Abran paso a un clásico: el Porsche 356 Speedster

  • Hay coches cuya fama excede las virtudes de su motor y diseño. Su reconocimiento trasciende su potencia, líneas y manejabilidad y alarga su leyenda.
Porsche
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Hay veces que el valor de un coche clásico no es sólo el que corresponde a sus características, motor, antigüedad de su matricula, producción más o menos reducida o el parque que sigue circulando; si no que a veces, es un tema sentimental y afectivo, asociado a aquellos personajes que los condujeron. Hay veces que no importan los elevados costes que supone mantener un clásico, o los papeles que hay que legalizar cada cierto tiempo; a veces, poder poseer un clásico como el Porsche 356 Speedster del 57 puede ser un deseo irrefrenable.

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Los primeros Porsche comenzaron a fabricarse en la década de los 40 y los primeros Speedster se producían sobre la base del chasis del Wolksvagen Bettle, el famoso escarabajo. Su precio de salida en USA no fue muy alto, el equivalente de la época a unos 20.000€. Pero su valor no reside sólo en lo económico, sino que el hecho de que lo condujera un personaje inmortal como James Dean revaloriza el vehículo.

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Dean murió fatídicamente un mes de septiembre de 1955 al volante de otro modelo de Porche un 955 que iba a pilotar en una de las carreras a las que solía asistir. Dean murió con sólo 24 años, siendo ya un actor consagrado a pesar de su juventud, por películas como Gigante o Rebelde sin Causa. Pero más allá de su faceta de actor, James era un icono para la juventud americana y de la época, que imponía una forma de ser, de vivir e incluso de morir.

Por todo ello ha sido tal vez el coche más copiado de la historia. El éxito de este modelo ha hecho que la mayor parte de los vehículos que de este modelo vemos circulando hoy por nuestras carreteras son réplicas. El 356 fue diseñado y creado por Ferdinand Porsche, hijo del fundador. Es un vehículo de motor trasero, de cuatro cilindros y refrigeración por aire y tracción trasera.

Las primeras unidades fueron vendidas exclusivamente en Alemania y Austria, pero pronto adquirió gran notoriedad por su aerodinámica, manejo y velocidad y, sus pedidos al otro lado del Atlántico aumentaron exponencialmente. Sus primeros propietarios lo utilizaban indistintamente en los circuitos y en las calles, algo que contribuyó a incrementar su fama y que el número de vehículos vendidos en su historia ascendieran a 75.000 unidades entre todas sus versiones.

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