expectativas de los fondos Next Generation. Se decía que se iban a invertir miles de millones en infraestructuras 'verdes' con el objetivo de acelerar la descarbonización.

Pero los problemas de Gamesa con la cadena de suministro comenzaban a aflorar de forma cada vez más acusada desde finales de 2020 por la dependencia de componentes chinos y los atascos en los puertos. La compañía vasca comenzó a tener problemas para ejecutar en tiempo y forma sus proyectos. En 2021, los contratiempos se intensificaron con el boom de las materias primas. El grupo comenzó a suspender algunos proyectos porque, además del tiempo, los costes comprometidos ya no cuadraban.  Andreas Nauen, ex jefe de la división eólica de Siemens antes de la fusión con Gamesa durante dos décadas, aguantó hasta tres nuevos 'profits warnings' antes de ser cesado en febrero de 2022.

Más poder para Eickholt en la futura Siemens Energy

Cuando se anunció el nombramiento de Jochen Eickholt pocos dudaban en Siemens de que se avecinaban cambios de calado para la división eólica, pero también para toda la división energética. Solucionador, reestructurador y el jefe de fusiones fueron algunos de los apelativos que dejaron caer fuentes del sector financiero al saberse su llegada a Gamesa con las bendiciones no de Siemens Energy, sino de la mismísima cúpula de Siemens AG. 

Desde 1999, Eickholt ha ocupado puestos ejecutivos en la organización del gigante Siemens al frente de las divisiones de Home & Office, Rail Automation, Rail Systems y Siemens Mobility. En 2017 lideró la fusión entre las unidades ferroviarias de Siemens y la francesa Alstom, un proyecto fallido por el veto de Bruselas. Desde entonces se ocupaba de la gestión de participadas del grupo, pilotando operaciones corporativas hasta que le encargaron tomar las riendas del área energética.

En apenas tres meses se puso en marcha la opa sobre la filial eólica para integrar ambas compañías. En siete meses activó el plan Mistral para reducir costes con reducciones de plantilla y reestructuración de la actividad. Antes de que den las campanadas de fin de año, Eickholt tiene entre ceja y ceja rematar su misión en Gamesa. El plazo de aceptación de la opa se extenderá hasta el próximo 12 de diciembre tomando como referencia los 36 días naturales que se estiman para la operación.

Si todo sale bien, Siemens AG, que todavía controla el 40% de las acciones de Siemens Energy, tiene previsto reforzar el poder de Eickholt en la nueva estructura que surja de la fusión con Siemens Gamesa en detrimento de Christian Bruch, según apuntan fuentes financieras a este diario.  La reciente crisis energética y la guerra de Rusia sobre Ucrania ha aflorado serios problemas en la gestión de la división de 'gas & power'.

Siemens Energy se ha granjeado su propia crisis reputacional a cuenta de la crisis de la turbina de gas de los gasoductos de Nordstream y el pulso con el Kremlin. La compañía ha tenido que salir de la órbita rusa, donde se movían sus principales clientes antes de la guerra. Pivota hacia Gamesa para reequilibrar su cartera de negocios e incrementar su presencia en EEUU, India y Latinoamérica, pero sobre todo reduciendo la dependencia de los sectores energéticos fósiles que todavía pesan dos tercios en la cuenta de resultados del grupo. Eickholt juega un rol clave en esa transformación.

Mostrar comentarios