Auge del efectivo

¿Suave, duro o no aterrizaje? El baile del dólar al calor de la economía de EEUU

El resurgir de la economía de EEUU y Europa con la reapertura china está reactivando la inflación y las posibilidades de que los bancos centrales aparquen las rebajas de tipos para el 2024 o 2025.

¿Suave, duro o no aterrizaje? El comportamiento del dólar al calor de la economía de EEUU
¿Suave, duro o no aterrizaje? El comportamiento del dólar al calor de la economía de EEUU
Nerea de Bilbao (Infografía)

'Cash is king'.. O el mantra de que el dinero en efectivo es el rey cuando se tuercen los mercados. Este fue uno de los grandes términos asociados a los mercados durante todo el 2022 con el dólar a la cabeza. El billete verde sirvió como el refugio perfecto para aquellos inversores que buscaban sortear los vaivenes de la bolsa, representados a la máxima expresión con el mercado bajista de Wall Street que se vivió el pasado año con un descenso superior al 20% desde los máximos históricos.

Pero lo válido de hace unos meses quizá no sea replicable a la actualidad. El destino de la divisa norteamericana tiene una gran correlación con las políticas monetarias de la Reserva Federal. Una institución monetaria que ahora está buscando encontrar la tasa terminal de los tipos de interés más adecuada para hacer que el proceso de desinflación siga progresando adecuadamente.

El dilema entre los miembros de la Fed está siendo cada vez más grande. Fundamentalmente, porque quieren evitar la cronificación de la inflación, pero, al mismo tiempo, sortear una crisis económica. El último en pronunciarse fue el presidente de la Fed de Minneapolis, Neel Kashkari, que indicó que desde el FOMC quieren “evitar la recesión”, pero que saben que “deben reducir la inflación”. Encajar las piezas del puzzle no es sencillo.

En estas el dólar, cuyo camino va de la mano del aterrizaje suave, duro o no aterrizaje de la economía estadounidense, ha dado un duro giro de 180 grados para empezar el año, como consecuencia de la oleada de datos macroeconómicos al alza, que han inyectado incertidumbre sobre la senda de la inflación y el crecimiento, además sobre cómo responderá la Fed.

La desafiante dinámica de inflación y crecimiento apunta a un aumento de la incertidumbre política a medida que madura el ciclo de endurecimiento monetario mundial. A medida que los datos han ido evolucionando, también lo ha hecho el debate sobre qué escenario de aterrizaje se materializará finalmente a finales de este año. Cada uno de ellos presenta condiciones económicas notablemente distintas, con diferentes implicaciones para la moneda norteamericana.

“Aunque el consenso del mercado apunta a una depreciación del dólar a finales de este año y el próximo, el contexto económico actual sugiere riesgos potencialmente más alcistas para nuestras previsiones hasta el segundo semestre de 2023, ya que dos de estos tres escenarios serían probablemente constructivos para el dólar”, asegura el equipo de análisis de divisas de Bank of America en un reciente informe.

Las razones de la caída del dólar desde los máximos cíclicos alcanzados en otoño de 2022 son justificables, en opinión de la entidad. “La superación del pico de inflación en Estados Unidos en medio de la reapertura de China y la mejora de las perspectivas económicas y energéticas en Europa han servido para reducir notablemente la prima de riesgo que sostenía al dólar en 2022”, destaca.

Los precios mundiales de la energía han bajado y las cadenas de suministro se han descongelado. Y la volatilidad de los mercados financieros en divisas, tipos y renta variable se ha reducido. En lo que respecta a los mercados de divisas, a medida que nos adentremos en 2023, es probable, tal y como describen estos expertos, que estos factores “tengan un menor impacto en la evolución de los precios, sobre todo a medida que surjan nuevos riesgos”.

Uno de los factores más influyentes para el dólar ha sido la evolución de la inflación y la evaluación y el impacto simultáneos de la política de la Reserva Federal. Cuando se superó el nivel máximo de inflación, la narrativa del mercado evolucionó desde el famoso “pivot” de la Reserva Federal hacia una menor magnitud de las subidas, pasando por el giro hacia un tipo terminal posiblemente más bajo, hasta otro cambio de dirección hacia los recortes de tipos previstos para el segundo semestre de 2023. A medida que la magnitud de las subidas de la Fed disminuía de 75 a 50 puntos básicos y a incrementos de 25 pb, también lo hacía el dólar.

Los diferentes escenarios

El reciente mínimo del dólar coincidió con la rueda de prensa de Jerome Powell de febrero, en la que los mercados se aferraron a la falta de oposición del presidente Powell a la fijación de precios del mercado, su claro reconocimiento de las fuerzas deflacionistas. Desde entonces, sin embargo, las sorpresas de los datos estadounidenses de primer nivel han servido para recordar al mercado que no es lo mismo superar el pico de inflación que avanzar en línea recta hacia el objetivo del 2%. Tanto los precios como el dólar se han ajustado al alza en consecuencia.

En el caso de que se produjera un aterrizaje suave para los analistas de Bank of America sería probablemente “el más constructivo para los activos de riesgo y el menos constructivo para el dólar”. En este caso, la situación de la inflación se resolvería más o menos gradualmente, junto con el endurecimiento monetario que ya está en marcha en el sistema, y se evitaría una recesión generalizada.

En un aterrizaje forzoso, la trayectoria final de la inflación sería más ambigua. “En este caso, la inflación y la demanda agregada se invertirían simultáneamente, ya que la creación de empleo empezaría a registrar una tendencia negativa y los datos de crecimiento reflejarían una mayor contracción”, analiza Bank of America. “En este entorno se producirían recortes de tipos más profundos, que sólo pesarían parcialmente sobre el dólar en la medida en que no se vieran compensados por recortes similares en el extranjero y por una amplia aversión al riesgo”, añade.

Por último, un escenario que está recibiendo mucha atención últimamente, principalmente debido a los recientes signos de resistencia de la economía estadounidense, es el escenario de “no aterrizaje”. En este caso, la inflación se mantendría elevada o disminuye sólo modestamente, mientras que los datos de actividad y empleo seguirían siendo elevados, incluso en medio de una política más agresiva de la Reserva Federal.

“En cuanto al dólar, su reciente (aunque incipiente) apreciación podría verse a través del prisma del ‘no aterrizaje’, con la renta variable y el crédito perdiendo impulso, pero sin desplomarse, a medida que aumenta la tasa terminal de tipos y disminuye la inversión de la curva a corto plazo… Un ‘no aterrizaje’ apoyaría al dólar”, concluyen estos expertos.

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