Temporada del segundo trimestre

Wall Street es todavía optimista con los resultados ante la desaceleración e IPC

El consenso del mercado ha rebajado las expectativas de beneficios para las empresas del S&P 500, pero los analistas avisan de los riesgos crecientes que no están todavía descontados. 

Wall Street
Wall Street es todavía optimista con los resultados pese a la desaceleración e IPC
L.I.

Wall Street da por iniciada la temporada de resultados esta semana. La presentación de las cuentas de los grandes bancos estadounidenses dará el pistoletazo de salida a un periodo clave para los inversores para conocer el impacto de una inflación en máximos o los síntomas de un crecimiento económico más débil en las cuentas de las empresas. Pero, sobre todo, para conocer las previsiones de los próximos meses. Las expectativas del consenso del mercado sobre las ganancias de las empresas se han rebajado en las últimas semanas lastradas por los avisos de las propias compañías. Sin embargo, los analistas avisan que es probable que el mercado todavía no haya descontado todo el impacto de la coyuntura actual. 

En concreto, según el consenso de Factset, se espera que las empresas del S&P 500, principal índice bursátil de Wall Street, registren un incremento del 4,3% en sus beneficios respecto al año anterior. La previsión se ha rebajado desde el 5,9% previsto en marzo de 2019. Si se confirma será el nivel más bajo desde el cuarto trimestre de 2020. Pero el porcentaje podría ser mayor, de entre el 9% y el 12%, ante la previsión de que las compañías superen las estimaciones del mercado. 

Todo ello, pese a que el número de empresas estadounidenses que han revisado a la baja sus perspectivas para el segundo trimestre se sitúa en su nivel más alto desde el cuarto trimestre de 2019. Frente a estas expectativas, Javier Molina, analista de eToro, cree que habrá "sorpresas más negativas que las que parecen descontarse". En ese sentido apunta al impacto negativo de la situación macro, en especial "en los costes y en la tasa libre de riesgo". Pero la valoración de los efectos del escenario actual se verá, sobre todo, en sus previsiones. 

La inflación es el principal factor a vigilar. "Una reaceleración de la inflación o el aumento de la presión para que la Fed endurezca sus políticas aún más, supondría riesgos de cola en este sentido", afirma Wolf von Rotberg, estratega en J. Safra Sarasin SAM. El crecimiento de los precios en EEUU alcanzó un nuevo máximo desde 1981 en el mes de junio, aunque cada vez analistas apuestan porque el techo está cerca. Entre las razones que ayudarían a una ralentización del alza de los precios está el crecimiento económico más débil, que, a su vez, supone un nuevo viento en contra para las compañías por el impacto en el consumo. 

Michele Morganti, analista de Generali Investments, sí confía en las buenas expectativas para los resultados aunque reconoce que "el actual impulso económico más débil, combinado con el aumento de los costes, producirá más preocupación en los anuncios que hagan los directores generales de las compañías en relación con el poder de fijación de precios y los márgenes empresariales". Una situación que -cree-llevará a los analistas a rebajar las estimaciones a partir del segundo semestre de 2022 y para 2023.

El sector financiero de EEUU marca el inicio oficioso de la temporada de resultados este jueves y viernes, con Citigroup, JPMorgan Chase y Wells Fargo entre los protagonistas. En su caso las perspectivas son negativas, con caídas de los beneficios en tasa interanual del segundo trimestre, según el consenso de Factset. Entre los motivos que citan está la previsión de "provisiones para pérdidas crediticias significativamente más altas". 

Un dólar fuerte, un riesgo añadido para las empresas de EEUU

En un contexto de incertidumbre, las compañías estadounidenses afrontan otro riesgo: la fortaleza del dólar que se ha agravado con la paridad entre el euro y el billete verde. La moneda europea se ha depreciado cerca de un 12% desde enero a favor de la estadounidense, hasta su nivel más bajo en dos décadas. Esto trae consecuencias negativas para las importaciones de la zona euro, pero también para las exportaciones del país norteamericano. En ese sentido, Michael Wilson, analista de Morgan Stanley, avisaba a sus clientes recientemente que "esto no podría llegar en un peor momento, ya que las empresas ya están luchando con la presión de los márgenes por la inflación de costos, inventarios más altos/no deseados y una demanda más lenta".

La fortaleza del euro frente al dólar no es única. El billete verde ya cotiza también en máximos de 20 años frente al yen japonés. Como resultado, "un dólar estadounidense muy fuerte proporciona más viento en contra para las ganancias", afirman desde Morgan Stanley. Según el consenso de FactSet, la previsión de ganancias es mejor para las empresas que centran su actividad en EEUU, frente a las que tienen un porcentaje alto de ventas en el extranjero. 

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