Tras el crash, el rebote. Wall Street cerró este lunes una sesión de euforia por los mensajes de actuación coordinada de gobiernos y bancos centrales ante la crisis económica del coronavirus. Al cierre, el Dow Jones de Industriales se disparó un 5,1%, hasta 26.703 puntos, mientras que el S&P 500 subió un 4,6%, hasta 3.090 puntos, y el Nasdaq Comp. se anotaba otro 4,5%, hasta rozar los 9.000 puntos. Se trata de la mayor subida diaria en el Dow desde la crisis financiera en 2009 y, en el caso del Nasdaq y S&P, desde diciembre de 2018.
Wall Street parece encaminado a recuperar una parte de lo perdido en la que ha sido su peor semana desde la crisis financiera de 2008, que del lunes al viernes pasado vio a sus tres indicadores entrar en territorio de corrección, es decir, con una caída acumulada de más del 10%. Entre las acciones destacadas se situaron Apple -con un salto del 0,3%-, Merck y Walmart, que ganaron un 7,6% y 6,3%, respectivamente. Las mayores subidas en el Nasdaq 100 fueron para Tesla (+11,1%), JD.com (+12%), Costo (+10%) y Gilead (+8,7%), mientras que en el Dow Jones también destacó Microsoft (+6%) o Unitedhealth (+6,4%).
La sesión estuvo marcada por las advertencias de intervención de los bancos centrales. El gobernador del Banco de Japón, Haruhiko Kuroda, dijo este lunes que el banco central de Japón tomará las medidas necesarias para estabilizar los mercados financieros. Eso siguió un movimiento similar del presidente de la Fed, Jerome Powell, el viernes pasado. El vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, se sumó a la oleada retórica con un mensaje contundente: 'Estamos listos para actuar'.
Las ganancias de este lunes en Wall Street rompen con violencia las rachas a la baja de los últimos siete días para el Dow. El VIX, índice de volatilidad sobre las opciones del S&P 500, se desplomó un 20%, hasta 32 puntos, por el cambio de signo en las expectativas de los inversores con los mercados, reorientando sus estrategias con derivados al alza en lugar de proteger más sus carteras ante nuevas caídas.
Esta vez los inversores comenzaron a ver el vaso medio lleno con la crisis del coronavirus. Entre las razones para el optimismo, si bien las infecciones continúan aumentando en todo el mundo, los casos de Covid-19 en China está reduciéndose y esto mejora las perspectivas de que la actividad manufacturera vuelva a crecer si se eliminan algunas cuarentenas. La provincia de Zhejiang, que se declaró en emergencia antes que Hubei el pasado enero, ha reducido su nivel de alerta.
Las expectativas de una mayor coordinación, colaboración y entendimiento global entre países, gobiernos y autoridaes a nivel sanitario, monetario y comercial también han insuflado nuevas dosis de optimismo en las últimas horas. Hay que tener en cuenta que los mercados han vivido en el último año y medio infectados por otro virus: la guerra comercial de Donald Trump contra China y otros países.
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