Las acciones de los bancos UBS y Credit Suisse, en el centro de la tormenta bancaria que ha vivido Suiza en la última semana, han cerrado con pérdidas del 4,33 % y el 3,61, respectivamente, tras la subida de los tipos de interés acometida por la Reserva Federal de Estados Unidos, de 25 puntos básicos, que las autoridades suizas respondieron con otra de 50 puntos.
Los títulos de Credit Suisse, entidad que en los próximos meses será absorbida por UBS tras un acuerdo alcanzado en este sentido, valían 0,80 francos (0,8 euros) al cierre de este jueves de la Bolsa de Valores de Zúrich, un 88% menos que hace un año. UBS, por su parte, que se convertirá en el indiscutible número uno de la banca helvética una vez se finalice la operación, dejó sus acciones al final de la jornada a 17,9 francos (18 euros). Tras una primera reacción agria de los inversores que en particular afectó a UBS, tras conocerse el acuerdo, los títulos de este establecimiento se han recuperado de manera regular.
El organismo suizo ha explicado en el comunicado que al "hacerlo, está contrarrestando el aumento renovado en la presión inflacionaria. No se puede descartar que sean necesarios aumentos adicionales en la tasa de política monetaria del SNB para garantizar la estabilidad de precios a medio plazo. Para proporcionar condiciones monetarias apropiadas, el SNB también sigue dispuesto a ser activo en el mercado de divisas según sea necesario. Durante algunos trimestres, el enfoque ha sido vender divisas extranjeras".
El cambio de tipos se aplicará ya este viernes 24 de marzo de 2023. Los depósitos a la vista de los bancos en el SNB serán remunerados a una tasa de política del 1,5% hasta cierto umbral o cantidad, mientras que el exceso por encima de un nivel no determinado se remunerará al 1%, 0,5 puntos porcentuales menos que la tasa de referencia.
La Reserva Federal (Fed) decidió este miércoles subir los tipos un cuarto de punto, después de la quiebra de dos bancos en las últimas semanas, el Silicon Valley Bank (SVB) y el Signature Bank, cuya situación financiera empeoró por la política monetaria del organismo, y el rescate de un tercero, el First Republic Bank. El pánico cruzó el Atlántico y casi acaba con Credit Suisse, que tuvo que ser adquirido por su competidor a insistencia del gobierno, ya que la crisis de confianza que sufría estaba hundiendo su cotización en el mercado y se temía su quiebra.
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