La euforia de los mercados estadounidenses liderada por el Nasdaq y el S&P 500 ha llegado a su fin. Tras varias semanas donde estos índices han ido marcando nuevos máximos históricos con el paso de los días, Wall Street ha cambiado su tendencia positiva -firmando su peor sesión en tres semanas- para sumarse a los desplomes de las bolsas europeas, que han caído tras la subida de los casos de la variante Delta.
Este miércoles se conocieron las actas de la reunión de la Reserva Federal del pasado 15 y 16 de junio, donde el organismo se mostró muy cauto y únicamente confirmó que todavía no se prevé la llegada de la retirada de estímulos (tapering). Sin embargo, hubo un amplio consenso en que el crecimiento de la economía está siendo mayor de lo esperado, por lo que han pospuesto la decisión hasta la reunión que tendrá lugar el 27 al 28 de julio.
Así, el selectivo que engloba el mercado más amplio, el S&P 500, acumulaba un gran rally bursátil donde llegó a registrar hasta siete días consecutivos marcando nuevos récords. Sin embargo, esta racha llegó a su final el martes, pero el miércoles volvió a un nuevo máximo. Al cierre de la sesión del jueves, ha marcado una caída del 0,83% o 36 puntos, para deslizarse hasta las 4.321 unidades, lejos de su récord, fijado en 4.360.
Por su parte, el Nasdaq, selectivo de referencia de las principales empresas tecnológicas, se ha despedido también de su buena racha alcista -el miércoles acabó en otro máximo- y se ha unido a la tendencia bajista de los mercados europeos. Al cierre de la sesión, ha registrado una caída del 0,7% o 105 puntos, para descender hasta las 14.559 unidades, mientras que su máximo está en 15.559.
Por otro lado, el selectivo de referencia de las 30 principales empresas de Estados Unidos, el Dow Jones Industrial, no atravesaba su mejor momento en los mercados y este jueves ha vuelto a caer un 0,75% o 259 unidades, lo que le coloca en 34.421 puntos.
El mercado se desanimó al conocer la cifra semanal de solicitudes del subsidio por desempleo en Estados Unidos, que subió la semana pasada a 373.000, reflejo de una posible ralentización del crecimiento. Asimismo, preocupan la declaración del estado de emergencia en Tokio coincidiendo con los Juegos Olímpicos, el aumento de contagios en Corea del Sur y la extensión de las variantes de coronavirus.
Además, los analistas señalaron que se está imponiendo la aversión al riesgo ante la incertidumbre económica y eso se suma a la menor liquidez en el mercado esta semana corta posterior al festivo del Día de la Independencia.
En otros mercados, el petróleo de Texas subió a 72,94 dólares el barril y al cierre de la sesión, el rendimiento del bono del Tesoro a 10 años se situaba en 1,293 %, el oro subía a 1.803,10 dólares la onza y el dólar perdía terreno frente al euro, con un cambio de 1,1844.
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