Perspectivas de mercado

¿Última subida de tipos? Cómo afectarán a las bolsas los futuros recortes de la Fed

Los inversores afrontan la última subida de tipos de interés de la Fed este miércoles antes de adoptar una pausa cuya resolución, si baja la inflación, puede resolverse con recortes en las tasas de referencia.

Jerome Powell, gobernador de la Fed.
Jerome Powell, gobernador de la Fed.
Fed vía La Información

Durante los últimos tiempos ha campado en el debate de los analistas que siguen los mercados la idea de cómo puede repercutir a los mercados una recesión económica. Los argumentos han ido en una dirección y en la contraria como una pelota en un partido de tenis: el consenso es que no hay consenso. Hay ideas para poder pensar en cualquier posibilidad viendo cómo se han movido los índices ante los últimos acontecimientos.

Esta idea puede agrandarse más si el análisis se centra en la evolución de los tipos de interés. ¿Cómo puede canalizarse en la actualidad teniendo en cuenta que en otros momentos del pasado el suelo de mercado, en promedio, se ha alcanzado cuando las tasas ya estaban en niveles mucho más reducidos?

Los efectos retardados del endurecimiento de los bancos centrales y la crisis bancaria deberían provocar una mayor aversión al riesgo y un descenso del PIB. Según Michele Morganti, estratega senior de renta variable; Vladimir Oleinikov, analista cuantitativo senior, Generali Investments, no cabría prever una caída importante “de los beneficios y los márgenes”, pero es probable que el consenso de los analistas se reduzca, ya que “las normas de concesión de préstamos seguirán siendo estrictas e incluso se endurecerán”.

Desde su punto de vista, de cara al futuro, los márgenes estadounidenses se verán presionados por la desaceleración del ISM manufacturero, el deterioro del ahorro de los consumidores, el aumento de los salarios y de los inventarios y el incremento del coste del servicio de la deuda. Un repunte del IPC/ULC (costes laborales unitarios, que tocan fondo desde niveles muy bajos) y un dólar más débil representan dos futuros estabilizadores de los beneficios, junto con la recuperación del crecimiento de China, pero no de forma inmediata.

El experto de la gestora italiana sostiene que es momento de mantener una posición bajista en renta variable. “Vemos una rentabilidad positiva limitada para los próximos 12 meses, y buscamos mejores niveles de entrada una vez que la crisis bancaria, la ralentización económica y el endurecimiento de las políticas estén totalmente descontados”, expone.

“Las valoraciones del S&P 500 apuntan a rentabilidades negativas a corto plazo, con riesgos a la baja al aumentar las posibilidades de recesión y persistir los efectos indirectos de la crisis crediticia… El bajo posicionamiento debería ayudar a limitar el potencial bajista”, agrega en esa misma línea Oleinkov.

El entorno general parece que podría estar cambiando el sesgo. Ben Laidler, estratega de mercados globales de la plataforma de inversión en multiactivos eToro, lo ve de la siguiente manera: “nuestra perspectiva positiva del mercado está perdiendo claramente un elemento de apoyo técnico para los próximos meses”.

“Nos centramos en las ‘nuevas defensas’ de las grandes empresas tecnológicas y en las defensas tradicionales, como el sector sanitario, que pueden capear la desaceleración del crecimiento económico y el repunte de la volatilidad de la renta variable que prevemos, pero que se beneficiarán de la menor inflación y de las perspectivas de rentabilidad de los bonos", explica.

Menores rentabilidades

El menor crecimiento, unido a las expectativas más bajas de aumento de los rendimientos, también reducirá la posible rentabilidad superior del índice de la UEM (Unión Económica Monetaria), dada su inclinación hacia los valores financieros y value, tal y como asegura el experto de Generali Investments. “Nuestros modelos de beneficios empresariales sitúan el crecimiento interanual en torno al -5% en 2023, manteniéndose por debajo del consenso en casi un -9% para la zona euro y Estados Unidos entre 2023 y 2025, por lo que esperamos un crecimiento medio del 7% (UEM y EE UU) en 2024 y 2025”, comenta.

Eso provocaría que los riesgos estén sesgados a la baja. Otras señales negativas para los mercados procederían de la sobrevaloración de la tecnología estadounidense (40% según el modelo de la Fed), el descenso de M2, la curva de tipos invertida, la baja confianza en el sector inmobiliario y la prima de riesgo (demasiado baja). “Los eventos de crédito bancario son cada vez más frecuentes, y el sector inmobiliario comercial estadounidense parece especialmente amenazado”, avisa Oleinkov.

En este sentido, las valoraciones están estiradas, descontando una aceleración del crecimiento del PIB a partir de ahora, que no es nuestro escenario base. “Los tipos bajarán más de lo previsto, lo que no ayudará a la renta variable de forma inmediata... Dicho esto, es probable que las posibles caídas a corto plazo se vean limitadas debido al descenso del IPC general, la reapertura de China, el elevado efectivo destinado a los accionistas, el posicionamiento inferior a la media y los flujos netos de renta variable y renta fija”, cuenta el experto.

Si tenemos en cuenta los efectos indirectos de la crisis bancaria y una rebaja más pronunciada del PIB, con riesgos a la baja. “Si tenemos en cuenta los efectos indirectos de la crisis bancaria y una rebaja más pronunciada del PIB, el mínimo del mercado podría situarse en torno a los 3.200 puntos. El índice más barato de la UEM debería mostrar una mayor resistencia a la baja”, termina Oleinkov.

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