Caídas pero remontada de última hora. El ajuste de Wall Street continúa su curso en pleno cambio del ciclo de tipos de interés y la ola inflacionista. Sin embargo, el muro de preocupaciones al que se enfrentan los inversores tiene un nuevo protagonista que tardaba en reaparecer: el temor a una recesión. Las bolsas estadounidenses extienden sus desplomes este viernes hasta llevar a los inversores a su clima más pesimista desde el 'crash' del Covid entre febrero y marzo de 2020.
Al cierre, el Dow Jones subió un 0,02%, hasta 31.261 puntos, aunque llegó a caer un 1,5% en la sesión. Pese a la remontada no logra enderezar su peor racha en 100 años y suma ocho semanas consecutivas en rojo con una caída del 2,3%. El Nasdaq Composite bajó un 0,3% y el S&P 500 repuntó un 0,01% pero esquivó el estatus de mercado bajista -caída acumulada de más del 20% desde su máximo- en el que se situó durante buena parte de la sesión del viernes. Ambos índices caen por séptima semana consecutiva.
Ross Stores, otra de las grandes cadenas de venta minorista que cotizan en Wall Street, se derrumbó tras publicar sus resultados que estuvieron lejos de contentar a los inversores. La acción de esta compañía se desplomó un 22% y se suma a la ola de desplomes que han protagonizado esta semana compañías como Target, Walt-Mart o Amazon.
La Reserva Federal ha señalado esta semana que continuará elevando las tipos de interés hasta que logre moderar el reciente aumento inflacionario que ha llevado al IPC por encima del 8% y a máximos de los años 80. A principios de semana, el presidente Jay Powell dijo: “Si eso implica superar los niveles neutrales ampliamente entendidos, no dudaremos en hacerlo”.
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