Corsa y Sandero... los modelos de GLP más vendidos ya triplican a los eléctricos

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Los vehículos alternativos a los tradicionales de gasolina y diésel están de moda. Suena mucho el eléctrico y el híbrido (enchufable), pero su consolidación es lenta, entre otros factores, por la escasa red de puntos de recarga. Los vehículos que funcionan con autogas tienen una red un 90% menor y, sin embargo, sus modelos estrella se matriculan más del doble que los líderes eléctricos.

Actualmente cuando se habla de vehículos alternativos, que no dependen exclusivamente de la gasolina y el gasóleo, enseguida se va la mente al vehículo híbrido enchufable y el eléctrico. Pero salvo por aplicaciones profesionales, flotas, y en mucha menor medida algunos particulares, apenas suenan los vehículos de autogas (GLP, Gas Licuado de Petróleo) y los de Gas Natural, opciones que a día de hoy son bastante más comunes que las de vehículos eléctricos.

Estos vehículos y sobre todo los de autogas, tienen a priori un problema común con los vehículos eléctricos; la escasez de la red nacional de puntos de recarga que, si bien para los eléctricos se estiman en más de 5.000 localizaciones de acceso público -que el sector considera todavía insuficientes para abastecer al mercado-, los surtidores de autogas se reducen a unos 670, aproximadamente, todos ellos ubicados en estaciones de servicio. Es decir, la red de puntos de reabastecimiento de autogas es casi un 90% menor.

Según los últimos datos de mercado disponibles, los vehículos de autogas que han tenido más éxito en los tres primeros trimestres del año han sido el 'Opel Corsa'y el Dacia 'Sandero', y entre los dos acumulan más de un tercio de las ventas de este tipo de vehículos, con casi 5.000 unidades el primero y con algo más de 3.000 el segundo. Se trata de cifras muy elevadas en comparación con los vehículos eléctricos más exitosos entre enero y septiembre, con el Tesla 'Model 3' con algo más de 1.400 unidades y el Nissan 'Leaf' con 1.252 unidades colocadas en el mercado.

Autonomía y precio

Más allá del evidente desequilibrio en la red de reabastecimiento, hay dos grandes factores que también influyen en la situación actual del mercado, como son la autonomía y los precios. En este sentido, los vehículos de autogas tienen como gran baza una autonomía que, combinando sus dos combustibles (con sus depósitos independientes), son capaces de superar con facilidad los 1.000 km, mientras que los eléctricos, salvo contadas y caras excepciones, apenas superan los 400 km.

Un segundo factor determinante es el precio. Los primeros mantienen precios similares a sus modelos equivalentes de gasolina, como los algo más de 12.000 euros que cuesta un Opel 'Corsa' de GLP y los menos de 10.000 euros del Dacia 'Sandero'. Por el contrario, un Tesla 'Model 3' ronda los 50.000 euros y, aunque se pudiera considerar excepcional, un Nissan 'Leaf' está sobre los 30.000 € (el segundo eléctrico más vendido) y un Renault 'Zoe' parte de los casi 22.000 euros. Los siguientes más vendidos, el Hyundai 'Kona' y el BMW 'i3', superan los 37.000 euros de coste.

Reivindicación del sector

El sector del autogas viene reivindicando una mayor atención y visibilidad para esta tecnología alternativa para la “descarbonización” del parque. En esta línea Ana Fernández de Bobadilla, responsable del área de Autogas de la asociación Gas Licuado, destaca a La Información, datos como el ahorro de hasta un 40% en el gasto en combustible cuando se circula en un vehículo de autogas en comparación con uno de gasolina, ya que el precio del GLP es poco más de la mitad (0,72 euros frente a 1,35 euros el litro, cifras estimadas que fluctúan según el mercado).

También cita el hecho de que es considerada una energía alternativa y limpia, y tienen menos limitaciones a la hora de circular en zonas con protocolos anticontaminación como puede ser la Comunidad de Madrid (donde, por otro lado, está la mayor concentración del parque de vehículos de GLP), argumentos sobre el carácter ECO de este combustible que se defendió también en el III Foro Autogas que se celebró esta semana en Madrid.

En comparación con los eléctricos, Bobadilla destaca aspectos como el coste y la situación de la infraestructura, ya que el GLP no requiere de un despliegue de infraestructura distinta a la que ya existe en la red actual de casi 11.500 estaciones de servicio (de las que 670 tienen surtidor de autogas). Además, en cuanto al coste de los vehículos, señala la posibilidad de “transformar” los vehículos actuales de gasolina para adaptarlos a autogas a un coste muy reducido (de unos 1.500 euros, cifra estimada y variable en función del modelo) de modo que podrían funcionar con gasolina o autogas indistintamente.

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