Auge del coche eléctrico

Wallbox, el primer 'unicornio' español en Wall Street para competir con Tesla

El fabricante de 'electrolineras' para el hogar, empresas y estaciones de servicios supera la barrera de los 1.000 millones de valoración y cotizará en bolsa respaldado por Iberdrola, Seaya o la familia Riberas.

Eduard Castañeda y Enric Asunción, cofundadores de Wallbox Chargers.
Eduard Castañeda y Enric Asunción, cofundadores de Wallbox Chargers.
L. I. / Archivo

Es el primero pero no será el último. Wallbox Chargers, la startup fundada en Barcelona en 2015, ha dado el paso de salir a bolsa por la vía rápida: una fusión inversa con un SPAC (fondo de ‘cheque en blanco’) que ya cotiza en la Bolsa de Nueva York (NYSE). Se trata del primer ‘unicornio’ (startup innovadora de más de 1.000 millones de valoración) surgido en España que alcanza este estatus con una admisión a bolsa. El retraso en la puesta en marcha de la regulación de los SPAC en el mercado español, la necesidad de fondos para financiar su expansión internacional y el foco por abrir mercado en EEUU han empujado al grupo a dar el salto corporativo al otro lado del Atlántico. Su valoración del 100% se situará en los 1.500 millones de dólares (unos 1.200 millones de euros), según los términos de la unión.

Esta operación permite a la tecnológica catalana conseguir de golpe 330 millones de dólares (270 millones de euros) en fondos para financiar la apertura de una fábrica en EEUU antes de 2022, que se una a sus actuales instalaciones logísticas y su sede de innovación en California. Wallbox apuesta por EEUU, un mercado en el que se espera una revolución de ventas con el coche eléctrico y que está copado por tres competidores cotizados en bolsa: Tesla (576.000 millones de capitalización, Chargepoint (8.600 millones) y Blink Charging (1.600 millones). En Europa, Wallbox cuenta con dos centros de producción en Barcelona (Zona Franca y Sant Andreu), además de almacenes en España, Suecia y Reino Unido. Otra de sus fábricas está en China gracias a una ‘joint venture’ junto a Changchun Fawsn Group, uno de los proveedores más importantes del sector de la automoción.

Kensington Capital Adquisition II (KCA), nombre del SPAC, emitirá 178 millones de acciones para poder afrontar la fusión con la tecnológica con sede en Barcelona con una doble estructura de acciones con diferentes derechos de voto para blindar al núcleo de fundadores. “Han sido muchos días muy emocionantes desde que Eduard Castañeda, Jordi Cano, Aleix Rull, mi padre y yo lanzamos Wallbox Chargers hace seis años, pero puede que hoy sea el más ilusionante hasta el momento. Estamos muy orgullosos de dar este gran paso en el avance de la adopción de vehículos eléctricos y el uso de energías sostenibles a nivel mundial”, escribía Enric Asunción, cofundador, consejero delegado y mayor accionista de la empresa.

Wallbox cuenta con 'padrinos' de relumbrón que han acompañado a la empresa desde sus inicios, financiándola y abriendo puertas. Forman parte del accionariado el ‘family office’ de la familia Santacana, dueña del fabricante de aire acondicionado Eurofred, junto a los Soler Pujol, vinculados al automóvil con la red de concesionarios Quadis, o el inversor agrícola navarro Alexandre Pierron Darbonne (Label Investments, Planasa). El gran salto se produjo en 2019 con la entrada en el capital de Perseo, el fondo de capital riesgo de Iberdrola. La eléctrica ha liderado y participado desde entonces en varias rondas de capital que suman unos 70 millones de euros. En estas ampliaciones entraron fondos como Seaya, impulsor de startups como Glovo o Cabify, además del chileno Wind, de la petrolera Copec; el fondo Endeavor, además de otra gran fortuna familiar sinónimo de automoción en España: los Riberas (Gestamp, CIE, GAM, Dominion). También se incorporó al accionariado Cathay Innovation, un accionista común con el SPAC con el que ahore se fusionará Wallbox. 

Kensington está liderado por Justin Mirro, un banquero de inversión en RBC, Jefferies o Salomon Smith Barney asesorando fusiones y adquisiciones, pero que antes fue un destacado ingeniero en General Motors y Toyota. Los sponsors del fondo de dinero cotizado son Janus Henderson Investors, Luxor Capital, Cathay Innovation y la propia firma Kensington Capital Partners que le da nombre. Los actuales socios de la empresa española mantendrán el 78,3% del cpaital, mientras que el resto quedará en manos de los promotores del SPAC que ya cotiza en bolsa, con dinero pero sin negocio.

2.000 millones en ingresos para 2027

La fusión dejará un reguero de comisiones a los bancos y asesores de las dos empresas. Fuentes financieras estiman en alrededor del 5% del importe de la operación, es decir, cerca de 50 millones de dólares. El SPAC ha contado con el asesoramiento legal de Cuatrecasas y Gonçalves Pereira, mientras que los despachos Latham & Watkins y Loyens & Loeff han defendido los intereses de la empresa española. Las auditoras KPMG y BDO han realizado la 'due dilligence' de Wallbox, mientras que el banco suizo UBS ha orquestado desde el inicio la boda financiera del año en España.

Las cuentas de la empresa española muestran un rápido crecimiento, tanto como su capacidad para atraer talento. Wallbox tiene una plantilla de 530 personas, 150 de ellos ingenieros de hardware y software, además de una fuerza comercial de 130 empleados. La startup se ha subido a la revolución del coche eléctrico con sus cargadores para el hogar como Quasar, aunque ahora sumará al grupo la línea de negocio de las 'electrolineras' para espacios públicos como los 1.000 Supernovas que le compró Iberdrola la semana pasada. Los ingresos de Wallbox en 2020 ascendieron a 24 millones de dólares, cifra prevé elevar en un 229% hasta los 79 millones en 2021 y multiplicar por casi por 10 en 2022, según el plan de negocio con el que se ha presentado a la fusión. En seis años, la empresa española pronostica que superará los 2.000 millones de dólares en ingresos anuales.

Con Seaya, impulsor de Cabify y Glovo

Seaya Ventures, el fondo de capital riesgo comandado por Beatriz González, consagra a Wallbox como el tercer unicornio -empresa valorada en más de 1.000 millones de dólares- de su portfolio conformado por casi una treintena de compañías. Cabify y Glovo, por las que apostó también en las primeras fases, ya lograron ese estatus en el pasado pero todavía no cotizan en bolsa. La gestora española entró en el fabricante de cargadores a finales de 2019 con una inversión relativamente pequeña de 2 millones de euros. Aterrizó seis meses después de que lo hiciera Iberdrola. Desde ahí se cerró una nueva inyección en 2020, que fue liderada por ellos y otra hace seis meses, donde también acompañaron.

Al igual que el resto de inversores, Seaya se mantendrá en el accionariado como el resto de socios, aunque con la posibilidad de vender sus acciones una vez vencido el periodo de restricción (lock-out). Las plusvalías acumuladas son millonarias, pues la valoración no ha dejado de crecer en los dos últimos años. Más allá de convertirse en una ventana de liquidez más, para González y su equipo será una prueba de fuego ante un potencial intento futuro de sacar a bolsa a Cabify a través de una SPAC, en el caso de que no forme parte una transacción dentro de la consolidación en el nutrido mercado de la movilidad. El resultado de esta fusión se convertirá en un buen termómetro sobre el destino de futuras startups españolas.

Con esta colocación, que debería estar finalizada en el tercer trimestre del año, Wallbox se erigirá en la primera startup nacida y con sede social en España que se estrena en la bolsa estadounidense. La plataforma de pagos Flywire (ex Peertransfer), fundada entre EEUU y Valencia por el español Iker Marcaide, ya tocó la campana el pasado 26 de mayo en el Nasdaq con una fuerte subida en su primera jornada de cotización, superando los 3.000 millones de dólares de valoración en bolsa tras su debut.

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