Tras la sanción a Rosneft

EEUU visita al Gobierno Sánchez y Repsol para 'leerles la cartilla' sobre Venezuela

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España, en el punto de mira. El Gobierno de Donald J. Trump ha vuelto a estrechar el cerco al régimen de Nicolás Maduro con una otra vuelta de tuerca al régimen de sanciones a Venezuela, endureciendo la campaña contra las empresas y gobiernos que lo apoyan “directa o indirectamente” con lazos comerciales con el régimen. Tanto el Gobierno de Pedro Sánchez como la petrolera Repsol han recibido “entre lunes y martes” la visita de funcionarios del Gobierno de EEUU en Europa para explicarles en detalle en qué consisten las nuevas medidas de presión, cuál es la situación tanto de la empresa española o de España después de que haya multiplicado las compras de petróleo a Venezuela.

Portavoces de Moncloa y Repsol no respondieron a la petición de comentarios sobre estos encuentros, que fueron confirmados por el enviado especial de EEUU para Venezuela, Elliott Abrams, después de la histórica sanción a la petrolera rusa Rosneft, el mayor compañía del sector que opera allí junto a la estadounidense Chevron, la española Repsol y la india Reliance. La OFAC (Oficina de Control de Activos Extranjeros), una agencia dependiente del Departamento del Tesoro de EEUU, ha incluido a Rosneft Trading SA, filial suiza del grupo ruso en su ‘lista negra’ (SND list) que impide a los ciudadanos y empresas estadounidenses tratar o hacer negocios con esta empresa.

Se trata una sanción histórica que pretende ampliar la presión y asfixia económica sobre la Venezuela de Maduro. EEUU señala que Rosneft y petroleros rusos han camuflado envíos de crudo venezolano a China e India, “los dos mayores clientes de Venezuela”, cambiando los identificadores electrónicos de los barcos para evitar ser detectado como barcos del régimen. “Habrá más pasos, mayores presiones, en las próximas semanas y meses. La presión seguirá de forma ininterrumpida. Es una campaña de presión para devolver la democracia a Venezuela”, explicó Abrams en un conferencia de prensa.

“Hemos tenido reuniones entre ayer y hoy con varios gobiernos europeos”, aseguró el alto cargo de la Administración Trump. Se trata de visitas de funcionarios del Gobierno de EEUU en suelo europeo en las que se ha expuesto la nueva situación de sanciones con Venezuela, las consecuencias de no cumplirlas y la hoja de ruta que se abre por delante tanto para España como para la petrolera que preside Antonio Brufau.

“Repsol siempre ha estado en regla con la leyes y sanciones de EEUU. En los encuentros con los abogados de Repsol siempre han dicho que son una compañía global que cumple con la ley allá donde está. Tendremos más conversaciones con funcionarios españoles y con Repsol y esperamos que, a medida que avancen (estas conversaciones), algunas de las actividades de Repsol tienen que cambiar", explicó Abrams.

El Departamento de Estado que dirige Mike Pompeo advirtió el pasado 5 de febrero de que vigilaría las actividades de las empresas que hacen negocios "directa o indirectamente" con el Gobierno de Maduro, entre ellas, Repsol, Reliance, Chevron y, sobre todo, Rosneft. Ahora EEUU ha cumplido su amenaza al incluir al grupo ruso junto a otras entidades próximas al régimen de Maduro como el Banco Central venezolano, la petrolera PDVSA o, de forma más reciente, la aerolínea bolivariana Conviasa y todos sus aviones.

La sanción a Rosneft Trading, con sede en Suiza, tiene efectos no solo sobre territorio de Venezuela sino en todo el mundo. EEUU ha dado un periodo de gracia de 90 días para que las empresas y personas individuales que mantengan lazos mercantiles o comerciales con ella los puedan ir liquidando de forma ordenada. La medida afecta de forma inmediata a todos aquellos negocios en los que la empresa rusa tenga al menos el 50% y ha supuesto el bloqueo de activos en suelo de EEUU.

Repsol no cuenta con lazos comerciales con los rusos de forma directa o, al menos, no lo declara en sus informes anuales, si bien si existe una conexión indirecta a través de la italiana Eni, socio de referencia del grupo ruso. El grupo español si que cuenta con participaciones que oscilan entre el 30% y 50% en diversos yacimientos de petróleo y gas en Venezuela como son Carabobo, Quiriquire, Men Grande, Barúa Motatán, Yucal Norte, Yucal Sur y Cardón IV, donde comparte interés con la italiana Eni. No obstante, el grupo italiano mantiene una estrecha relación con Rosneft desde el 17 de mayo de 2017 cuando ambos grupo firmaron un acuerdo estratégico de cooperación a nivel de comercio, logística, refino y tecnología que todavía sigue vigente.

A principios de 2019, Repsol puso en revisión su presencia en Venezuela por las nuevas sanciones impuestas por EEUU en enero y abril al régimen de Nicolás Maduro. Sin embargo, la petrolera española importa crudo a través del monopolio estatal PDVSA como pago por las deudas que le han dejado por su actividad petrolífera en el país. Repsol lleva cuatro años recortando su presencia en el país. Según sus datos, la exposición del grupo español al país sudamericano ha caído un 84% en apenas 48 meses, desde los 2.273 millones de euros de 2016 a los 351 millones que declaraba al cierre del tercer trimestre 2019.

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