El yen japonés cayó este miércoles hasta su nivel más bajo desde abril de 2002 respecto al dólar tras un desplome que se ha acelerado en los últimas semanas ante las perspectivas sobre los diferenciales en los tipos de interés. El dólar se movía entorno a los 129,30 yenes transcurrida la primera hora de la negociación en el mercado bursátil de Tokio, por encima de las franja inferior y superior entre las que oscilaba al cierre de las operaciones tanto de la plaza nipona como de la neoyorquina en la jornada previa.
No obstante, a lo largo de la sesión la caída se modera por debajo de los 128 yenes tras intervenir el Banco de Japón. El banco central japonés anunció este mismo miércoles una operación de compra ilimitada de bonos estatales para contener el alza descontrolada de la divisa y de los rendimientos nipones a diez años, que ya tocaban su máximo deseable del 0,25%.
Es la segunda vez en menos de un mes que la entidad crediticia japonesa emprende este inusual movimiento para atajar el alza de los rendimientos de deuda a largo plazo.
Los analistas atribuyen esta tendencia bajista del yen a la amplia estrategia de flexibilización monetaria que el Banco de Japón (BoJ) mantiene desde 2013, y que contrasta cada vez más con las políticas de subidas de tasas anunciadas por la Reserva Federal estadounidense (Fed) y las que prepara el Banco Central Europeo (BCE), situando a la divisa nipona en mínimos de hace años también con el euro.
La caída del yen, que ha llevado volatilidad a la bolsa de Tokio en días recientes, era bien acogida por los inversores hoy. La tendencia se considera beneficiosa para los grandes exportadores nipones. Así, el selectivo de referencia Nikkei llegó a subir hasta un 1,49% hasta conocerse la operación del BoJ, tras lo que moderó su alza hasta cerrar con una subida del 0,86% la sesión.
Esta tendencia de depreciación de la divisa japonesa contribuye a impulsar las remesas extranjeras de las compañías patrias y su competitividad en el exterior, pero también impacta negativamente en las importaciones de bienes energéticos o de materias primas.
La rapidez de la devaluación del yen ha generado inquietud entre las autoridades financieras y desatado comentarios de cautela del propio BoJ, poco antes de que la entidad crediticia celebre su reunión sobre política monetaria la próxima semana, que genera expectación sobre su desenlace.
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