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Últimos mohicanos de la bolsa: las 9 acciones que viven en los viejos corros

Desde 2009 las tradicionales subastas a viva voz se modernizaron con un formato electrónico, aunque la mayoría de compañías han dado el salto a otros sistemas de cotización. 

BME, Ibex, Bolsa de Madrid alta
Los valores que resisten en las antiguas subastas pese a su escasa negociación
EFE

Las tradicionales subastas a viva voz en la bolsa continúan presentes en la actualidad a través de los denominados corros. De forma electrónica desde 2009, este mercado da la opción a las compañías de que sus acciones se negocien dos veces al día. Sin embargo, se trata de un mercado en extinción, sin apenas volumen de negociación. La resistencia son nueve empresas que coinciden en un férreo control por parte de un accionista mayoritario y que no quieren la exposición pública que implica el salto a otros mercados. 

En concreto, los títulos de estas compañías se negocian en la modalidad de fixing, contratación de valores con fijación de precios únicos, a la que también recurren otros sistemas. Con el fixing se configura un libro de órdenes y se llevan a cabo dos subastas al día: la de apertura, desde las 8:30 a las 12 horas, y la de cierre, desde el final de la asignación de la primera subasta hasta las 16 horas. Durante estos periodos en tiempo real, se calcula el precio en función de la oferta y la demanda

Los cambios diarios en los precios de estas acciones son mínimos, aunque la evolución de su cotización es más notable al echar la vista atrás, por el menor volumen de negociación. Así, por ejemplo, Cementos Molins, la de mayor capitalización del mercado de corros, registró este miércoles un volumen de 200, frente a los 643.943 de Indra, la menor cotizada del Ibex 35. Sin embargo, pese a la menor actividad, el mercado, competencia todavía de la Bolsa de Barcelona, se mantendrá hasta que lo decidan las propias compañías. La decisión de pasar de un sistema de negociación a otro está en su mano, sin que Bolsa y Mercados Españoles pueda decidir. 

Entre las compañías que continúan cotizando en los corros electrónicos destaca el gigante del cemento con una capitalización de 1.071 millones de euros. La compañía catalana, en manos de la familia Molins, tiene una larga tradición en la Bolsa de Barcelona, donde cotiza desde los años 40, y, además de los corros, también está presente en el Mercado Alternativo de Renta Fija de BME, MARF. Sin embargo, pese a su potencial en renta variable, no ha dado todavía el salto al Mercado Continuo. El cambio de sistema supondría un punto de inflexión que se plantean antes de 2023

Uno de sus principales 'hándicap' es el elevado peso familiar, que tras su salto al Continuo perdería control. La familia Molins controla la compañía desde su fundación, pero en la actualidad está separada en diferentes ramas asociadas en una acción concertada que representa el 73,5% del accionariado, con un valor de 787 millones en el mercado. En concreto, la firma Otinix, propiedad de la rama Molins López-Rodó, cuenta con la mayor participación, (33,2%), de acuerdo a los datos de la CNMV. La rama Molins Gil, a través de la compañía Cartera de Inversiones, posee el 24,2% de las acciones, con un valor de 259 millones. Además, la cementera también está participada por Noumea (31,6%), firma de la familia Molins Amat, aunque la firma solo tiene suscrito al convenio el 14,5% del capital. 

Cementos Molins cotiza en los corros electrónicos de Barcelona, donde más firmas se concentran, junto a otras cinco compañías: la sociedad tenedora de valores Uncavasa, TRH Hoteles, Mobiliaria Monesa, la inmobiliaria Ayco y Ecolumber, una compañía dedicada originalmente al cultivo de madera de nogal, aunque ahora también se dedica a la explotación y comercialización de frutos secos. Esta última firma también cuenta con inversores destacados en su accionariado. Con una capitalización de 28,3 millones de euros, la segunda mayor de los corros, tiene a la familia Godia, considerada una de las mayores fortunas de Cataluña, a los dueños del grupo de material eléctrico Simon o a la familia Ybarra Careaga entre sus accionistas. 

Por su parte, Ayco, además de en Barcelona cotiza en los corros de Madrid y Bilbao. Se trata de un grupo imobiliario fundado en 1941 que registra una capitalización de 15,5 millones de euros. El accionariado de la compañía está en manos de varias empresas estadounidenses y una mexicana, según los datos de CNMV. En Madrid también cotiza la textil Liwe Española, mientras que en Bilbao lo hace Minersa, un grupo internacional que produce minerales industriales, productos químicos, para la construcción, absorbentes naturales y decolorantes. 

En Valencia solo cotiza una, Finanzas e Inversiones Valencianas, que alcanza una capitalización de 45,3 millones de euros. Esta compañía está vinculada, precisamente, con la última que abandonó este los corros de Valencia, Libertas 7. Sus acciones cotizaban bajo este sistema hasta el 2 de febrero. Hace cuatro meses dio el salto el Mercado Continuo, convirtiéndose en la estrella de la Bolsa española después de que su precio se disparara un 165,5% solo en el mes de marzo. Aún así, se trata de una cotización que registra gran volatilidad y este jueves cerró con una caída de casi el 10%

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