Argentina ha acaparado, junto a Donald Trump, la mayor atención del mercado. El banco Central del país elevaba el precio del dinero hasta el 40% (tras tres subidas en una semana) con el objetivo de frenar la devaluación que vivía el peso argentino, que marcaba mínimos históricos frente al euro. Por tanto, esta era una de las últimas decisiones del presidente de Argentina, Mauricio Macri, por reflotar la delicada situación económica que vivía el país.
La medida era una de las últimas pero no la última. El dirigente argentino sorprendía al mercado el martes al solicitar ayuda al Fondo Monetario Internacional (FMI) tras la fallida intervención de su Banco Central por impedir el desplome del peso argentino y el cierre del flujo del crédito. El préstamo por parte de la institución que preside Christine Lagarde rondará los 30.000 millones de dólares. Ante esta situación, las empresas españolas con intereses en el país latinoamericano, 14 empresas del Ibex y otras tantas que cotizan en mercados secundarios, vigilan de cerca cada paso del gobierno argentino y la evolución de conflicto de acuerdo con sus intereses.
Una de las empresas del Ibex que más sufre por el rescate argentino es Telefónica. La española consiguió en el país latinoamericano casi 3.500 millones de euros de ingresos, un 6% del total de su facturación mundial. Además, la situación argentina pone en riesgo una posible OPV que la compañía podría tener previsto lanzar en el país. La colocación del 40% de la empresa tenía previsto conseguir hasta 800 millones de euros, una operación ahora en riesgo.
En otro orden de cosas, el sector bancario español también trata de esquivar las posibles consecuencias de la ayuda del FMI a Argentina. Banco Santander cuenta con importantes intereses en el país latino en que tiene 482 sucursales con más de 9.000 empleados. Los beneficios de su división argentina superaron los 350 millones de euros en 2017, un 4% de las ganancias totales de la compañía. BBVA no se queda atrás y consiguió en el último ejercicio unos beneficios de 219 millones de euros además de ampliar su capital en 400 millones de dólares hace menos de un año.
DIA es una de las empresas españolas que mayor presencia tiene en el país andino. Desembarcó en Argentina hace 21 años y ya cuenta con 930 tiendas, entre propias y franquiciadas, y más de 4.500 trabajadores. La compañía consiguió más de 1.747 millones de euros de ventas, un 16,9% del total mundial. En esta misma línea está la aseguradora Mapfre que se estableció en el país andino en 1986 y ha conseguido un volumen de primas de casi 300 millones de euros.
Por otro lado, Abertis cuenta con dos peajes de acceso a Buenos Aires que consiguieron unos ingresos de 227 millones de euros, un 4% del total de lo recaudado por la concesionaria. Otra de las españolas con intereses en Argentina es Arcelor Mittal, que fabrica el 60% del acero de este país, 1,7 toneladas anuales. En el sector hotelero, NH cuenta con 15 hoteles en el país y Meliá con otros tres establecimientos.
España se erige así como el segundo país en número de inversiones en Argentina, solo por detrás de Estados Unidos. Según datos del año 2016, España habría centrado el 18% de las inversiones en el país latinoamericano, unos 13.169 millones de dólares. Por ello, el hecho de que el FMI haya brindado su apoyo al país presidido por Mauricio Macri tiene gran importancia para las cotizadas españolas.
La medida desesperada no solo está motivada por los problemas de la economía argentina sino también por la fortaleza del dólar respecto a las divisas de las economías emergentes. Además, a esta delicada situación se unen las tensiones geopolíticas que se están viviendo a nivel mundial, lo que hace que los inversores se refugien en activos más seguros.
Joaquín Robles, analista de XTB, ha destacado que “las empresas españolas con exposición a Argentina vuelven a vivir un periodo de incertidumbre económica difícil de cuantificar”. Además, señala que “la economía argentina está demostrando ser muy vulnerable a las recientes subidas en los tipos de interés en EEUU, así como a la apreciación del dólar”. Por tanto, “al gobierno cada vez le quedan menos medidas disponibles, con los tipos de interés en el 40% (récord mundial) y una inflación superior al 15%”.
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