El fraude de Kobe Steel acorrala de nuevo a la industria japonesa del automóvil

  • La tercera siderurgía del país ha admitido que falseó datos de resistencia de materiales utilizados para fabricar coches en plantas de Japón.
Toyota llama a revisión 369.000 vehículos en Japón, EEUU y Europa
Toyota llama a revisión 369.000 vehículos en Japón, EEUU y Europa

Japón es el tercer país que más vehículos fabricó en el año 2016, más de 9 millones, solo por detrás de EEUU y China. Además, es uno de los más avanzados en el desarrollo de las tecnologías inherentes a la nueva movilidad, como son el coche conectado, el híbrido o eléctrico, así como el autónomo, el automóvil del futuro del que las grandes compañías anuncian que se moverán sin necesidad de conductor. E incluso vendrán a recogernos. Para eso queda más de una década y que los grandes fabricantes cumplan con las estrictas normas de seguridad y de calidad, así como que los test de emisiones contaminantes sean fiables.

Porque los escándalos se vienen repitiendo en Japón de forma regular y en mayor medida que en el resto de países, como en Alemania con el ‘dieselgate’ o el problema de los vehículos americanos de General Motors. En el caso del fabricante americano, se apagaban los motores de forma repentina por un problema del bombín de las llaves, lo que provocaba que los sistemas de seguridad dejaban de funcionar.

El resto de los grandes fiascos apuntan a Japón, poniendo de relieve los problemas del país para hacer severos controles de calidad. El último en salir a la luz, el de la compañía Kobe Steel, que ha admitido las acusaciones del Ministerio japonés de Industria de haber falseado un total de 16 productos, entre los que se encuentran el aluminio, la limadura de hierro o el cobre destinados a más de 500 empresas. Entre ellas, las grandes del sector del automóvil como Toyota, Nissan, Honda, Mazda, Mitsubishi. También las estadounidenses Ford y General Motors, que ya han anunciado que han abierto una investigación.

Porque el falseo de Kobe Steel afecta a la resistencia y otros detalles de los materiales de los coches. Es decir, que los vehículo no ofrecen un grado de seguridad tal como el que se especifica en sus características técnicas. En cuanto al cobre, estaba destinado a la producción de motores y neumáticos de los vehículos. Y lo más grave es que eran conocedores de estar involucrados en estas prácticas fraudulentas desde hace diez años con implicaciones en sectores como el aeronáutico, el ferroviario o el de equipamiento militar. La investigación continúa abierta debido a que falsificaron certificados de inspección para que pareciera que los datos técnicos cumplían los requisitos, así como etiquetados e incluso se obviaron las revisiones.

Edificio de Kobe Steel
La siderurgía Kobe Steel admite el fraude.

Airbags, falseo de consumos y falta de cualificación

Pero es que a día de hoy todavía sigue coleando el fraude del grupo japonés Takata, que ha fabricado 12 millones de airbags defectuosos desde hace más de una década. Los últimos, 351.218 de Mercedes Benz, que ha anunciado que llamará a todos estos coches (fabricados en China) a revisión. Son problemas que vienen de lejos derivados de averías en el encapsulado metálico donde se aloja la bolsa del airbag y que han llevado a la compañía hasta la bancarrota. Se estima que produjeron, al menos, a una quincena de muertes en vehículos y motocicletas en todo el mundo. Los marcas afectadas fueron Honda, Fiat Chrysler, Toyota, Mazda, Nissan, Subaru, Mitsubishi, Ferrari y ahora Mercedes.

Hace tan solo unos días, Nissan reconoció que una veintena de sus modelos pasaron revisiones de seguridad a manos de personal que no contaba con la cualificación necesaria. Después, los documentos eran firmados por personal cualificado hasta ser descubierto por el Ministerio de Transporte Este fraude, que comenzó en 2014, ha obligado a la compañía a llamar a revisión a 1,21 millones de sus vehículos producidos hasta septiembre de 2017 en sus seis plantas de Japón.

La producción de Toyota, Nissan y Honda estará paralizada el lunes en Japón
Producción de vehículos en Japón.

La propia Nissan tuvo que acudir en 2016 al rescate de la también compañía japonesa del automóvil Mitsubishi Motors cuando ésta atravesaba graves dificultades económicas después de falsear los datos de consumo de 'minicoches', así como los modelos Outlander, el todocamino RVR y el Montero. Según el Ministerio, se comercializaban como si fueran un 4.2% más eficientes de media cuando en realidad no era así. La compañía tuvo que pagar 877 euros a los casi 76.000 propietarios afectados en Japón y reconoció que utilizaron métodos inapropiados durante 25 años al basarse solo en estimaciones y no en test reales.

También el año pasado, Suzuki informó que utilizaba un método irregular para medir el gasto de combustible de ciertos modelos. Aunque esto afectó a los datos finales de eficiencia, volvió a poner en evidencia la falta de control interno de las compañías niponas. Y si no vamos más atrás en el tiempo, recordamos el ‘Pedalgate’, el caso en el que los aceleradores de varios modelos de Toyota (también afectó a Lexus) se quedaban atascados, lo que costó varias vidas. La marca tuvo que pagar 1.200 millones de dólares en 2014 para cerrar el caso.

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