El Banco Central de Turquía vuelve a intervenir en el mercado de divisas después de que la lira haya marcado un nuevo mínimo histórico frente al dólar y al euro. En concreto, la moneda turca ha llegado a cotizar este viernes en las 13,9 unidades por dólar y 15,7 por euro, tras una semana de oscilaciones cercanas a este mínimo, perdiendo así casi un 30% en los últimos 30 días. Como respuesta la autoridad monetaria del país ha intervenido "directamente en el mercado a través de transacciones de venta", una decisión que ha justificado por la formación de "precios poco saludables".
No es la primera intervención que lleva a cabo ante la crisis económico que enfrenta el país debido a la inflación disparada por encima del 20% y el mantenimiento de la política de reducir los tipos de interés. La intervención directa del Banco Central en los mercados de divisas con el fin de estabilizar la lira ya se produjo hace unos días, a lo que sumó transacciones en el mercado de derivados de la Bolsa de Estambul. Sin embargo, no parece haber tenido efectos duraderos en el valor de la moneda. Minutos después de conocerse la intervención del banco central turco, la lira modera, pero ligeramente, su desplome.
La última gran caída de la lira se produjo a finales de noviembre y provocó la dimisión del ministro de Finanzas, Lütfi Elvan, y sus sustitución por el político Nureddin Nebati, considerado cercano al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y seguidor de su política de reducir los tipos de interés para estimular la economía. Pero es este planteamiento, creen los economistas, el que dispara la inflación y devalúa la moneda, que ha perdido ya un 45% desde inicios del año y un 29% desde el 10 de noviembre.
En los últimos días, Erdogan ha insistido varias veces en que el Banco Central debe mantener los tipos bajos, actualmente en un 15 %, muy por debajo de la inflación interanual, que se sitúa en el 21,3 %, y ha culpado a los "especuladores" de las subidas de los precios por, supuestamente, almacenar productos a la espera de nuevos aumentos.
La oposición, por su parte, considera que la inflación real al menos duplica la cifra oficial del 21,3%, que considera falseada, señalando que el índice de precios para los productores se sitúa en el 54,6 % según los datos del Instituto Estadístico Turco (TÜIK).
La devaluación de la lira está disparando las exportaciones turcas, más competitivas que antes en el mercado internacional, y Erdogan espera de este efecto un aumento del empleo y la eliminación del déficit de la balanza de pagos.
Sin embargo, la bajada de la lira también encarece la importación de materias primas vitales para la industria de manufactura turca y reduce el margen de ganancias, mientras que la devaluación de los salarios lleva a un empobrecimiento general no solo de los sectores obreros sino también de la clase media.
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